Luis Alfredo Garavito, conocido como “La Bestia” o “El Monstruo”, marcó negativamente la historia de Colombia por sus atroces crímenes. Garavito apagó la vida de por lo menos 200 menores en Colombia, Venezuela y Ecuador durante los años 90. Capturado en 1999, el quindiano fue uno de los asesinos en serie más notorios y crueles de la región.
La interacción sostenida con Garavito desde La Tramacúa, una cárcel de máxima seguridad en Valledupar, fue intensa y prolongada, lo que brindó una ventana a la mente de uno de los criminales más despiadados del continente, pues colaboró con el periodista Kevin Pinzón, que logró entrevistarlo para el programa Testigo Directo.
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Posteriormente, en un pódcast llamado Historias Paranormales, dirigido por el antropólogo e historiador Esteban Cruz, Pinzón habló en detalle sobre su experiencia entrevistando a Garavito. El comunicador reveló que para mantener la buena disposición del violador en serie, debía estar siempre disponible para él, incluso a horas intempestivas. “Tenía que contestarle sí o sí, siempre, porque si no, él se molestaba y cambiaba su actitud”.
La composición de Luis Alfredo Garavito con canción de ‘Yo soy Betty, la fea’
Otro aspecto intrigante que surgió durante sus conversaciones fue una composición inédita que el confeso criminal creó antes de morir. Según el periodista, el asesino adaptó la letra de la popular telenovela Yo soy Betty, la fea a su vida personal. Este macabro detalle demostraría la capacidad de “La Bestia” para distorsionar la realidad a su antojo, manipulando incluso los elementos más insospechados para sus oscuros fines.
En el minuto 10:20:00 del pódcast, compartido en YouTube, Kevin Pinzó recordó que un domingo, en el que estaba compartiendo un almuerzo con su familia, tuvo que contestarle una llamada a Luis Alfredo, así que lo puso en altavoz para continuar comiendo.
“Me dijo: ‘Qué hubo Kevin’. Le dije: ‘Qué más viejo’, y el tipo comienza a cantar... Nunca se me va a olvidar la cara de mis papás, quedaron impresionados porque le cambió la letra de la canción de Betty La Fea y la acopló a la vida de él”.
De acuerdo con Pinzón, Garavito tiene una composición de esa canción acoplada a la vida de él. Dicho esto, cantó lo que adaptó el hombre. “Se dice que soy bestia, que me gustan los menores...”, dijo.
En la última fase de sus años, Garavito dejó una mezcla de pensamientos que oscilan entre lo lúgubre y lo perturbador. La adaptación de la letra de Betty La Fea es solo un ejemplo más de su retorcida mente. La capacidad de Garavito para distorsionar, incluso, los elementos más inofensivos de la cultura popular para ver su propia vida reflejada en ellos, es una muestra de la perversidad con la que miraba el mundo.
Así se ganó la confianza de “La Bestia”
En el pódcast, Pinzón también mencionó cómo tuvo que ganarse lentamente la confianza del violador. Esto implicó largas visitas y la constante disposición a recibir sus llamadas. De ese modo, pudo obtener relatos y detalles que no se encuentran en los expedientes judiciales, lo que aportó una visión más completa del perfil delictivo de Garavito.
Otro de los aspectos más resaltantes de los relatos compartidos por Pinzón en el pódcast fue la manipulación que Garavito ejercía mediante la religión.
A través de la fe, el violador y asesino intentaba moldear sus historias y versiones de los hechos, al mostrar una astucia perversa. Durante sus entrevistas, el periodista percibió cómo el criminal ajustaba sus relatos para intentar presentarse de una manera más benigna, aunque sin poder escapar de la frialdad de sus acciones.
Durante su vida posterior a la captura, Garavito se convirtió en un símbolo del horror para la sociedad. Muchas familias temían la simple idea de que pudiera salir libre, pero su muerte a causa de un cáncer en 2023 cerró ese capítulo, aunque el impacto de sus crimines permanece en la memoria colectiva.