Petro y su constante uso del controversial término “nazi”: dos años en los que se refirió así a quien piensa distinto

Se cumple el segundo aniversario de la toma de posesión del presidente Gustavo Petro, que asumió el cargo el 7 de agosto de 2022 en la emblemática Plaza de Bolívar. Desde su llegada a la presidencia, el líder enfocó su mandato en una ambiciosa iniciativa: la ‘Paz Total’. Este proyecto busca transformar el enfoque de la paz en Colombia al convertirlo en una política de Estado que incluya tanto a los actores armados como a las comunidades afectadas por décadas de conflicto.

La Paz Total es una estrategia propuesta por el presidente Gustavo Petro para abordar la violencia que desgarra a Colombia durante décadas. La política se basa en un enfoque inclusivo y amplio que pretende negociar con todos los grupos armados ilegales, incluyendo guerrillas y bandas criminales, así como incorporar a las comunidades en los procesos de diálogo. Este concepto fue formalmente respaldado por el Congreso colombiano el 26 de octubre de 2022 con la aprobación de la Ley de Paz Total.

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La ley otorga al presidente la autoridad para iniciar negociaciones de paz con grupos como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las Farc y bandas criminales vinculadas al narcotráfico, como el Clan del Golfo. El objetivo es alcanzar un acuerdo que no solo ponga fin a las hostilidades, sino que proporcione mecanismos de justicia y reintegración para los participantes de estos grupos.

El estilo comunicativo del presidente Gustavo Petro es una amalgama de lenguaje popular, modismos regionales, metáforas y críticas a la retórica política tradicional. Este enfoque le permite conectar con diversos sectores de la población, aunque no está exento de controversias, especialmente cuando recurre a términos cargados de connotaciones históricas y emocionales, como “nazi”.

• Lenguaje popular y directo: Petro suele emplear un lenguaje que resuena con el habla cotidiana, utilizando expresiones comprensibles para la mayoría de los colombianos. Esta estrategia busca acercarlo a la gente común, incluyendo aquellos con menor nivel educativo, y fortalecer su imagen de líder accesible y preocupado por los problemas del día a día.
• Modismos regionales: Originario de la Costa Atlántica colombiana, Petro integra modismos de su región natal en sus discursos.
• Metáforas y comparaciones: El jefe de Estado es conocido por su habilidad para emplear metáforas y comparaciones que simplifican conceptos complejos y establecen una conexión emocional con su audiencia. Esta técnica retórica le permite transmitir sus ideas de manera más efectiva, aunque puede dar lugar a interpretaciones variadas y debates sobre la precisión de sus analogías.

Una de las prácticas más polémicas de Petro es su tendencia a tildar de “nazi” a quienes mantienen posiciones opuestas a las suyas, tal y como se menciona anteriormente.

En febrero de 2023, Petro llamó “nazi” a la derecha peruana mientras manifestaba su solidaridad con un periodista peruano hostigado por grupos de ultraderecha. De manera similar, comparó la represión del Estado colombiano contra los grupos de izquierda con la Alemania nazi. Estas declaraciones provocaron una intensa polémica, no solo por la comparación en sí misma, sino por el contexto y las implicaciones de evocar una época tan oscura de la historia mundial.

En un discurso durante la COP28, Petro amplió su analogía, afirmando que “Hitler está golpeando las puertas de los hogares de la clase media europea y norteamericana”. Vinculó esta metáfora con la crisis climática y la violencia en Gaza, sugiriendo que los grandes consumidores de carbono han permitido una tragedia humanitaria similar a la barbarie nazi debido a sus intereses económicos.

El estilo comunicativo de Gustavo Petro es una mezcla de cercanía y polémica. Su uso de un lenguaje directo y modismos regionales le permite conectar con una amplia base social, pero también expone a críticas sobre la formalidad y claridad de sus mensajes. La utilización de términos cargados como “nazi” añade una capa de controversia, suscitando intensos debates sobre la pertinencia y las consecuencias de tales comparaciones en el discurso político contemporáneo.

Además, en la Universidad Militar Nueva Granada, Gustavo Petro hizo una afirmación que desató polémica al señalar que el concepto de “razas” es una invención de los nazis: “Empiezan, como todos sabemos, o creo que sabemos, por su discriminación contra dos grupos poblacionales, uno político y otro racial, étnico, más que racial, las razas no existen, ese es un invento de los nazis, y de algunos antes de los nazis, que creyeron vestir de ciencia para legitimarla, pero no era sino una ciencia falsa”.

En el contexto político colombiano, la noción de un “acuerdo” es recurrente, especialmente desde la firma del histórico acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) durante el gobierno de Juan Manuel Santos, en 2026. Sin embargo, el término adquirió nuevas y complejas dimensiones bajo la administración actual, encabezada por el presidente Petro, que empleó la idea de un “acuerdo nacional” para diversas propuestas y políticas, como la controvertida idea de una Asamblea Nacional Constituyente.

El presidente argumentó que una constituyente es necesaria para abordar las deficiencias de la actual Constitución Política de 1991 y para empoderar al pueblo colombiano en la toma de decisiones fundamentales para el país.

Sin embargo, esta propuesta fue recibida con escepticismo y oposición por parte de diversos sectores políticos y sociales. Los críticos argumentan que la verdadera intención detrás de esta iniciativa es perpetuar al presidente en el poder, socavando así los principios democráticos establecidos en la Constitución de 1991. Esta percepción ganó fuerza en los últimos dos años, especialmente entre aquellos que ven en la propuesta una amenaza a la estabilidad institucional del país.

En los dos años de su administración, el presidente empleó el término “acuerdo nacional” en varios contextos. Inicialmente, esta noción parecía ser una extensión de su visión para consolidar la paz y fortalecer la democracia en Colombia. Sin embargo, con el tiempo, fue interpretada de diversas maneras, lo que generó un amplio debate político y social, como se menciona anteriormente.

El “acuerdo nacional” también fue mencionado en el contexto de la implementación del acuerdo de paz con las Farc. El presidente afirmó que para que el acuerdo de paz sea efectivo, era necesario un consenso amplio que involucre a todos los sectores de la sociedad. No obstante, para poner en marcha el trato, el proceso es lento y enfrenta numerosos desafíos, incluyendo problemas de seguridad en las regiones afectadas por el conflicto y la reintegración de los excombatientes.

Desde que inició el Gobierno del presidente Gustavo Petro el 7 de agosto de 2022, él mismo ha denunciado con insistencia que se está gestando un golpe blando en su contra. Quienes siguen de cerca los acontecimientos políticos, se preguntan qué quiere decir Petro con “golpe blando”.

El concepto de “golpe blando” encuentra una importante referencia en la obra de Gene Sharp, un politólogo estadounidense conocido por promover la resistencia no violenta contra gobiernos autoritarios. En su libro De la dictadura a la democracia, publicado en 1993, el autor describe una serie de tácticas no violentas para que grupos opositores puedan deponer gobiernos autocráticos y avanzar hacia una transición democrática.

Algunos líderes de la oposición al Gobierno Petro lo empezaron a acusar de dictador, lo cual es una condición necesaria para justificar cualquier intento de defenestración. El “golpe blando” en curso en Colombia se caracteriza por una serie de pasos: ablandamiento individual de la ciudadanía, deslegitimación del gobierno, movilización masiva y la presentación de una “ley superior” que justifique la lucha contra el supuesto régimen dictatorial. Cada uno de estos pasos está diseñado para socavar la autoridad del presidente y preparar el terreno para un cambio de poder.

De esta manera, el presidente Petro señaló en repetidas ocasiones que se está gestando un golpe blando en su contra, sugiriendo que buscan sacarlo del poder antes de que termine su mandato en 2026. Esta retórica fue constante en sus discursos, especialmente después de las manifestaciones en su contra en mayo de 2024, dirigidas principalmente contra las reformas de su Gobierno, en particular la reforma de salud. Durante esas protestas, algunas personas quemaron muñecos con la cara del presidente, lo que provocó la alerta del mandatario.

Por lo tanto, cada pronunciamiento de la oposición era destacado por el presidente como evidencia de un golpe blando en su contra. Esto generó críticas y llevó a algunos a afirmar que, aunque permitían que gobernara, tenían la libertad de rechazar su mandato por considerarlo no beneficioso para el pueblo colombiano.