El presidente de Colombia, Gustavo Petro, vivió un episodio de controversia y rechazo al final de su visita al municipio de Piedecuesta (Santander), donde asistió a la presentación del nuevo Instituto Colombiano del Petróleo y Energías de la Transición. El evento, que transcurrió en medio de una serie de discursos y anuncios importantes sobre la transición energética del país, culminó en una recepción poco amistosa por parte de algunos de los ciudadanos locales.
La visita del presidente Petro a Piedecuesta se llevó a cabo el 31 de julio y tuvo como principal objetivo la inauguración del nuevo instituto, una iniciativa clave para el avance en la transición hacia energías más sostenibles en Colombia. Acompañado por el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, el jefe de Estado destacó la importancia de que la empresa estatal se involucre en la generación de energía eléctrica, bajo el argumento de que su participación podría traer beneficios significativos a nivel nacional.
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Durante su intervención, Petro afirmó: “Lo que yo propongo es que Ecopetrol genere energía eléctrica; eso le serviría a todo el país porque es un grande que entra con finanzas en medio de muchos grandes que están ordeñando el país”. Estas palabras destacaron el enfoque del Gobierno en la transformación del sector energético y la reducción de la dependencia de fuentes no renovables.
Sin embargo, el tono de la jornada cambió drásticamente al momento de su salida del municipio. En varios videos que rápidamente se difundieron a través de redes sociales, se observó al presidente y a su comitiva abandonando Piedecuesta en una caravana de vehículos blindados, mientras la multitud presente en las calles expresaba su descontento de manera evidente.
Las imágenes muestran a numerosos ciudadanos vociferando consignas como “¡Fuera Petro!”, y abucheando al jefe de Estado. Además, se registró la manera en que algunas personas lanzaron piedras y objetos contra los vehículos de la comitiva presidencial, un acto que exacerbó el clima de tensión y provocó una fuerte reacción en las redes sociales. Los comentarios en plataformas digitales reflejaron una mezcla de sorpresa y preocupación, al sugerir que los niveles de desaprobación del presidente, que ya habían sido evidenciados en encuestas recientes, se estaban manifestando en situaciones de descontento público más visibles.
En las imágenes se observa la presencia de las autoridades en el lugar, que intervinieron para controlar la actividad algo violenta de algunos ciudadanos. Incluso, los bomberos llegaron al lugar y se ubicaron entre las camionetas y los residentes de la región.
Este episodio no ocurre en un vacío político. La situación en Colombia también se encuentra bajo la influencia de eventos internacionales, como las recientes elecciones presidenciales en Venezuela. El 28 de julio, Nicolás Maduro fue supuestamente reelegido en un proceso electoral que es objeto de controversia y alegaciones de fraude. La oposición venezolana, encabezada por Edmundo González y María Corina Machado, cuestionaron la legitimidad de los resultados, lo que atrajo la atención internacional hacia la región y añadió un contexto de inestabilidad política en América Latina.
El rechazo público que enfrentó el presidente Petro en Piedecuesta puso de manifiesto los desafíos que su administración enfrenta en términos de aceptación y legitimidad. La combinación de una agenda ambiciosa en términos de política energética y un contexto político regional tumultuoso parece haber exacerbado las tensiones existentes.
Así, los usuarios respondieron a los videos compartidos, y muchos de ellos afirmaron que el presidente recibía lo que se merecía. En algunos comentarios se puede leer que: “Música para mis oídos”; “Lo aman..”; “Excelente así es que es, que buena despedida a ver si sigue diciendo que el pueblo lo ama”; “Llevan carro de bomberos ahora en las caravanas para callar a la gente”.