Bogotá es conocida como la ciudad de las oportunidades, donde tanto residentes como visitantes encuentran una actividad a la que dedicarse. Incluso, hay muchos que optan por las ventas ambulantes y parece ser un negocio mucho más rentable de lo que se piensa, pues algunos de los negocios usan carnes que son extremadamente baratas.
Es el caso de la mota, una carne que se vende en las curtiembres y es un residuo de los cueros del ganado que se tratan allí para hacer zapatos, chaquetas, bolsos, correas, entre otros accesorios y que, en Bogotá, se ubican en el barrio San Benito, en la localidad de Tunjuelito, al sur de Bogotá.
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Hay capitalinos que reconocen este sector, no solo porque queda camino al Llano, sino porque su olor es muy particular. Precisamente, este olor tan característico proviene del tratamiento de los cueros y de la carne que dejan tirada en el suelo, expuesta al sol y sin ningún tipo de refrigeración.
Pese al mal manejo de este tipo de sobras, hay algunos que aprovechan para comprarla y luego venderla para el consumo de los capitalinos. Esto ocurre en gran medida en los negocios callejeros, en los que se venden productos como empanadas, chorizos y los famosos ‘chuzos‘, compuestos por carne y papa salada.
Una libra de carne en los negocios de curtiembres se puede conseguir hasta en menos de $1.000 y los kilos de este producto los venden alrededor de los $3.000, cifras que impactan a cualquier persona que compra una libra de carne entre los $14.000 y $18.000.
Sin embargo, la explicación del costo tan económico de la mota es que no es tratada de forma correcta para el consumo humano, por lo que puede traer enfermedades para los consumidores de embutidos y cualquier preparación de este tipo que se vende en la calle.
De acuerdo con una entrevista de Blu Radio con el creador de contenido José Ramírez: “Se vende muy barata, una libra puede costar $1.000, $2.000 o incluso $900, pero es una carne que no está procesada, que está en el suelo, donde los perros se la están comiendo y eso se la venden a las personas que hacen pinchos o hamburguesas supereconómicas”.
A través de videos difundidos en redes sociales se puede observar el momento en el que los perros que viven en este sector lamen la carne y la pisan, puesto que está tirada en el suelo, expuesta a todo tipo de contaminantes y sin la respectiva cadena de frío que requiere este alimento para que sea apto para el consumo humano.
Según la investigación, la carne después es utilizada para la fabricación de embutidos y demás alimentos que se venden en zonas aledañas al estadio Nemesio Camacho El Campín, así como las zonas de rumba en inmediaciones de la Avenida Primero de Mayo y otros sectores de la ciudad en los que es activa la vida nocturna.
Ante la gravedad de esta situación, los ciudadanos se preguntan en los videos del joven por qué las autoridades no sancionan o adelantan algún tipo de control en la zona para evitar la venta de la mota.
Es necesario resaltar que, este tipo de prácticas ocasionan afectaciones en la carne que pierde su frescura, se encoge, pierde peso y es rápidamente atacada por bacterias del aire, de las manos y de la ropa, de acuerdo con lo informado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Así también, los expertos aclararon que la carne sin refrigerar se convierte en un cultivo para bacterias y microorganismos por lo que puede acarrear enfermedades como Salmonella, E. coli y Listeria, que pueden llegar a ser mortales y desatar también otras enfermedades como intoxicación y gastroenteritis, que no solo deshidratan al ser humano, sino que pueden dejar consecuencias terribles para la salud.