En la tarde del martes 30 de julio se entregó a las autoridades el preso que el pasado sábado 27 del mismo mes, aprovechó un descuido de los miembros del Inpec y se fugó de la cárcel La Picota, de Bogotá, en medio de una diligencia médica que tenía como fin realizar una diálisis en el hospital San José.
John Fahin Salguero Aguilar, de 46 años, llegó hasta las puertas de la penitenciaría en compañía de sus familiares para entregarse de manera voluntaria, pero reconociendo que este tipo de hechos pueden acarrearle nuevas sanciones y la detención de un proceso de libertad pendiente.
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Sus familiares aseguran que la decisión de darse a la fuga fue para llamar la atención y hacer valer sus derechos, pues desde su traslado desde la cárcel Picaleña hace seis meses, no está recibiendo la atención adecuada para sus problemas de salud ni los medicamentos necesarios.
Con respecto a estos hechos, Francisco Bernate, presidente del Colegio de abogados penalistas de Colombia manifestó que este nuevo delito podría traer para Salguero Aguilar la pérdida de varios beneficios: “la consecuencias es que de las cuales perderá algunas prerrogativas tales como la posibilidad de pedir permisos de 72 horas, incluso el derecho a la libertad condicional se ve bastante comprometido con esta situación”.
A su lista de delitos le añadió el de fuga que incrementará la condena: “ha cometido el delito de fuga de presos, que se sanciona en Colombia con una pena de 4 a 9 años de cárcel”, expresó Bernate, tal como está estipulado dentro del Código Penal en el Artículo 448: “El que se fugue estando privado de su libertad en centro de reclusión, hospital o domiciliariamente, en virtud de providencia o sentencia que le haya sido notificada, incurrirá en prisión de cuarenta y ocho (48) a ciento ocho (108) meses”.
El recluso lleva interno 10 meses de la condena de 20 años que deberá pagar por los delitos de homicidio, hurto agravado, fabricación, tráfico y porte de armas de fuego y/o municiones, crímenes que fueron cometidos en el año 2002, llegó hasta las puertas del centro penitenciario.
No obstante, el medio El Colombiano manifestó que no es la primera vez que este hombre se escapa, pues ya registra anotaciones por otras dos fugas de la cárcel de Amalfi en 2010 y 2016.
Pero no pasaron más de 24 horas luego de este hecho para que La Picota fuese nuevamente el escenario de una fuga de prisioneros. En la madrugada del 28 de junio, dos reclusos condenados por graves delitos lograron escapar de la cárcel ubicada en Bogotá.
Eusebio de Jesús Agudelo Hernández y Sebastián Molina López, condenados por concierto para delinquir, homicidio, y tráfico y porte ilegal de armas, lograron huir a través de una ventana que daba a la parte trasera del penal. Esta información fue confirmada por el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).
Ante este incidente, el Inpec ha ordenado una investigación disciplinaria a todos los funcionarios del penal. El objetivo del escrutinio es determinar posibles fallos en los procedimientos de seguridad y establecer responsabilidades administrativas.
Esta fuga se suma a otra reciente, también desde La Picota, lo que subraya una posible problemática en las medidas de seguridad de esta cárcel de máxima seguridad.
La situación expone nuevamente los constantes problemas que se presentan al interior del sistema penitenciario del país, uno de ellos son las condiciones deplorables para los personas privadas de la libertad y los permisivos sistemas de seguridad para los presos por parte del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC).