El expresidente Juan Manuel Santos expresó su profundo desacuerdo con la decisión de Colombia de abstenerse en la votación de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre la resolución que instaba al Gobierno de Venezuela a publicar las actas de los resultados electorales del 28 de julio.
Esta resolución fue parte de una reunión extraordinaria convocada para discutir los resultados del proceso electoral en Venezuela, que ha sido objeto de cuestionamientos tanto por parte de la oposición venezolana como de la comunidad internacional, debido a la reelección de Nicolás Maduro.
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Santos calificó la decisión de abstención por parte de Colombia como “una vergüenza”, una postura que dejó clara en sus redes sociales. El exmandatario ya había manifestado previamente su desconfianza hacia los resultados electorales en Venezuela, afirmando que “los resultados en Venezuela no son creíbles” y subrayando la necesidad de transparencia en el proceso.
El expresidente también insistió en que los resultados no deberían ser reconocidos hasta que no se logre una transparencia total en el proceso electoral y estos sean verificados por observadores y analistas independientes que no estén vinculados al régimen de Maduro.
La abstención de Colombia en esta votación de la OEA ha generado controversia, especialmente entre aquellos que consideran que el país debería adoptar una postura más firme en defensa de la democracia y los derechos humanos en Venezuela.
Esta crítica también resalta las divisiones internas en Colombia sobre cómo abordar la crisis venezolana, con algunos sectores defendiendo una postura más diplomática y otros abogando por una mayor presión internacional sobre el gobierno de Maduro.
Ola de críticas tras abstinencia de Colombia en votación de la OEA
Este miércoles, políticos de la oposición arremetieron contra el Gobierno colombiano debido a su abstención en una votación crucial de la Organización de Estados Americanos (OEA). La resolución en cuestión buscaba presionar a las autoridades venezolanas para que publicaran de inmediato las actas de las elecciones del pasado domingo.
Las críticas se centraron especialmente en el presidente Gustavo Petro, quien ese mismo día expresó públicamente sus “graves dudas” sobre la legitimidad de las elecciones presidenciales en Venezuela y exigió un escrutinio transparente, instando al gobierno venezolano a aceptar el resultado, “cualquiera que haya sido”.
Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá, manifestó su descontento a través de la red social X, calificando la decisión del Gobierno colombiano como “inaceptable e inexplicable”. Este sentimiento fue compartido por otros líderes políticos y sectores de la sociedad colombiana que cuestionaron la coherencia del Gobierno.
En la sesión extraordinaria de la OEA celebrada en Washington, la resolución que buscaba presionar al Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela para que revelara los resultados detallados de las votaciones no consiguió la mayoría necesaria. Con 17 votos a favor, 11 abstenciones (incluidas las de Colombia, Brasil y México) y cinco ausencias, la resolución quedó sin aprobación.
El texto de la resolución solicitaba al CNE que “publique inmediatamente los resultados de la votación en cada mesa electoral” y que permita “una verificación integral de los resultados en presencia de organizaciones de observación independientes para garantizar la transparencia, credibilidad y legitimidad de los resultados”. Estos puntos eran considerados esenciales para validar la elección de Nicolás Maduro, cuya proclamación como ganador ha sido ampliamente cuestionada por la oposición venezolana y una parte significativa de la comunidad internacional.
Claudia López, exalcaldesa de Bogotá y miembro del partido Alianza Verde, también se unió a las críticas, señalando que “no es coherente que el presidente y el canciller de Colombia digan una cosa y hagan otra”. En su mensaje, López destacó la contradicción entre las declaraciones públicas del Gobierno colombiano en las redes sociales y su actuación en la votación de la OEA. Según ella, la ambigüedad del Gobierno refleja una “complicidad con un fraude electoral y un régimen anti democrático que en este momento reprime y asesina a sus ciudadanos”.
Por su parte, la senadora María Fernanda Cabal, del partido de derecha Centro Democrático, fue aún más directa en su rechazo, describiendo la posición del Gobierno de Petro en la OEA como “canalla”. Cabal acusó al gobierno de Petro de apoyar tácitamente al “genocida Maduro” al abstenerse de respaldar una resolución que exigía transparencia en los resultados de las elecciones venezolanas.