La educación no es igual para las personas con discapacidad auditiva en Colombia, pues existen brechas que les impiden avanzar al ritmo que los demás por las dificultades para acceder a la información de forma adecuada debido a las dificultades de comunicación con docentes y estudiantes. A pesar de que se han registrado avances en la eliminación de barreras, todavía hay muchos problemas para que las personas sordas puedan recibir una educación de calidad.
La situación quedó evidenciada en el caso de un Juan David: un joven estudiante del Colegio José Eugenio Martínez de Valledupar (Cesar), que ha bajado su rendimiento académico porque no cuenta con un intérprete que le ayude a entender los temas que aborda en clase. “Mi nieto es sordo y va perdiendo cinco materias”, contó a El Pilón Rocío Bedoya, abuela del alumno.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
La pérdida de las materias también se debe a que el joven se ha “desanimado” al notar lo difícil que resulta para él formarse como los demás compañeros. Eso ha llevado a que deje de asistir a las clases o a salirse de ellas, porque no puede acceder a la información como debería.
El problema radica en que la contratación de los intérpretes para los alumnos con discapacidad auditiva se ha tardado. Además, el intérprete que estaba en su grado fue trasladado al grado séptimo, al evidenciar que el estudiante estaba ausentándose. “El año pasado no tuvo todas esas falencias”, detalló la abuela de Juan David al medio local citado.
Además, indicó que la comunicación con los docentes es muy compleja, porque, aunque intentan expresarse de la mejor manera para guiar al joven, no logran darse a entender.
Esto pone sobre la mesa la discusión sobre las posibilidades de formación de calidad a las que podría acceder el estudiante después de que se gradúe del colegio e intente ingresar a una universidad. “Los profesores nos han comentado que se les dificulta explicarles las tareas. Ahora vienen las pruebas Icfes. No sé cómo hará las pruebas. Nosotros no manejamos la lengua de señas, solo lo básico y no tenemos la capacidad para explicar esos conocimientos”, detalló Bedoya.
Dificultades para el aprendizaje
De acuerdo con la familiar del alumno, la población sorda suele comunicarse, sobre todo, por medio de la escritura y, además, no manejan del todo el idioma. En el caso de Juan David, el joven se demora en anotar sus apuntes porque debe concentrarse en plasmar correctamente cada frase. “Por eso necesita el apoyo del intérprete”, sostuvo. No obstante, la familia se ha “cansado” de solicitar la contratación de un profesional que contribuya con la educación del joven.
No todos los casos son iguales. Los recursos económicos, las oportunidades y los avances tecnológicos contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas sordas. Ahora existen implantes cocleares que permiten el retorno de la audición normal.
Eso, justamente, es lo que le permitió a Mathias Velásquez, un bicicrosista de Santander que sufre de hipoacusia bilateral profunda, empezar a aprender. A los dos años retornó su audición gracias al implante; no obstante, su padre, Alejandro Velásquez, citado por el informativo Vanguardia, aseguró que es complejo acceder a este tipo de tecnología por “el panorama de las EPS” en Colombia.
Existe dicha posibilidad para las personas con esta discapacidad, que impacta su desarrollo en entornos educativos, laborales y personales.
“El implante coclear sin duda es un invento excepcional porque contribuye a personas que pensaban que no había una solución para su problema auditivo y permite regresar a la audición normal. El sistema auditivo es esencial para nuestro desarrollo personal, cognitivo y funcional, porque a través del oído aprendemos muchas cosas”, precisó la audióloga Julieth Lozano.