El Servicio Geológico Colombiano monitoreó los eventos a nivel nacional durante la jornada del lunes 5 de agosto de 2024 y, aunque reportó varios de fenómenos de este tipo, confirmó que su magnitud fue leve.
Un temblor de magnitud 2,8 se sintió en el municipio de Uribe, ubicado en el departamento del Meta. El movimiento telúrico se dio sobre las 9:25 p. m. y el primer reporte indicó que tuvo 2,5 de intensidad, pero luego se actualizó y se confirmó que se sintió en otras zonas del país.
Un sismo de magnitud 1,9 sacudió a Los Santos (Santander) en la noche del lunes, y se sintió en zonas cercanas como Piedecuesta (Santander) a 15 km y Cepitá (Santander) a 18 km, aunque de forma muy leve.
Sobre las 8:37 p. m. se registró otro evento sísmico, que tuvo lugar en Chocontá, Cundinamarca, y contó con una magnitud de 2,2; así como una profundidad de 151 km.
De acuerdo con la Unidad Nacional para la Gestión del Riego de Desastres (Ungrd) un sismo es la liberación súbita de grandes cantidades de energía, que se representan a través de ondas que se desplazan por el interior de la tierra y que al llegar a la superficie puede ser percibida por las personas, animales y hasta estructuras.
Un temblor de magnitud 3,2 sacudió el Océano Pacífico y se sintió en municipios cercanos como Juradó (Chocó) a 9 km, Riosucio (Chocó) a 81 km y Bahía Solano (Mutis) (Chocó) a 96 km.
Antes de que el reloj marcara las 6:00 p. m. del lunes 5 de agosto, el Servicio Geológico Colombiano reportó un temblor de 2,1, que contó con una profundidad superficial, menor a 70 km.
Tener un kit de emergencia bien surtido y en un lugar accesible puede marcar la diferencia en un momento crítico, ayudando a garantizar la seguridad y el bienestar de todos los miembros del hogar.
Los recientes temblores en el municipio de Los Santos, Santander, han generado preocupación en parte de la población colombiana. El Servicio Geológico Colombiano (SGC) expuso la razón por la cual tiembla en esa región, que convierte a Bucaramanga en una de las capitales más afectadas por los sismos.
En la tarde del lunes 5 de agosto de 2024 se presentó un nuevo movimiento de tierra a las 3:01 p. m. y contó con una magnitud de 2,1. El epicentro fue San Vicente de Chucurí (Santander) a 10 km; sin embargo, se sintió en municipios cercanos como Zapatoca (Santander) a 12 km, El Carmen (Santander) a 18 km.
Desde el Servicio Geológico Colombiano alertaron que duranta la mañana del 5 de agosto ocurrió un movimiento telúrico en el departamento de Cesar. Se trata de un sismo de magnitud 3.1 que se registró sobre las once de la mañana en la región de Pueblo Bello. El temblor que tuvo una magnitud superficial no generó mayores problemas en la comunidad.
Desconectar el gas y la electricidad tras un sismo es crucial para prevenir incendios, explosiones y descargas eléctricas. Los sismos pueden dañar las instalaciones, provocando fugas de gas y cortocircuitos. Al desconectar estos suministros, se minimiza el riesgo de incendios causados por chispas o fugas de gas y se evitan posibles explosiones. Además, se protege contra descargas eléctricas de cables dañados y se asegura una evaluación segura de los daños antes de restablecer el suministro, garantizando así la seguridad personal y comunitaria.
El Servicio Geológico Colombiano reportó tres sismos ocurridos durante la mañana del 5 de agosto en diferentes regiones del país. El primero se registró a las 5:15 a.m. en Salento, Quindío, con una magnitud de 2.8. Posteriormente, a las 6:13 a.m., se produjo otro sismo en San Francisco, Antioquia, con una magnitud de 2.3. El último temblor fue a las 6:57 a.m. en Fúneque, Cundinamarca, y tuvo una magnitud de 2.2.
Estos eventos sísmicos, aunque de magnitud relativamente baja, son monitoreados constantemente por el Servicio Geológico Colombiano para evaluar cualquier riesgo potencial y proporcionar información oportuna a la población afectada.
La primera publicación informativa en el país fue la crónica de un violento sismo que ocurrió en la entonces capital del Virreinato de la Nueva Granada, Santa Fe de Bogotá, el 12 de julio de 1785 a las 7:45 de la mañana, según señala la reseña del texto de la Biblioteca Virtual del Banco de la República que tiene una copia en digital del denominado Aviso del Terremoto.
El reporte se divide en tres partes con los que se relata que el movimiento telúrico produjo varias muertes ya que afectó estructuralmente a la Capilla del Sagrario, la Capilla del Rosario, el Convento de Santo Domingo y el Convento de San Francisco en una franja del día en que había gran afluencia de feligreses.
El devastador sismo que ocurrió a las 8:12 de la mañana del 31 de marzo de 1983, en la capital del Cauca, conllevó a que en la legislación colombiana se adoptara la primera norma de sismorresistencia para las construcciones en el territorio nacional, según explicaron en un artículo del SGC con motivo de la conmemoración de esta tragedia natural en la que perdieron la vida 250 personas.
La destrucción del movimiento telúrico, con una magnitud de 5,6 grados con una profundidad superficial de 15 kilómetros, tuvo como consecuencia que el 90 % del centro histórico ciudad fuera arrasado, mientras que en todo el departamento 5.000 edificaciones quedaran en ruina, agregaron desde la entidad.
El Servicio Geológico Colombiano consultó Fernando Díaz, ingeniero y experto en Amenaza y Riesgo Sísmico de esa entidad, quien recordó que en la década de 1980 se estaban recopilando normativas para que las edificaciones en el país pudieran soportar los sismos que son constantes en el territorio, sin embargo, la tragedia en Popayán aceleraron ese proceso.
“Para inicios de los años 80, la Asociación de Ingeniería Sísmica (AIS), conformada por profesores de varias universidades del país y expertos capacitados en el exterior, habían adelantado la adaptación de normas internacionales”, puntualizó.
Agregó que luego de ese terremoto, el Gobierno del entonces presidente Belisario Betancur expidió un decreto de emergencia para adoptar de manera exprés los criterios de construcción sismorresistente de la AIS, para que en 1984 se expidiera el Código Colombiano de Construcciones Sismo Resistentes.
“Esta norma se ha ido actualizando y hoy la conocemos como NSR-10. Por eso, en este aniversario, recordamos la importancia del cumplimiento de esta normativa, ya que es apremiante en el diseño y construcción de todas las edificaciones, pues vivimos en un país sísmicamente activo (sic)”, destacaron en otra publicación en su cuenta oficial en la red social X.