Fernando Gaitán, el nombre que transformó la televisión colombiana con la icónica telenovela Yo soy Betty, la fea, ha vuelto a acaparar la atención mediática. La causa de este renovado interés no es otra que la retransmisión de la serie por Canal RCN, celebrando el vigésimo quinto aniversario de su grabación.
Además, Amazon y RCN han unido fuerzas para producir una secuela Betty la fea: La historia continúa, que explora la vida de los personajes de Gaitán más de dos décadas después de la serie original. Este resurgimiento que ha traído el legado del creador de esta histórica producción y, a la vez, ha puesto el foco en su familia, es su hijo Valentín.
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Fernando Gaitán, quien falleció repentinamente el 29 de enero de 2019 a los 58 años debido a un infarto, dejó un vacío inmenso en el mundo de las telenovelas. Pero también dejó atrás a su prometida, la actriz Maia Landaburu, y a su hijo pequeño, Valentín, quien entonces tenía apenas tres años. Ahora, con ocho años de edad, Valentín Unai Gaitán Landaburu ha crecido y es el vivo retrato de su padre, tanto en apariencia como en carácter.
En un reciente diálogo con la Revista Vea, Maia Landaburu compartió cómo el retorno de la figura de Fernando Gaitán ha impactado a su hijo. “Este boom si le ha impactado un montón”, confesó Maia. “De ver la vigencia de su papá, se siente un poco excluido; es un poco raro para él preguntarse: ¿por qué yo no salgo si yo soy el hijo de Fernando Gaitán? Pero está muy orgulloso y se siente muy parte de todo esto”. La actriz cartagenera enfatizó que, a pesar de la ausencia física de Gaitán, su presencia sigue siendo muy fuerte en la vida de Valentín.
Los seguidores de Maia en redes sociales han notado con asombro el notable parecido entre Valentín y su padre. Más allá de la semejanza física, el pequeño también ha heredado las dotes artísticas de Gaitán. “Se siente igual de chistoso que el papá, echa chistes y se inventa chistes todo el día”, relató Maia.
“Como su papá, Valentín cree que es el ser más chistoso sobre la faz de la tierra”. Esta habilidad para el humor parece ser una herencia directa del creador de *Betty la fea*, lo que no sorprende dado el talento de Gaitán para la comedia y la creación de personajes memorables.
Valentín, cuyo nombre completo es Julio Valentín Unai, no solo ha demostrado un agudo sentido del humor, sino también un interés genuino en las artes. Actualmente, toma clases de piano y muestra una inclinación hacia el dibujo. Maia describe a su hijo como un niño inquieto y sensible, con una notable inclinación hacia el mundo artístico, algo que claramente resuena con el legado de su padre.
Uno de los aspectos más conmovedores de la vida cotidiana de Valentín es su manera de mantener el vínculo con su padre. Maia manifiesta que “cada cierto tiempo, Valentín coge mi teléfono, va al WhatsApp de Fernando y graba unos videos para contarle cómo va la vida, qué hace”. Este gesto demuestra la profundidad de su conexión con el legado de Gaitán y su deseo de seguir comunicándose con él a pesar de su ausencia.
La historia de Valentín es una prueba viviente de cómo el legado de Fernando Gaitán perdura no solo a través de sus obras, sino también en la forma en que su familia continúa recordándolo y celebrándolo.
Su historia no solo refleja el impacto de Fernando Gaitán en el entretenimiento, sino también el amor y la admiración de su familia por un hombre que, a pesar de su partida, sigue vivo en los corazones de aquellos que lo amaron y lo recuerdan.