A través de su cuenta en X, la fundación Rescates especiales, registró el primer día en libertad de una pug color negro, “después de haber sido explotada” durante años e insistieron que fue tratada como “un objeto sin valor”.
Hasta su rescate, “vivía encerrada día a día, explotaron sus genitales, nunca la valoraron e, incluso, perforaron su ojo izquierdo”, en resumen, vivió un “infierno en la tierra, pero todo eso cambió tras llegar a un hogar de paso en el que, con los cuidados necesarios, venció el cáncer y logró recuperarse, para iniciar la búsqueda de una familia.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Durante su tormentosa estadía en el criadero, Lucerito, como decidieron nombrarla, tuvo problemas con sus partes íntimas, producto de la reproducción forzada, se perforó un ojo y desarrolló un cáncer agresivo que, sin embargo, logró superar en sus citas postliberación.
En su hogar de paso le habrían regresado la esperanza de vida, demostrando “que comprar un animal ayuda a que miles sigan siendo explotados, abusados y asesinados en criaderos donde solo importa el dinero y jamás la preciada vida de estos seres maravillosos”.
De ahí que Rescates especiales advirtiera que, “como Lucerito hay pocos, pocos animales que son sacados de estos lugares y salvados, muchos siguen ahí siendo explotados, muchos morirán por cumplir un capricho muchos seguirán siendo torturados de esta manera solo por cumplir la demanda de quien compra un animal habiendo MILES deambulando por la calle”.
En qué consiste una tenencia responsable: este modelo debe ser seguirse entre cuidadores de mascotas y animales de producción
En Colombia, la tenencia irresponsable de mascotas y animales de producción es una problemática cada vez más evidente. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el 67% de los hogares colombianos tienen animales de compañía. Sin embargo, un gran número de propietarios no son conscientes de las responsabilidades que implica tener un animal bajo su cuidado.
En un intento por abordar este tema, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible desarrolló un proyecto para la tenencia responsable de animales de compañía y de producción. Según se explica en el borrador del documento, una tenencia responsable no se limita únicamente a proporcionar alimento y techo. Como subraya el documento: “implica el hecho de que quien se denomina propietario o tenedor de un animal de compañía o de producción, asuma la responsabilidad de garantizarle sus necesidades básicas, como la alimentación, la bebida, el techo, el recreo, la libertad de movimiento y la atención médico-veterinaria”.
Además del cuidado durante su vida, el proyecto insiste en las responsabilidades post-mortem. Según el borrador, es esencial controlar la reproducción de los animales cuando sea necesario y tomar decisiones para garantizar una muerte digna y sin dolor en casos de salud deficiente, vejez o accidentes. Por eso señala la necesidad de disponer adecuadamente de los cadáveres para evitar riesgos biológicos.
El propósito de esta política es generar conciencia sobre las obligaciones éticas y legales que conlleva tener un animal. Según expertos consultados por el periódico El Tiempo, esta es una cuestión de bienestar animal y de responsabilidad social. Juan Carlos Álvarez, veterinario y activista por los derechos de los animales, comentó al diario: “La falta de conocimiento es el principal enemigo del bienestar animal. Muchos piensan que con darles comida ya cumplen, pero se requiere mucho más que eso”.
En la política propuesta, el Gobierno colombiano también busca establecer fines sociales y educativos. Se planea la implementación de campañas de sensibilización y educación sobre las necesidades de los animales y las responsabilidades de sus cuidadores. Este proyecto de ley aspira no solo a regular la tenencia de animales sino también a promover un cambio cultural hacia una mayor responsabilidad y respeto animal.
Otra cuestión críticamente abordada en el borrador es el manejo de animales de producción, como ganado y aves. Estos animales, más allá de su función productiva, también requieren de un manejo ético. La política destaca el cuidado en la manipulación de estos animales y la implementación de medidas de bienestar en las granjas y explotaciones agrícolas, así como en criaderos, del que Lucero fue liberada.