En un esfuerzo continuo por proteger la salud y el bienestar de los ciudadanos de Ibagué, las autoridades municipales han intensificado las inspecciones en instituciones de salud y de estética.
La Secretaría de Salud clausuró una clínica estética clandestina que operaba sin los permisos legales necesarios y realizaba procedimientos invasivos potencialmente mortales. La intervención se inscribe en una serie de operativos de inspección, vigilancia y control para evaluar posibles riesgos para los usuarios de estos servicios.
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Según informó El Nuevo Día, la clínica realizaba procedimientos de “lipopapada”, una técnica estética para eliminar el exceso de grasa en la zona del cuello y debajo del mentón, sin la supervisión de profesionales de la salud.
La secretaria de Salud Municipal, Liliana Ospina, advirtió sobre los peligros de este procedimiento cuando no es llevado a cabo por personal médico calificado: “Esto puede acarrear complicaciones como quistes e incluso la muerte”, señaló en un comunicado.
Durante la inspección, los funcionarios de la Secretaría de Salud encontraron varias irregularidades, entre ellas que la manipulación de los equipos médicos era realizada por personas sin la formación adecuada. Además, se hallaron historias clínicas sin la firma de un profesional de salud y una disposición inapropiada de los testimonios de los testigos.
También se detectaron inconsistencias en el nombre registrado en la Cámara de Comercio en comparación con el nombre que aparecía en el local. Estas irregularidades ponen en evidencia la falta de seriedad y de profesionalismo de la clínica, resaltando la necesidad de estos operativos.
La noticia también fue cubierta por Alerta Tolima, que destacó la gravedad del procedimiento de liposucción de papada, conocido popularmente como “lipopada”, realizado sin aval profesional. Esta práctica incrementa los riesgos de complicaciones médicas severas, señala el medio. Con base en lo anterior, la secretaria Ospina enfatizó que la administración municipal no cesará en su compromiso: “Es importante decirles a los propietarios de estos establecimientos que no nos detendremos con nuestros operativos por la responsabilidad y el compromiso que tenemos con los ibaguereños”.
La intervención de la alcaldía de Ibagué, descrita por Las Voz del Pueblo, subrayó el continuo esfuerzo de la ciudad para ejecutar visitas de inspección y vigilancia en establecimientos de salud y estética, con el objetivo de garantizar la seguridad de los usuarios. Esta clínica, específicamente, operaba de manera ilegal realizando procedimientos que podrían resultar fatales, sin contar con los permisos pertinentes.
La lipopapada, técnicamente denominada liposucción de papada, es un procedimiento estético que busca eliminar el exceso de grasa en la zona del cuello y debajo del mentón, proporcionando un contorno facial más definido. Como destaca el medio, este tratamiento debe ser realizado exclusivamente por médicos calificados especializados en cirugía estética.
Procedimientos incorrectamente llevados a cabo por personas no cualificadas pueden conllevar serios riesgos, como infecciones, lesiones nerviosas, cicatrices visibles y resultados desiguales. La correcta ejecución de este procedimiento minimiza estos riesgos y garantiza la seguridad y bienestar del paciente, por lo que es crucial acudir a clínicas y especialistas certificados.
Asimismo, la Alcaldía de Ibagué informó sobre los operativos realizados en la tarde del viernes, subrayando la presencia de Liliana Ospina en la clausura del establecimiento. La intervención, que forma parte de una serie de visitas de inspección, vigilancia y control, expuso las enormes deficiencias en la gestión y ejecución de los procedimientos estéticos en la clínica, así como falta de supervisión profesional, destacando los riesgos considerables a los que estaban expuestos los usuarios.
Durante el operativo, los representantes de la Secretaría de Salud se percataron de otros aspectos preocupantes: “Durante la visita se pudo evidenciar que la manipulación de los equipos médicos la realizaban personas que no eran idóneas ni tenían el conocimiento de hacerlo. También se encontró que las historias clínicas no tenían la firma de un profesional de salud”, puntualizó Ospina.