El proyecto inmobiliario El Peñasco S.A.S. ha sido admitido en un proceso de reorganización empresarial, de acuerdo con la providencia 2024-01-691491 emitida el 31 de julio de este año. La Superintendencia de Sociedades informó sobre este procedimiento, que se lleva a cabo bajo los términos de la Ley 1116 de 2006.
Este proyecto, que inició en 2016, se dedica al desarrollo inmobiliario del edificio El Peñasco, ubicado en el barrio Rosales de la localidad de Chapinero en Bogotá, reportó activos de $29.212.396.000 y un pasivo reorganizable de $28.040.738.895 hasta el 31 de mayo de 2024.
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Las principales causas de la crisis de El Peñasco S.A.S. han sido los altos costos de los materiales de construcción, el aumento del dólar que encareció los insumos importados y las demoras en el suministro mundial de materias primas, lo cual retrasó la finalización de los apartamentos. Además, la baja demanda de vivienda nueva de estrato 6 ha dificultado la obtención de los desembolsos del crédito constructor.
La Superintendencia de Sociedades, dirigida por Billy Escobar, destacó la importancia de este proceso de insolvencia recuperatorio como herramienta para que los empresarios constructores renegocien sus pasivos y logren reactivar y culminar sus proyectos inmobiliarios.
Según La W, el edificio, que constará de 18 apartamentos, se situará en una de las zonas más exclusivas de la capital colombiana. Los espacios comunes del inmueble incluirán una terraza y un lobby, aspectos que fueron destacados en su promoción.
Además, se resaltaron los acabados importados en los apartamentos, como ventanas de piso a techo que aísla el ruido, pisos de madera maciza de bambú, carpintería en chapilla española, pisos de baño en porcelanato italiano, piso de la ducha en madera teka y calefacción en piso radiante en las habitaciones.
A pesar de la reorganización, los compradores no están convencidos
Un grupo de 18 familias que invirtieron en el proyecto inmobiliario de lujo “El Peñasco”, en el norte de Bogotá, está enfrentando una situación crítica tras la desaparición de los desarrolladores por más de diez meses.
A pesar de las promesas, los propietarios afirman que las obras están lejos de estar terminadas. Según la investigación realizada por el medio El Tiempo, a finales de 2023 los compradores fueron convocados a una reunión con Juan Sebastián Arango Paredes, representante de Planinco S.A.S., la empresa responsable del proyecto.
Según el medio mencionado, durante la reunión, Arango Paredes les informó que, para evitar la quiebra, necesitaban pagar un 40% adicional sobre el valor previamente acordado. Desde entonces, los desarrolladores no han dado señales de vida, lo que ha generado preocupación y desconfianza entre los inversionistas.
El proyecto El Peñasco ha enfrentado dificultades financieras debido a los sobrecostos en los materiales de construcción, exacerbados por la pandemia. Actualmente, la empresa se encuentra en un proceso de reorganización ante la Superintendencia de Sociedades, con una deuda que supera los 19.000 millones de pesos.
Aunque los desarrolladores aseguran que el proyecto está a solo un 4% de ser completado, un perito contratado por los propietarios contradice esta versión, afirmando que aún falta un 15% de las obras.
Además de los problemas financieros, los compradores han expresado su preocupación por el estilo de vida de los desarrolladores, especialmente de Juan Sebastián Arango Paredes. Según El Tiempo, Arango los invitaba a reuniones en el Club El Nogal, llegaba en una camioneta blindada y mantiene propiedades tanto en Bogotá como en Estados Unidos, lo que contrasta con la crisis financiera que enfrenta el proyecto.
También se ha revelado que Arango Paredes creó una empresa en Florida, Estados Unidos, en 2021 bajo el nombre de Planinco Real Estate LLC, que está inactiva desde 2022.
Ante la falta de avances y la incertidumbre sobre el futuro del proyecto, los compradores han comenzado a tomar acciones legales para exigir una solución. La situación ha dejado a las familias en una posición difícil, sin respuestas claras y con una inversión significativa en riesgo.
Los inversionistas ahora esperan que las autoridades y los desarrolladores cumplan con las promesas iniciales y entreguen los apartamentos que les fueron prometidos, cerrando un capítulo que ha sido todo menos lujoso.