El vibrante mundo del teatro en Bogotá: una capital cultural

Bogotá se ha convertido en un verdadero epicentro del teatro, con una oferta impresionante de aproximadamente nueve mil obras anuales distribuidas en unas 40 salas por toda la ciudad, según informa la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá.

Este fervor teatral logra atraer a más de tres millones de espectadores cada año, que ocupan las más de 6.500 sillas disponibles en la capital. La dinámica cultural se fortalece con eventos significativos como el Festival Iberoamericano de Teatro, activo desde 1988, y el Festival de Teatro de Bogotá, que se celebra cada noviembre desde 2002 y cuenta con la participación de más de 60 compañías locales.

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El teatro en Bogotá no sería lo que es hoy sin el respaldo gubernamental y las iniciativas de la Gerencia de Arte Dramático del Instituto Distrital de las Artes, Idartes, que se centran en la formación, investigación, creación, circulación y apropiación del arte dramático. Dichas iniciativas consolidan la política cultural de la ciudad y demuestran un sólido apoyo al arte y a los actores locales.

A pesar de la reciente consolidación gubernamental de este arte, los orígenes del teatro en la ciudad datan del siglo XVIII. Según datos del Banco de la República, en 1792, José Tomás Ramírez y José Dionisio del Villar obtuvieron autorización del virreinato para construir el primer espacio de entretenimiento, conocido como La casa de comedias. Este teatro, inaugurado en 1795, se convirtió en un punto focal de la vida cultural colonial.

La primera casa de comedias, inicialmente llamada Coliseo Ramírez y más tarde, a partir de 1840, Teatro Maldonado, se erige como un símbolo de un teatro que comenzó a establecerse oficialmente bajo un concepto de cultura.

“Anoche tuvo lugar en el Palacio una reunión animada, con el exclusivo fin de acordar las bases para la edificación de un nuevo teatro. Si acaso me alejo un poco de la política para entregarme a asuntos puramente artísticos, lo hago inspirado por el amor que siento por el teatro”, escribió en agosto de 1885 el entonces presidente Rafael Núñez.

Según en Ministerio de Cultura, por iniciativa del Doctor Núñez, se seleccionó el edificio del Teatro Maldonado, situado en la calle 10°, frente al Palacio de San Carlos, como sede para la construcción del nuevo teatro.

En los años 50, se establecieron en Colombia las primeras Escuelas de Arte Dramático en Bogotá y Cali, marcando un hito en la consolidación de los grupos teatrales estables en el país. En la capital, la Escuela Nacional de Arte Dramático fue fundada y situada en la sala del Palomar, ubicada en los altos del Teatro Colón.

La dirección de esta escuela fue inicialmente asumida por el español Juan de Mena, quien desempeñó un papel fundamental en su formación. Este desarrollo en la educación artística de Colombia permitió un auge significativo en la producción y estabilidad de los grupos de teatro en el ámbito nacional, consolidándose como puntos clave de la formación artística en el país.

El Festival Iberoamericano de Teatro se ha destacado en uno de los eventos culturales más influyentes del país, consolidándose como una muestra integral del escenario de las artes escénicas en el siglo XXI. Conocido por su capacidad de convocatoria, número de funciones y diversidad de géneros, el festival es reconocido como uno de los más grandes del mundo, atrayendo a miles de participantes y espectadores de diversos rincones del planeta.

El Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá (FITB), ha presentado presentando una amplia gama de producciones que varían desde obras clásicas hasta las más modernas e innovadoras. La primera edición del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá se celebró en 1988, coincidiendo con el 450º aniversario de la fundación de la ciudad. Con el lema “Un acto de fe en Colombia”, esta inauguración estuvo dirigida por Fanny Mickey y Ramiro Osorio.

En una entrevista para le programa Ésta es su vida, Fanny Mikey habló sobre el éxito del evento, “nuestro festival se ha vuelto tan conocido mundialmente que tengo ofrecimiento de 51 países para venir al festival, vienen de cinco continentes diferentes, vienen de Oceanía con grandes espectáculos”, dijo en su momento la fallecida directora.

Bogotá emerge como un vibrante punto de encuentro para el teatro, albergando algunas de las compañías teatrales más destacadas de Colombia. La capital colombiana se distingue no solo por su diversidad cultural, sino también por su oferta escénica, que abarca desde propuestas clásicas hasta innovadoras experiencias teatrales.

El Teatro Nacional, fundado en 1981 por la actriz Fanny Mikey, es una de las instituciones más icónicas de la ciudad. Con sus diferentes sedes, como el Teatro La Castellana y el Teatro Fanny Mikey.

Por otro lado, el Teatro Colón es una joya arquitectónica e histórica de Bogotá. Inaugurado en 1892. El teatro ha sido restaurado para conservar su esplendor original, ofreciendo una programación diversa que incluye óperas, ballets y conciertos.

Las tendencias contemporáneas también tienen un espacio relevante en las tablas de Bogotá. El Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, por ejemplo, ha incorporado tecnologías avanzadas y técnicas de vanguardia en sus producciones, atrayendo así a un público joven interesado en nuevas formas de expresión artística.

Alejandra Borrero, reconocida actriz colombiana, fundó “Casa E Borrero” en Bogotá, un espacio cultural multifuncional dedicado a la promoción de las artes escénicas y la cultura. Este centro ofrece una variedad de actividades, incluyendo teatro, talleres, festivales y eventos artísticos, buscando convertirse en un referente para el desarrollo y la difusión del arte en Colombia. Casa E se ha destacado por su compromiso con el empoderamiento social y la inclusión, abordando temáticas de relevancia social a través de sus producciones.

“Este espacio salió de la idea de ser únicos, no queríamos imitar a nadie cuando comenzamos esta casa, y para eso hay que pensar algo diferente. El espacio no era un espacio convencional y eso nos daba más ideas y hemos logrado hacer grandes cosas”, dijo la actriz en una entrevista la revista Bombea.

Otro reconocido actor que decidió aportar con su propio espacio fue Robinson Díaz, fundando La tropa, un espacio teatral que comparte con su esposa e hijo en el que le hacen tributo al arte de la escena. En varias entrevistas, el actor ha mencionado que este proyecto busca fortalecer la cultura del país, con este espacio el actor ha dado reconocimiento a nuevos artistas y ha aportado que el legado del teatro perdure en la capital.

Bogotá se ha transformado en un epicentro para artistas del teatro, utilizando sus calles como escenarios ideales para cada representación. Algunos actores han descubierto que no necesitan un recinto cerrado para transmitir emociones a través de la actuación, lo que ha impulsado el arte callejero y el teatro al aire libre.

El icono arquitectónico de La Media Torta ha logrado contribuir a la expresión cultural al aire libre. Cumple 86 años. Desde 1938, este anfiteatro contemporáneo donado por el Consejo Británico ha sido testigo del crecimiento de una ciudad moderna.

Según Idartes, fue ideado en 1936 por el líder popular Jorge Eliécer Gaitán como un lugar para el entretenimiento de los primeros campesinos y migrantes que poblaron la capital del país. La antigua hacienda La Media Torta ha visto desfilar a grandes artistas de la música culta y popular y ha acogido a grandes expresiones teatrales en los últimos años.

Años más tarde, este icónico espacio de la ciudad ha sido el recinto perfecto para la demostración de obras de teatro, conciertos y festivales.

El Instituto Distrital de las Artes se ha encargado de preservar el arte en los rincones de la capital, con eventos como el 19º Festival de Teatro y Circo que se realizará del 9 al 10 de agosto.

Según el portal de Idartes, se realizarán funciones de las salas beneficiadas por el Programa Distrital de Salas Concertadas 2024, bajo la iniciativa “Bogoteatro”. Este programa busca articular la oferta cultural con un enfoque inclusivo, promoviendo la participación de grupos en formación, instituciones educativas y proyectos gestionados por el sector público.

A lo largo de sus ediciones, el Festival de Teatro y Circo de Bogotá se ha consolidado como un evento cultural de gran importancia, influyendo notablemente en la evolución del panorama teatral de la ciudad. Ha ofrecido un espacio destacado tanto para grupos emergentes como para aquellos con una trayectoria más sólida. Además, ha promovido el diálogo y la interacción entre el sector artístico y el público, integrando diversas iniciativas y actores culturales.

Este año, el festival contará con 27 escenarios, 60 agrupaciones y personas naturales, 5 conversatorios, 60 puestas en escena, 353 artistas y 8 narradores orales, así lo aseguró en comunicado oficial del evento.

El teatro en Bogotá está más fuerte y vivo que nunca, reflejando la vitalidad cultural de la ciudad y su compromiso con las artes escénicas.