Joven colombiana aseguró que dos amigos la engañaron para robarle 30 millones de pesos a través de una “estafa tributaria” en Estados Unidos: tuvo que vender su sangre

Para pagar la deuda en la que la metieron, según ella, tuvo que conseguir varios trabajos e, incluso, vender su sangre

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Karen tuvo que renunciar a su programa de viaje y conseguir tres trabajos para cancelar la deuda en la que la metieron sus "amigos" - crédito @kbmmdz / TikTok
Karen tuvo que renunciar a su programa de viaje y conseguir tres trabajos para cancelar la deuda en la que la metieron sus "amigos" - crédito @kbmmdz / TikTok

Dos años después de haber contraído una deuda millonaria que frustró sus planes en el exterior, la colombiana Karen Méndez compartió un video en sus redes sociales en el que expuso cómo sus “amigos” la estafaron y le robaron treinta millones de pesos “presuntamente”.

Se refiere a Sebastián Ramírez y Jaime Ruiz, a quienes les abrió las puertas de su casa, les presentó a su familia y hasta viajó con ellos, hasta que la engañaron para cometer un delito federal cuandoi se enteraron que se encontraba en el norte, con el que pensaron que podrían hacer dinero fácil.

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“Estaba en un programa de intercambio como au pair (niñera) en Estados Unidos hasta el mes de julio y en agosto viajé a Colombia para mis cumpleaños. Pasé las vacaciones junto a ellos y en septiembre me regresé, pero hacíamos videollamadas prácticamente a diario y, en una de esas, Sebastián me pidió que le recibiera un dinero y se lo inviara a Colombia a través de una aplicación que yo utilizaba para mandarle dinero a mi familia”, recordó.

Al enfrentarse a los delitos que la llevaron a cometer, quedó con una deuda de 30 millones de pesos - crédito @kbmmdz / TikTok

Naturalmente, desconfió de él, porque se conocían mucho menos que con Jaime, pero este último logró convencerla para aceptar, bajo la promesa de recibir una compensación. “Me dio toda la confianza y las garantías porque se iba a ver beneficiado con ese dinero. El proceso era muy sencillo, recibir el dinero y enviárselo a Sebastián para hacerle el favor y a mí no me pareció nada extraño”.

Sin embargo, su cuenta, según le dijeron, no era compatible con la de la persona que iba a realizar la transferencia en Estados Unidos, así que Karen abrió otra cuenta a su nombre en una entidad bancaria y los dos mil dólares que habían pactado le llegaron en dos transferencias.

“Pero después de eso, seguía llegando más dinero. Entonces le dije a Sebastián y él me pidió la información de mi cuenta y, aunque siempre han dicho que esa información no se comparte y es delicada, pensé que no habría problema porque, al fin y al cabo, ese era su dinero y no era mi cuenta personal. Así que yo le di mi usuario y clave”.

Al ingresar, Sebastián cambió la contraseña y el número asociado, lo que preocupó a Karen, porque la cuenta seguía estando a su nombre. “Era mi información, mis datos los que estaban vinculados con la cuenta y estaba siendo alterados, con semejante cantidad de dinero”.

La malversación es un asunto criminal grave contra el gobierno e instituciones federales - crédito Tom Brenner / Reuters
La malversación es un asunto criminal grave contra el gobierno e instituciones federales - crédito Tom Brenner / Reuters

Desesperada, decidió presentarse en el banco en el que había abierto la cuenta y comentar su caso a un asesor: “El asesor mandó una alerta para detener el proceso de las transacciones y me indicó que lo que estaba pasando con la cuenta era que la estaban utilizando para cometer un delito contra el gobierno de los Estados Unidos. Me dijo que, anualmente, hacen una devolución de taxes. El gobierno recolecta todo el año y al final, si tienen un excedente, lo devuelven a los contribuyentes”.

Fue así como, a su nombre, terminaron entrando seis cheques, cada uno por mil dólares, a nombre de Estados Unidos. Lo que, según Karen, era imposible teniendo en cuenta sus ganancias y el tiempo que llevaba en el país.

“El asesor del banco empieza a explicarme que esta estafa se trata de un asunto criminal grave contra el gobierno e instituciones federales. Se trata, específicamente, de una estafa tributaria a través de una falsa declaración de impuestos. El delito en sí es malversación federal y se castiga con prisión, multa por acusación de cargos y la restitución del dinero que fue robado”.

Para reunir dinero extra, Karen tuvo que empezar a donar sangre - crédito EsSalud
Para reunir dinero extra, Karen tuvo que empezar a donar sangre - crédito EsSalud

La reacción de Karen logró conmover al asesor, también de origen latino, y le dijo que haría posible para abogar por ella en el proceso de investigación en el que iban a estudiar su cuenta, ingresos y envíos de dinero a Colombia.

Al salir del banco, la joven se puso en contacto con Sebastián Ramírez y Jaime Ruiz, pero ambos empezaron a culparse entre sí, hasta que Jaime confesó que se trataba de una estafa y la utilizó. Sin embargo, se comprometieron a afrontar el proceso junto a ella. Una promesa que no y tardaron en romper, con todo y que, al reunir las pruebas suficientes, Karen logró reducir los cargos y la pena, únicamente, a la devolución del dinero.

La salida de Estados Unidos le quedó prohibida hasta que demostrara “una intención de pago real”, pero con su salario no le quedó de otra que conseguir varios trabajos: “Hacía el aseo en varias casas, trabajaba en construcción, paseaba perros y donaba mi propia sangre, porque en Estados Unidos pagan por eso, pero un día vomité, me desmayé y me descalificaron del programa de donaciones”.

Tan pronto como logró regresar, Karen se encontró con sus “amigos” y ellos le prometieron que viajarían a España para ayudarla a pagar el total de la deuda, pero como había sido hasta entonces, sus intenciones se quedaron en palabras.

Al llegar al Viejo Continente se compraron un carro, varios electrodomésticos y elevaron su calidad de vida, mientras Karen se vio obligada a renunciar al programa de niñera y trabajar arduamente hasta lograr cancelar sola la deuda.

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