Hoy, 6 de agosto de 2024, Bogotá está celebrando sus 486 años de fundación. Un territorio, que según los historiadores ha registrado varios cambios culturales, sociales, estructurales y arquitectónicos, además de su relevancia en la historia del país.
De acuerdo con las Arquidiócesis de Bogotá, en su Artículo ‘Aniversario de la fundación de Bogotá y el Sistema Nacional de Información Cultural (Sección Colombia Cultural), los primeros pobladores de la capital fueron los muiscas, pertenecientes a la familia lingüística chibcha.
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Antes de la conquista española, a finales de 1492, las tribus originarias que habitaban lo que hoy se conoce como Bogotá, estaban asentadas al costado occidental del río Funza (río Bogotá). Es de esta lengua, que resalta el primer nombre conocido de la ciudad: Bacatá.
A la llegada de los conquistadores, se calcula que había cerca de medio millón de indígenas de esta comunidad, que además ocupaban las tierras altas y las faldas templadas entre el macizo de Sumapaz en el suroeste y el nevado del Cocuy en el noreste, en una extensión de unos 25.000 km², que abarcan la altiplanicie de Bogotá, parte del actual departamento de Boyacá y una pequeña región de Santander.
Para las entidades que han estudiado la evolución y el desarrollo de la capital, Bacatá significa cercado fuera de labranza, que era llamado así porque era un sitio especial y espiritual para sus habitantes, además de un importante centro político indígena.
De Bacatá a Santa Fe
En 2022, el historiador del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, Alfredo Barón, aseguró que fue el teniente general y conquistador del Nuevo Reino de Granada, Gonzalo Jiménez de Quesada, que no solo fundó la ciudad en 1538, sino que además le daría el nombre de Santa Fe al territorio expropiado a los Muiscas.
Con el objetivo de fundar y poblar, Quesada emprendió la idea de crear un asentamiento urbano en el que los españoles peninsulares pudieran vivir en forma ordenada bajo un gobierno estable, de acuerdo con los designios de la corona.
El portal de Bogotá.gov.co, afirmó que la expedición conquistadora se extendió hacia el oriente del territorio muisca, al pie de los cerros, donde hallaron un poblado de indios llamado Teusaquillo, cerca de la residencia de recreo del Zipa, que estaba provisto de agua, leña, tierras para sembrar y resguardado de los vientos de los cerros de Monserrate y Guadalupe.
Es preciso señalar que, no existe un acta de fundación oficial de la ciudad, por lo que se aceptó el 6 de agosto de 1538 como fecha del acontecimiento histórico. A su vez, la tradición rememora que aquel día el sacerdote fray Domingo de las Casas ofició la primera misa en una iglesia pajiza, levantada cerca de la actual catedral o del Parque de Santander.
Igualmente, la información recolectada y resguardada de la historia de Bogotá, señala que en 1538 la región recibió el nombre de Nuevo Reino de Granada y el poblado pasó a llamarse Santa Fe. “Y fue en el siglo XVII cuando se empezó a decir Santa Fe de Bogotá, una especie de nombre con apellido, esto para diferenciarla de otras ciudades que también se llamaban Santa Fe”, agregó Barón.
De Santa Fe a solo Bogotá
En 1817 el Congreso de Angostura le dio a Santa Fe el nombre de Bogotá, la capital, y al pueblo vecino lo llamó Funza (que significa varón poderoso), que antes era conocido como Santiago de Bogotá.
El historiador del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural agregó que para 1991, la Constitución designó como nombre de la capital de Colombia el de Santa Fe de Bogotá, pero fue en el 2000 cuando una reforma constitucional estableció que solo se llamaría Bogotá. Desde ese momento la ciudad es llamada de esa forma.
Bogotá, Distrito Especial y Distrito Capital
Con el pasar del tiempo la ciudad se ha expandido a lo largo y ancho. En 1954, a Bogotá, fueron anexados los municipios de Usme, Bosa, Fontibón, Engativá, Suba y Usaquén, creando de esta forma el Distrito Especial de Bogotá, que de acuerdo con la administración, se proyectó hacia un crecimiento futuro y organizó la nueva estructura administrativa de la capital.
En 1991, y gracias a la nueva Constitución, Bogotá pasó a ser Distrito Capital. Conforme con el censo de 1985 y el anexo de municipios al distrito, la población de la capital aumentó a 4.100.000 y en 1993 llegó casi a 6.000.000. En la actualidad (2024), y según las más recientes proyecciones del Dane, la capital cuenta con 7.93 millones de habitantes, de los cuales 4.13 millones son mujeres (52.1%) y 3.80 millones son hombres (47.9%). Además, representan el 15.0% de la población total de Colombia.
Otros datos curiosos de Bogotá
Bogotá ha tenido otros nombres, no oficiales, pero sí bautizada así por el lenguaje popular de las diferentes comunidades del país. La ciudad se le ha llamado también como ‘La Nevera’, esto por el clima frío que la caracteriza. Son otros que la nombran así porque, como una despensa, la ciudad es un territorio de nuevas oportunidades para quienes vienen o se movilizan otras zonas de Colombia.
También se le llama a nivel mundial la Atenas Suramericana, una comparación directa con la capital griega, por su riqueza cultural que se vivió en la época del XIX; dicho término se le atribuye a Miguel Cané, que en 1883 visitó la capital y lo reseño en su libro de viaje.
Rolos, cachacos, o santafereños
Bogotá es una de las ciudades más grandes de Iberoamérica, solo por detrás de otras metrópolis de la talla y magnitud de São Paulo (Brasil), Ciudad de México (México) y Buenos Aires (Argentina). Sin embargo, algo que caracteriza la diversidad de la capital son los gentilicios que han marcado a sus habitantes.
Aunque “La Nevera” es la ciudad de todos, la capital aguarda una mayoría de nativos. Oficialmente, el gentilicio de quien nace y vive en Bogotá es la de ‘bogotanos’; sin embargo, es muy común que en las narrativas populares estas personas sean llamadas de otras maneras: ‘‘rolos’, ‘cachacos’, o ‘santafereños’.
¿Pero qué son los ‘rolos’, ‘cachacos’, o ‘santafereños’? Son varios portales y fuentes que llegan a un punto de acuerdo sobre qué significa cada uno de estos gentilicios, que además son adoptados conforme con el tiempo, personalidad y otras construcciones sociales de los bogotanos.
Aquí un ejemplo de ello:
Santafereños
Fundada en 1538, Bogotá, o ente periodo llamada Santa Fe; la ciudad fue una de las más antiguas del continente. Gracias al objetivo de crear un territorio ordenado y bajo un gobierno estable, sus pobladores llegarían a ser reconocidos como santafereños.
“Por esta razón, el primer título dado a los bogotanos fue el de santafereños, del cual se derivan, entre otras cosas, los nombres de muchos de los platillos insignia de la capital, como el tamal santafereño, el ajiaco santafereño, el chocolate santafereño y las onces santafereñas”, destacó el sitio web de nuevalengua.com.
Rolos
El rolo es uno de los términos más antiguos del país. La historia recalca que el término fue empleado por los españoles que llegaban a Bogotá para referirse de una forma burlesca a los mestizos y nativos por su particular uso y pronunciación de la letra ‘r’.
La nuevalengua.com, añadió que se decía que los nativos no hacían vibrar la lengua, sino que la enrollaban hacia atrás, “produciendo un sonido muy parecido al que hoy en día podrías oír en un costarricense”.
Cachacos
Tanto el ‘rolo’ como el ‘cachaco’ son términos que iniciaron como una peyorativa de referirse a los nativos santafereños. No obstante, la expresión ha tomado diversas connotaciones a lo largo de la historia de la ciudad.
Por ejemplo, algunos que afirman que el ‘cachaco’ era como se le llamaba a la juventud bogotana para burlarse de su forma de vestir, que era vista por los mayores como sucia y desaliñada, pero que fue un término que al final se convirtió en motivo de orgullo. Muy parecido a los ‘cocacolos’, expresión empleada en los años 70 y principios de los 80 para referirse a las juventudes ‘gomelos’ o que se vestían según los cánones de la moda.
No obstante, para la Asociación de Academias de la Lengua Española el término ‘cachaco’ es propio de una persona mayor nacida en Bogotá o que procede de familias tradicionales de esta ciudad y se caracteriza por tener una dicción, vestimenta y comportamiento especial.
Entonces, ¿cómo llamar a quién nace en Bogotá?
Entre los términos empleados por los habitantes de otras zonas del país para referirse a los bogotanos como sinónimos se destacan: en la zona norte de Colombia es muy habitual que sean llamados ‘cachacos’. En el interior del país, es decir, los Llanos, el Eje Cafetero, Antioquia y demás, la expresión más común es ‘rolo’.