Administrador de una finca asesinó a un adolescente que se encargaba de ordeñar las vacas: borracho le dio dos tiros y escapó del lugar

Luis Alberto Jusayu, de 17 años, falleció en la finca Limoncito tras un altercado con el administrador del lugar, quien le disparó varias veces en la cabeza

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El joven se desempeñaba como
El joven se desempeñaba como ordeñador de la finca - crédito Álvaro Tavera/Colprensa

Hay consternación en la comunidad de Cesar por un violento homicidio que involucró al administrador de una finca y el empleado encargado de ordeñar las vacas. Versiones preliminares indican que un ataque de intolerancia produjo el trágico desenlace.

La situación ocurrió durante la noche del domingo 28 de julio cuando el administrador de la finca Limoncito, en el corregimiento de Barranca de Lebrija, municipio de Aguachica (Cesar), tuvo una acalorada discusión con Luis Alberto Jusayu, un adolescente de 17 años que se desempeñaba como encargado de ordeñar las vacas.

La víctima recibió varios disparos
La víctima recibió varios disparos con arma de fuego - crédito Colprensa

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De acuerdo con información que circula en los diarios judiciales de la región, entre el encargado de la finca y Jusayu sostenían una discusión que iba incrementando, pero lo particular de la situación fue que en medio de los gritos el adulto sacó un arma de fuego e impactó en dos ocasiones en la cabeza al menor de edad.

El administrador del predio, aparentemente bajo los efectos del alcohol, decidió escapar del lugar tras constatar que el menor de edad yacía sin vida en el suelo. A pesar de los esfuerzos realizados por los habitantes del corregimiento para trasladar al joven ordeñador a un centro asistencial, los disparos con el arma de fuego resultaron mortales.

El responsable de cometer el
El responsable de cometer el homicidio huyó de la escena del crimen - Crédito Colprensa

Entre tanto el secretario de Gobierno de Aguachica, Isaac Holgín, resaltó que en la comunidad hay gran tranquilidad y paz, pero con situaciones como la evidenciada con el joven ordeñador se empaña la imagen de la región.

Los habitantes del corregimiento le están solicitando que el crimen del joven empleado no quede en la impunidad, y que el brazo de la justicia obre con total contundencia.

Las autoridades se encuentran adelantando tareas investigativas para poder definir la identidad y el paradero del dueño de la finca, responsable de haberle quitado la vida al menor de edad.

Que tan agravante es que la víctima de homicidio haya sido un menor de edad

Si un menor es víctima
Si un menor es víctima de un delito los castigos serán más duros - crédito (Imagen Ilustrativa Infobae)

En el marco legal colombiano, el hecho de que la víctima de un homicidio sea un menor de edad constituye un agravante. La legislación penal de Colombia establece circunstancias agravantes específicas para diversos delitos, incluyendo el homicidio, cuando la víctima es una persona especialmente vulnerable, como los menores de edad. Este enfoque busca proteger a los grupos más vulnerables de la sociedad y asegurar que los delitos cometidos contra ellos reciban una respuesta penal más severa.

El Código Penal Colombiano, en su Ley 599 de 2000, específicamente en el artículo 104, contempla las circunstancias bajo las cuales el homicidio se considera agravado. Según el numeral 2 de este artículo, el homicidio se agrava cuando la víctima es un menor de edad, entre otros grupos vulnerables. Además, el artículo 135 establece penas más severas para delitos cometidos contra menores de edad, reconociendo la mayor vulnerabilidad de estos individuos. Estos preceptos legales reflejan el compromiso del Estado colombiano de brindar una protección especial a los menores de edad.

Colombia también es signataria de diversos tratados internacionales que protegen los derechos de los niños, como la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU. Estos instrumentos internacionales obligan al país a establecer y aplicar medidas que protejan especialmente a los menores. La ratificación de estos tratados implica que Colombia debe adaptar su legislación y prácticas judiciales para garantizar la máxima protección posible a los menores.

Cuando un homicidio involucra a un menor de edad, las autoridades judiciales deben considerar esta circunstancia como un agravante durante el proceso penal. Esto puede traducirse en un aumento significativo de la pena para el agresor en comparación con el homicidio de una persona mayor de edad. Además del incremento de la sanción penal, el Estado debe garantizar medidas de protección y reparación para la familia de la víctima. Las autoridades pueden dar prioridad a la investigación y judicialización de los delitos cometidos contra menores, dada su gravedad y el interés superior del niño.

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