El 7 de agosto en Colombia, cada año, se conmemora una de las fechas patriótica más importantes de la historia del país, la Batalla de Boyacá, suceso que permitió que los americanos tomaran el poder de sus tierras y consigo establecerse como una nación libre de la corona española, que desde finales de 1492 invadió, destruyó y tomó como suyo la vida y la culturalidad de este territorio.
La Batalla de Boyacá no solo representa en el país una victoria militar, sino el desenlace de una campaña que buscaba la libertad de todo un continente. Hoy, en 2024, lo que se conoce como el Puente de Boyacá es un homenaje a quienes entregaron sus vidas en favor de esta causa, resaltando la imagen del libertador y capitán general de los Ejércitos de Venezuela y la Nueva Granada, Simón Bolívar.
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“El más grande de los hombres es el que sabe conquistar la libertad para los otros”, con esta leyenda de uno de los monumentos a los héroes de la patria, inicia un viaje a rememorar el significado cultural y simbólico de lo que significa hoy para los colombianos la Batalla del Puente de Boyacá.
Inmersión: una experiencia en dos ruedas hasta el Puente de Boyacá, territorio de héroes y patriotas
Boyacá es una región central de Colombia rica en historia, cultura, paisajes naturales y sobre todo resalta la amabilidad de su gente. Este departamento también engrandece su sostenibilidad económica gracias a sus diversas fuentes, tales como la producción de papa, cebolla, maíz y otros cultivos. También se destacan los cultivos de frutales como la mora, la curuba y la feijoa.
La producción bovina y porcina juega un papel fundamental en la economía del departamento. La producción de leche y derivados es vital para la región. La minería es otra fuente importante en la economía del territorio, especialmente en la extracción de carbón, esmeraldas y minerales industriales.
La manufactura y transformación de productos agrícolas (como la industria láctea) y la producción de materiales de construcción son sectores relevantes. Lo anterior es considerable saberlo debido a que nos permite descubrir, repensar y valorar los paisajes, estilos de vida y saberes de quienes habitan cada uno de los territorios de Boyacá, además de que nos permitirá acercarnos más a sus expresiones y formas de estar.
Este viaje al altiplano cundiboyacense inicia en Bogotá, más exactamente en el sur de la ciudad. Partiendo desde Timiza, Kennedy, nos esperaba aproximadamente 3 horas de viaje, teniendo en cuenta lo caótica que se puede presentar la capital en horas de la mañana en uno de los corredores principales que conecta el sur con el norte, la avenida NQS (carrera 30), para a priori tomar la Autopista Norte.
Para esta oportunidad, viajaremos hasta el Puente de Boyacá en una Hntr 350 de la marca india Royal Enfield. Como muchos saben, viajar en moto nos ahorra gastos como son los peajes.
Aunque en esta oportunidad nuestro modo de viaje era una motocicleta, existen otras alternativas para llegar al Puente de Boyacá. En coche deberá salir por la Autopista Norte y continuar por la Ruta Nacional 55. Tome la salida hacia la Ruta Nacional 62, que le llevará a Tunja. A la salida de Tunja, siga las indicaciones hacia el Puente de Boyacá. El recorrido en automóvil desde el norte de la capital suele durar aproximadamente 2 horas con 30 minutos, dependiendo del tráfico.
En el caso de un autobús de los servicios del Terminal de Transporte de Bogotá, deberá tomar uno con destino a Tunja. Al llegar a Tunja, tomar un bus o taxi local hacia el Puente de Boyacá. Este viaje puede durar alrededor de 3 horas, considerando el tiempo de espera y el tráfico. En dinero, esto podría variar entre los 50.000 a los 60.000 pesos.
Si decide viajar en automóvil, tenga presente que desde Bogotá hasta el Puente de Boyacá hay tres peajes:
- Peaje Andes: ubicado al salir de Bogotá por la Autopista Norte - Categoría I: $11.100
- Peaje El Roble: situado antes de llegar a la población de Chocontá - Categoría I: $8.900
- Peaje de Albarracín: ubicado a la salida de Tunja en la Ruta Nacional 55 - Categoría I: $8.900
En total, solo de ida sería $28.000 en peajes, gasto que como señalamos anteriormente en moto es un ahorro. Con $35.000 en gasolina nos pusimos en marcha. Una vez salimos de Bogotá y pasamos por Chía, el recorrido se hizo amable, el clima era el indicado. Gracias a la simpatía de la Pachamama los paisajes del Altiplano cundiboyacense estaban al alcance de nuestros ojos.
Nuestra primera parada fue en el Puente Represa del Sisga, lugar donde deleitamos de la gastronomía del centro de Colombia. Aguapanela, arepa boyacense y chorizo fue un desayuno de viajero para continuar con la Ruta Nacional 62. Una vez pasamos Chocontá y Villapinzón, las entradas a Boyacá y los paisajes de diferentes tonalidades de verde nos aguardaban.
Cruzar por cada uno de nuestros territorios es un evento sin igual. Boyacá nos daba la bienvenida, y el mítico lugar del Puente de Boyacá estaba a tan solo pocos minutos. Durante nuestra formación académica básica, en el área de las Ciencias Sociales, se nos ha hablado del acontecimiento del 7 de agosto de 1819. Sin embargo, existe un evento igual de importante y estratégico que permitió la victoria del ejército patriota sobre el realista.
La historia nos relata una de las hazañas más heroicas y retadoras de la Campaña Libertadora de Nueva Granada, y que también se recuerda, anualmente, el paso por el Páramo de Pisba. A 205 años de ese evento, que tuvo lugar entre el 1 y el 7 de julio de 1819, aún se conmemora la resistencia y tenacidad de las tropas libertadoras. El enfrentamiento con las duras condiciones naturales del páramo dejó en evidencia el sacrificio y la determinación de quienes lucharon por la independencia.
No obstante, y así como es importante visitar el puente donde la historia de la Nueva Granada tuvo un antes y después, es igual de relevante conocer la Ruta Libertadora. Uno de estos municipios a explorar sería Tasco (vía Duitama - Sogamoso - Corrales), un lugar hermoso que, en compañía de una sabrosa papa y una refrescante pola, podemos maravillarnos con el camino al Páramo de Pisba.
Volviendo a nuestro punto de encuentro. En el emblemático Puente de Boyacá, se puede apreciar los monumentos a ‘Simón Bolívar’, ‘Museo Sitio Histórico de la Batalla de Boyacá’, ‘Pebetero a la Independencia’, ‘Monumento a la Legión Británica’, el ‘Monumento a Francisco De Paula Santander’; pasando la autopista, el ‘Arco del Triunfo’, ‘Monumento Coronel Cruz Carrillo’ y el ‘Obelisco a los Libertadores’, este último es más fácil visitarlo en la vía que conecta a Tunja a Villa de Leyva. Los mejor de todo es que puedes visitar cada uno de estos sitios sin nigún costo, pues la entrada es gratuita.
Si su aventura viajera no para ahí, como nos sucedió. Boyacá le permitirá apreciar de arquitectura colonial, simbólica, cultural en cada uno de sus municipios. Aquí algunas opciones para tener presente en su recorrido:
- Patrimonio histórico: Boyacá es conocido por su importancia en la independencia de Colombia. No solo el Puente de Boyacá es un lugar emblemático, en Villa de Leyva podrá visitar la Casa Museo de uno los próceres más importantes de la independencia, Antonio Amador José Nariño y Álvarez: traductor de la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, teniente General del Estado de Cundinamarca, presidente de Cundinamarca, entre otros honorables cargos, hasta su muerte el 13 de diciembre de 1823.
- Arquitectura colonial: municipios como Villa de Leyva y Monguí son famosos por sus bien conservadas calles empedradas y edificios coloniales.
- Parques naturales: Boyacá cuenta con varios parques nacionales, como El Cocuy, que ofrecen espectaculares vistas de montañas, lagos glaciales y diversas rutas de senderismo.
- Cultura local: las festividades y tradiciones locales, como la Fiesta de la Virgen del Carmen y el Festival de la Ruana, permiten a los visitantes experimentar la auténtica cultura boyacense.
- Gastronomía: La región es famosa por su cocina tradicional, incluyendo platos como la arepa boyacense, la mazamorra chiquita y el cuchuco de trigo con espinazo.
- Artesanías: Boyacá es reconocida por sus productos artesanales, especialmente tejidos de lana en Monguí y cerámica en Ráquira.
Datos curiosos e históricos que seguramente no conocía del Puente de Boyacá
En conmemoración del aniversario de la Batalla de Boyacá, este artículo presenta algunos datos curiosos y poco conocidos sobre el Puente de Boyacá, un sitio emblemático de la independencia de Colombia.
- Un componente significativo de la batalla es el propio Puente de Boyacá. Curiosamente, el puente actual no es el mismo en el que ocurrió el enfrentamiento. Fue reconstruido en 1919 durante el gobierno de Marco Fidel Suárez, para conmemorar el centenario de la batalla. Además, el río que pasa justo debajo de este puente se llama Teatinos.
- El Puente de Boyacá fue construido a principios del siglo XVIII y, posteriormente, en 1920, se le declaró Monumento Nacional de la Independencia. Este reconocimiento no solo resalta su importancia histórica, sino que también la preserva para las futuras generaciones. El puente ha visto múltiples transformaciones y restauraciones a lo largo de los años, lo que lo ha convertido en un sitio de gran interés histórico y cultural.
- La Batalla de Boyacá, que tuvo lugar en este puente, se libró el 7 de agosto de 1819. El enfrentamiento inició a las 2:00 p. m., y culminó al atardecer. Un aspecto notable es que cuando los patriotas, liderados por el libertador, Simón Bolívar, tomaron el puente, los realistas estaban en su hora de almuerzo, lo que los tomó por sorpresa.
- Contrario a lo que muchos creen, la principal motivación del enfrentamiento no era tomar el puente en sí. La batalla se llevó a cabo en este lugar porque el Ejército Realista planeaba tomar Santa Fe de Bogotá utilizando el puente como vía de acceso. Bolívar y su ejército se enfrentaron aquí con el objetivo de impedir esta maniobra y proteger la capital.
- El Puente de Boyacá es un monumento declarado patrimonio cultural de la nación y pertenece al Distrito Histórico y Cultural de la ciudad de Tunja, en el centro de Colombia. Este reconocimiento resalta su relevancia no solo como sitio histórico, sino también como un importante activo cultural para la región y el país en general.
- El Ejército Libertador, liderado por Bolívar y apoyado por figuras clave como Francisco de Paula Santander, quien comandaba la vanguardia, y José Antonio Anzoátegui a cargo de la retaguardia, sumaba unos 2.850 hombres. En contraste, el Ejército Realista, comandado por el coronel Francisco Jiménez y bajo la dirección general de José María Barreiro, contaba con 2.670 soldados.
- Uno de los héroes destacados de esta batalla es Francisco de Paula Santander, conocido como el Héroe de Boyacá por su rol en rendir al ejército enemigo. La contienda resultó en la muerte de más de 100 miembros del Ejército Realista, entre ellos figuras como el coronel Juan Tolrá y el comandante Salazar. Se contabilizaron 1.600 prisioneros y 53 soldados heridos de gravedad. Por parte del Ejército Libertador, solo 13 combatientes fallecieron, demostrando la efectividad y valentía de las tropas patriotas.
- La Batalla de Boyacá no fue un hecho aislado, sino parte esencial de un plan militar denominado la Campaña Libertadora, diseñado por Simón Bolívar. La campaña, que comenzó el 23 de mayo de 1819, recorrió territorios clave como los Llanos de Casanare, Cordillera de los Andes y Tunja, antes de concluir en Boyacá. Este plan estratégico duró un total de 77 días, siendo fundamental para el movimiento independentista.
- Un dato particularmente emotivo incluye al niño soldado Pedro Pascasio Martínez, que con solo 12 años fue ascendido a sargento en el Batallón Rifles del Ejército Libertador. Su valentía se destacó al capturar a José María Barreiro y entregarlo a Bolívar, a pesar de que el prisionero le ofreció una cantidad significativa de monedas de oro a cambio de su libertad, resaltando así el compromiso y fidelidad de las tropas patriotas.
Leyendas urbanas y actividad paranormal
Existen varios relatos y leyendas sobre actividad paranormal en el Puente de Boyacá. Algunas de las historias más comunes incluyen:
- La dama blanca: se dice que una mujer vestida de blanco aparece en el puente, especialmente por la noche. Según la leyenda, es el fantasma de una mujer que murió en el puente.
- El hombre sin rostro: algunos conductores afirman haber visto a un hombre sin rostro que les pide aventón. Si lo llevan en el auto, desaparece misteriosamente.
- Apariciones de niños: se han reportado casos de niños que aparecen en el puente, pidiendo ayuda o jugando. Sin embargo, cuando se acercan, desaparecen.
- Luces y sombras: muchas personas han reportado ver luces extrañas o sombras misteriosas en el puente, especialmente por la noche.
- Ruidos extraños: algunos visitantes han escuchado ruidos inexplicables, como susurros, gritos o risas, mientras están en el puente.
- La leyenda del amor trágico: se dice que dos amantes se suicidaron en el puente después de que sus familias se opusieron a su relación. Según la leyenda, sus fantasmas siguen presentes en el puente.
- La maldición del puente: algunos creen que el puente está maldito debido a la cantidad de accidentes y muertes que han ocurrido allí.
Se dice que estas manifestaciones pueden estar relacionadas con la energía residual de eventos trágicos o con la presencia de entidades espirituales. Sin embargo, es importante destacar que no hay pruebas científicas que respalden estas afirmaciones, por lo que se consideran parte del folclore y la tradición oral.
Una breve reflexión de la Batalla de Boyacá
Además de celebraciones que sirven como recordatorio de la resiliencia y la capacidad de superación de los colombianos, este evento nos permite reflexionar y generar una relectura del cómo debemos enfrentar nuestros propios desafíos con el mismo espíritu y determinación de aquellos que hace 205 años lograron lo impensable.
En conclusión, cada 20 de julio y 7 de agosto, Colombia no solo revive su historia, sino que reafirma su compromiso con los valores de libertad, justicia y unidad que guiaron a los próceres de la independencia. La memoria de sus gestas heroicas no solo inspira a las generaciones presentes, sino que a su vez fortalece el sentido de pertenencia y el mismo ánimo inquebrantable que caracteriza a esta nación.
De regreso a Bogotá
Nuestro viaje de regreso estuvo acompañado de un clima bastante frío y una penumbra boyacense que por momentos no nos permitía ver el camino. La salida por Villa de Leyva nos alargó el recorrido, el no conocer el camino nos condujo directamente a Tunja. La idea de llegar a Bogotá temprano se hacía más lejana. No lográbamos imaginar la magnitud de obstáculos que tuvieron que afrontar el ejército realista en estos climas tropicales y lluviosos para llegar a Santa Fe, aun recorriendo caminos más modernos.
Luego de más de tres horas de viaje, logramos ver en el horizonte las miles de luces que caracterizan a una ciudad que no duerme. Acompañados por un álgido clima, pero con la satisfacción que nuestro viaje desde principio a fin se logró sin ningún tipo de inconvenientes. Este tipo de aventuras es una ventana que expone aún más la dicha de recorrer caminos en dos ruedas.