Un nuevo feminicidio se presentó en Bogotá: Jennifer Dayana Diosa, una joven de solo 21 años, fue asesinada por su pareja sentimental, quien le disparó con un revólver que ocultaba en su vivienda del barrio San Joaquín, en Ciudad Bolívar.
Jennifer Dayana Diosa estaba a punto de culminar su formación como instrumentadora quirúrgica y había planificado estudiar en el extranjero, pero sus sueños fueron truncados el sábado 3 de agosto.
Este acto de violencia ha puesto nuevamente en evidencia la alarmante crisis de feminicidios en la capital colombiana.
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Según informes de Citytv, después de ser atacada por su pareja, Jennifer fue llevada a un centro médico. Sin embargo, las heridas que sufrió resultaron fatales, y la joven perdió la vida poco después de llegar al hospital.
El presunto agresor, identificado como James Eduardo Caicedo, de 22 años, fue detenido en el lugar de los hechos por las autoridades. De acuerdo con los testimonios y la información recabada, este no era un incidente aislado de violencia. La familia de Jennifer había reportado episodios previos de maltrato físico y amenazas de muerte por parte de Caicedo.
La madre de Jennifer, en declaraciones en Citytv, relató el calvario que vivió su hija durante los 14 meses que convivió con su agresor. “Cuando menos pensé, se fue a vivir con él. Durante todo ese tiempo, él la maltrató. Me contaron que en alguna ocasión incluso la agredió con un arma cortopunzante”, dijo.
La madre también reveló que Caicedo le prohibía a Jennifer visitar a su familia y la golpeaba si no cumplía con sus exigencias.
Noticias 360 corroboró estos testimonios, destacando que vecinos del barrio San Joaquín habían escuchado disparos y vieron a Caicedo salir de la casa con Jennifer herida. Este tipo de incidentes no es aislado. Según estadísticas recientes, de los 45 asesinatos violentos de mujeres en Bogotá en lo que va del año, solo 9 han sido oficialmente catalogados como feminicidios. Además, se estima que alrededor de 1.100 mujeres están en riesgo de ser asesinadas en la ciudad.
Las autoridades judiciales han decidido que Caicedo, quien ya ha sido imputado por el delito de feminicidio agravado, deberá permanecer en un centro penitenciario mientras se inicia el juicio oral.
El incesante aumento de feminicidios y ataques violentos contra las mujeres en Colombia ha generado múltiples llamados a la acción por parte de organizaciones de derechos humanos y grupos feministas y organizaciones de derechos humanos.
La dinámica de control y abuso que ejercen los agresores sobre sus parejas es un patrón recurrente en muchos hogares colombianos. “Cuando las amenazas y el maltrato se ignoran, el peligro de escalamiento a violencia letal es alto”, advirtieron las autoridades.
La comunidad del barrio San Joaquín y activistas en contra de la violencia de género han organizado vigilia y manifestaciones para conmemorar la vida de Jennifer y exigir justicia para ella y todas las mujeres víctimas de feminicidio. En una de estas marchas, la madre de Jennifer expresó su dolor y su esperanza de que la muerte de su hija no quede en la impunidad y sirva como catalizador para cambios significativos en la protección de las mujeres.
Hasta el momento, no hay mayor información sobre el caso, ni desde la familia de la víctima ni de las autoridades competentes. Se desconoce si ya existe una captura o un proceso judicial contra el responsable de este homicidio, catalogado como feminicidio.
La “Cabina Calma” en Bogotá inicia conversaciones emocionales para prevenir violencia machista
La “Cabina Calma” se inauguró el 2 de agosto en el Centro Comercial SantaFé de Bogotá, D.C., en un acto simbólico a raíz del feminicidio de Steffany Barranco, perpetrado por su expareja sentimental. Este evento ha generado una variedad de opiniones y debates sobre la efectividad y el impacto de este tipo de iniciativas.
La Secretaría de Cultura de Bogotá explicó que la inauguración de este dispositivo móvil servirá como un espacio para propiciar conversaciones con los hombres sobre el manejo de sus emociones.
Sin embargo, las reacciones a la Cabina Calma no han sido unánimes. En redes sociales, numerosas personas han expresado su escepticismo y rechazo. Un usuario cuestionó: “¿Quién les está asesorando para ejecutar la política de salud mental de Colombia? Para estos casos debe haber una intervención individual y familiar para identificar factores de riesgo psicológicos, sociales, y familiares, además de trabajar en conjunto con instituciones judiciales para evitar la victimización de mujeres y hombres que sufren cualquier tipo de violencia de género”. Otro comentario irónico en redes fue: “A ver si entendí: ¿Un feminicida entra a la cabina, se pega una charladita y sale convertido en un ser de luz? ¡Ja! Pendejos”.