Altos funcionarios, congresistas, contratistas y exfuncionarios de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) han sido salpicados por el escándalo de corrupción que enloda a la entidad, relacionado con el redireccionamiento de contratos y la desviación de recursos públicos. Varios de los mencionados en el entramado han salido a defenderse de las acusaciones en su contra y afirmando que demostrarán su inocencia en los estrados judiciales.
Entre las personas involucradas está el contratista Luis Eduardo López Rosero, que se quedó con el contrato para la compra de 40 carrotanques para el suministro de agua en La Guajira. De dicho contrato, adjudicado por el valor de $46.800 millones, habrían sido desviados miles de millones de pesos para favorecer a extrabajadores de la Ungrd y a congresistas.
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Presuntamente, $3.000 millones fueron a parar a manos del expresidente del Senado Iván Name; $1.000 millones habrían sido entregados al expresidente de la Cámara de Representantes Andrés Calle; $742 millones se los habría quedado el exdirector de la entidad Olmedo López; y $342 millones los habría recibido exsubdirector de manejo de desastres Sneyder Pinilla.
La Corte Suprema de Justicia está investigando a los congresistas mencionados y al contratista Luis Eduardo López, conocido también como “El Pastuso”. Este último también ha generado polémica por su supuesta cercanía al actual presidente de la junta directiva de Ecopetrol, Guillermo García Realpe.
La supuesta relación de García Realpe con El pastuso
Pues, de acuerdo con fuentes consultadas por Sigue La W de W Radio, López Rosero es socio de un hombre llamado Víctor Rivas, con el que tiene una constructora llamada RML. Rivas, por su parte, es cercano al también exsenador García Realpe e, incluso, ha aportado dinero a sus campañas al Congreso de la República. El medio reveló, además que, en el edificio de la constructora, ubicada en Pasto (Nariño) está la oficina del presidente de la junta directiva de Ecopetrol.
No obstante, de acuerdo con el funcionario, no tiene ninguna vinculación con el caso de corrupción de la Ungrd: “Yo tengo más que ver con la bomba de Hiroshima o con el atentado a Donald Trump, que con ese negocio (sic). No tengo nada que ver, absolutamente nada que ver, nada es nada”, aseveró el excongresista en entrevista con W Radio.
Con respecto a la supuesta relación de cercanía que tendría con El Pastuso, aseguró que no es posible probarla haciendo referencia a un edificio en el que, aunque está su oficina, hay otras 200 o 300 más. “Somos vecinos, no más, no hay delito de vecindad. Otra relación: al señor le gusta el ciclismo, a mí también me gusta el ciclismo”, detalló Realpe al medio citado, destacando que el ciclismo que practica López Rosero es de ruta, como ha podido percibir, y no de montaña, que es el de su preferencia. “Nunca nos cruzamos para hacer travesías juntos porque son dos deportes diferentes”, anotó.
Por otro lado, explicó que sí tiene una amistad con Víctor Rivas, el socio del contratista de los carrotanques. Indicó que dicha cercanía se gestó hace mucho tiempo, pero negó cualquier vinculación con la sociedad que hay entre ellos. Sin embargo, aclaró que tendría que “revisar” si tuvo algún tipo de acuerdo financiero con Rivas hace 10 o 12 años, teniendo en cuenta que el hombre ha participado en política desde el progresismo.
Así las cosas, cuestionó que se le esté mencionando en medios por su amistad con Rivas y por ser “vecino” de El Pastuso. Aseguró que el hecho de que su nombre y su foto aparezcan en medios, haciendo relación al escándalo de corrupción, aunque no se le vincule directamente, es exponerlo en el “muro de la infamia”.