Durante la conmemoración de los 30 años de la Federación Nacional de Departamentos (FND), en un pronunciamiento significativo sobre la situación política en Venezuela, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, enfatizó la importancia de que sea el propio pueblo venezolano quien determine su destino. El alto funcionario destacó la necesidad de unos “escrutinios completos, verificables, con la participación de la comunidad internacional, de la oposición y un conteo voto a voto” para garantizar una salida pacífica y democrática.
“Esa salida pacífica y democrática que por cierto pasa necesariamente por el respeto a la voluntad del pueblo venezolano expresada el domingo pasado en las urnas y ese respeto a la voluntad del pueblo venezolano pasa también por la necesidad de que existan unos escrutinios completos verificables con la participación de la comunidad internacional de la oposición y un conteo voto a voto de lo que sucedió el pasado domingo para que sea el pueblo venezolano el que decida su futuro sin ninguna clase de explicaciones ni de interferencia”, afirmó Cristo.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
La declaración del ministro del Interior se produce en un momento de alta tensión en Venezuela, donde los resultados de las elecciones presidenciales llevaron a cabo el 28 de julio fueron objeto de controversia y debate tanto a nivel nacional como internacional. Las acusaciones de fraude electoral y la falta de transparencia en el proceso provocaron preocupaciones sobre la legitimidad de los resultados y el respeto a la voluntad popular.
Estas declaraciones se producen por las acusaciones de fraude electoral que empañaron los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), el cual proclamó la victoria de Maduro sin presentar las actas electorales correspondientes. Por esa razón, la oposición señaló que contaban con las actas de votación que, al ser sumadas, mostrarían una victoria de Edmundo González, que cuenta con el apoyo de la líder María Corina Machado.
Luego de la jornada de votación se anunció que Nicolás Maduro fue supuestamente reelegido para un tercer mandato consecutivo en Venezuela, y así darle continuidad a su régimen, con el 51,20% de los votos, según el primer boletín oficial presentado por el CNE. El candidato opositor Edmundo González obtuvo un 44,2% de los sufragios, en un proceso marcado por acusaciones de irregularidades y retrasos en el escrutinio.
Ante esto, las protestas surgieron casi inmediatamente después de la declaración de los resultados, con miles de venezolanos tomando las calles para denunciar lo que consideran una manipulación del proceso electoral. La comunidad internacional también expresó su preocupación, sumándose a las voces que exigen una revisión transparente y exhaustiva de los resultados.
Debido a esta controversia que atrajo la atención internacional hacia Venezuela, en una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) se discutió una resolución que exigía al gobierno de Venezuela la divulgación inmediata de los resultados de las recientes elecciones presidenciales. Sin embargo, lo que sorprendió fue que la resolución no fue aprobada por falta de un voto, ya que se requerían 18 votos y solo se obtuvieron 17. Lo que llamó especialmente la atención fue que Colombia se abstuvo de votar.
El país justificó su abstención en la votación de la resolución de la OEA sobre Venezuela, bajo el argumento de que la dificultad de mantener una postura independiente tras la declaración pública del secretario Luis Almagro. El embajador colombiano en Washington, Luis Ernesto Vargas, afirmó que “el equipo de Cancillería estaba en la idea de que nos abstuviéramos”, señalando la complejidad de la situación.
Por eso, es que el discurso del ministro Cristo llega en un momento crítico para Venezuela, donde las tensiones políticas escalaron y la desconfianza en las instituciones electorales ha generado incertidumbre y descontento. En este contexto, las palabras del alto funcionario colombiano se alinean con los esfuerzos de la comunidad internacional para promover una resolución pacífica y democrática en el país vecino, pese a las críticas que recaen en Colombia por sus decisiones.