Ministro del Interior aseguró que los alcaldes se han convertido en “limosneros del Gobierno”

Durante la apertura del XXV Congreso de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo, Juan Fernando Cristo resaltó que el país sufre de un centralismo que perjudica a los departamentos y municipios

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El ministro del Interior de
El ministro del Interior de Colombia, Juan Fernando Cristo - habló sobre el centralismo en el país - crédito Mauricio Dueñas Castañeda

Durante la apertura del XXV Congreso de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato), el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, resaltó la importancia de fomentar el desarrollo laboral a través del turismo en las diferentes regiones del país.

El ministro enfatizó que el modelo centralista está perjudicando seriamente a numerosos municipios y departamentos alejados del centro de poder.

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“Colombia no puede seguir viviendo en el régimen centralista que tenemos hoy (...) El problema no es el presidente o el ministro, el problema es la estructura, la estructura del poder en nuestro país. Hoy, la Nación se está quedando con el 80% de los ingresos de su gente, y el 20% se lo está dando a los departamentos y los municipios”.

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Juan Fernando Cristo criticó al centralismo - crédito @Mininterior/X

Otro aspecto destacado por el ministro del Interior fue la posibilidad de alcanzar un consenso en el marco de un acuerdo nacional entre los distintos sectores, como el turístico, empresarial, económico y social, para lograr un desarrollo verdaderamente progresivo en el territorio nacional.

“El Presidente ha dicho en varias ocasiones que en el plan reactivación, que se presentará a los colombianos en las próximas semanas, tiene que poner al sector de turismo como pilar fundamental, priorizando la generación de empleo, y la llegada de divisas para el país”.

Cristo afirmó con precisión que las dinámicas de funcionamiento gubernamental, que llevan décadas en vigor, afectan significativamente a las regiones fuera del centro de poder. Concretamente, el ministro del gabinete del presidente Gustavo Petro indicó que, en muchas ocasiones, los alcaldes y gobernadores terminan pareciendo “limosneros” debido a las travesías y dificultades que deben enfrentar simplemente para recibir los recursos públicos que les corresponden.

“Las cosas se hacen mucho mejor desde los territorios desde lo que hacemos en Bogotá. (...) Yo sé que esta propuesta genera mucho debate (...) los gobernadores y alcaldes viajan a Bogotá para tocar puertas cada semana para pedirle al Gobierno nacional cualquier trámite (...) se han convertido en limosneros del Gobierno nacional, y así no puede funcionar el Estado colombiano”, indicó el ministro del Interior.

Otra de las críticas al centralismo por parte de Cristo se centró en lo ocurrido tras el proceso de paz con las extintas guerrillas de las Farc. Señaló que en los lugares alejados donde operaba este grupo, no hubo un acompañamiento estatal adecuado para fomentar el desarrollo después del conflicto bélico incentivado por la milicia narcoterrorista. Esto dejó a muchas regiones sin el apoyo necesario para reconstruir y avanzar, perpetuando así la vulnerabilidad y el rezago económico y social en esas zonas.

“Desafortunadamente, en los seis años que el Acuerdo de Paz fue firmado por la sociedad colombiana, no nos dedicamos a la tarea de esos 170 municipios. Esta es una tarea que no debe ser llevada a cabo por un político, es una tarea que el Estado tiene que hacer en esos municipios que han sido históricamente afectados por la violencia, la violencia en las instituciones (...) tenemos una deuda social y una deuda étnica”.

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Imagen de referencia Guadalajara de Buga: El ministro aseguró que se deber realizar un acuerdo que vincule al sector turístico con otros sectores productivos - crédito Cámara de Comercio de Buga

Las dinámicas centralistas pueden ser perjudiciales para un país como Colombia debido a la concentración de recursos y decisiones en la capital o en una región específica, lo que agrava las desigualdades económicas y sociales entre diferentes áreas del país. Esto puede resultar en que las regiones periféricas se sientan desatendidas o mal representadas en las decisiones nacionales, generando descontento y falta de cohesión nacional. Además, las necesidades y prioridades locales no son adecuadamente consideradas, lo que perpetúa la sensación de inequidad y marginación.

Un sistema centralista puede ser menos eficiente al no permitir la descentralización de decisiones y recursos. Las autoridades locales, que están más familiarizadas con los problemas y necesidades de su región, pueden tener dificultades para actuar rápidamente debido a la burocracia central. Esto limita la capacidad de respuesta y la implementación de soluciones efectivas a nivel local, creando obstáculos significativos para atraer inversiones, mejorar infraestructuras y fomentar el desarrollo económico en estas áreas. Como resultado, las oportunidades de empleo y bienestar en las regiones fuera del centro de poder son limitadas, perpetuando la dependencia del gobierno central para obtener recursos.

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