A dos años de los comicios en los que Gustavo Petro salió electo como presidente, con un 50.44 % de los votos en segunda vuelta, una joven, entonces desinteresada por la política, compartió con el creador de contenido Santiago Rodríguez y su sección “las peores citas de mis seguidores” cómo uno de sus “pretendientes” la obligó a verse los debates e ir a votar.
Según explicó Santcholo, como se le conoce en redes, la joven “hizo match con un man en Bumble, le pareció muy lindo cumplía con sus estándares y le parecía interesante. Duraron como tres días hablando y el man tomó la iniciativa. La invitó a su casa, a ver Netflix y comer algo”.
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Un plan con el que la joven se mostró emocionada, sobre todo cuando su cita le prometió recogerla en la puerta de su casa, desde donde notó su afición por la política; pues, al subirse al carro, en vez de música se encontró con un debate en la radio.
“Ella le preguntó si podía colocar algo de música; ya que, le deba pereza escuchar el debate y él respondió: ¿Cómo se te ocurre? ¿no ves que ya casi son las votaciones? ¿No te viste del debate de ayer?”, precisó Santcholo.
Aunque sintiéndose presionada por la manera en la que respondió, se mantuvo en que no le llamaba la atención la política ni estaba familiarizada con las elecciones. Lo que desencadenó una serie de preguntas y cuestionamientos sobre sus deberes ciudadanos, incluso, antes de conocerse con su cita.
“Se puso bravo, de repente le empezó a hacer show por eso y en todo el camino le estuvo diciendo que tenía que ir a votar y explicándole por qué era importante”. Un regaño que se extendió durante el resto de la cita e, incluso, cambió sus planes, de último minuto.
“El man cuadra todo para ver, supuestamente, una película y le dijo que, aunque habían quedado de ver algo en Netflix no podía permitir que no supiera nada de política y le parecía mejor ver los debates para que se diera una idea sobre quién debía votar”.
Pensando que él también se aburriría terminó aceptando, pero la obligó a verse todos los debates y al finalizar le preguntó por quién iba a votar; así que, ella dio uno de los nombres en la lista para salir del paso, desatando la furia de su cita.
“No joda, tú si eres bruta ¿cómo vas a votar por él si en todos los debates respondió como un cul@%&? ¿Tú sí les pusiste atención?”, le dijo, a lo que ella, ya molesta por el cambio de planes y su tercer o cuarto regaño de la cita, le dijo que estaba cansada y quería regresar a su casa.
Pensando que nunca más volverían a verse, se mostró sorprendida cuando le escribió para preguntarle si podían verse el domingo siguiente. Sin embargo, su emoción no tardó en disiparse, cuando la recogió y le preguntó en qué mesa estaba inscrita para votar.
Como no estaba entre sus planes participar de la votación, no tenía esa información; así que, su cita la ayudó a revisar a través de la página de la registraduría y la llevó hasta el puesto, en donde, marcó en blanco el tarjetón.
“Al salir la felicitó y le preguntó por quién había votado”, ella respondió sin titubear que había sido en blanco y “él la llevó hasta su casa, la dejó en la puerta y canceló el match”.
Sobre el delito de constreñimiento al sufragante, el ministerio de Justicia pide tener en cuenta:
• La pena de prisión para este delito irá de cuatro (4) a nueve (9) años y multa de cincuenta (50) a doscientos (200) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
• La pena anterior también aplica para quien por los mismos medios pretenda obtener en plebiscito, referendo, consulta popular o revocatoria del mandato, apoyo o votación en determinado sentido, o impida el libre ejercicio del derecho al sufragio.
• La pena se aumentará de la mitad al doble cuando:
- La conducta sea realizada por un servidor público.
- Cuando haya subordinación.
- Cuando se condiciones el otorgamiento o acceso a beneficios otorgados con ocasión de programas sociales o de cualquier orden de naturaleza gubernativa.
• Para que se configure el delito de constreñimiento al sufragante, basta con que se realicen actos que constituyan amenazas o presiones indebidas (manifestar la intención de causar un daño) no se requiere que las conductas con las cuales se amenaza se realicen.