Cadáver de un conductor de plataforma fue arrojado a un abismo de 50 metros en Antioquia

El cuerpo sin vida de un conductor de plataformas de transporte fue encontrado en las primeras horas del domingo 28 de julio de 2024 después de ser reportado como desaparecido un día antes por sus familiares y allegados que reportaron el caso a la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá.

La víctima fue identificada como Arbey Alonso Agudelo Gañan, un joven de 26 años, que se dedicaba a trabajar en su vehículo. Sin embargo, en la jornada del sábado tomó una ruta desde el barrio Niquía hacia los miradores de la ciudad, según le avisó a su pareja a través de un mensaje de WhatsApp.

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Lamentablemente, después de ese suceso, perdieron todo el rastro de su paradero, por lo que los familiares y allegados dieron pronto aviso a las autoridades para que pudieran ubicar al joven que se encontraba cumpliendo con su labor.

Los seres queridos de Arbey Alonso Agudelo Gañan acompañaron las labores de búsqueda de las autoridades, las cuales dieron frutos, aunque no como ellos esperaban: los uniformados hallaron un cuerpo sin vida en la vereda Jalisco, situada en el corregimiento San Félix.

La ubicación del cuerpo fue entregada por la ciudadanía que se dio cuenta de la presencia de un cuerpo en un barranco, que cuenta con más de 50 metros de altura. Hasta allí llegaron los equipos especializados que lograron identificar el cuerpo y dar aviso a las unidades de búsqueda, así como a sus familiares.

El conductor tenía un impacto de bala en su cabeza y, además, versiones preliminares de los ciudadanos que presenciaron la escena indicaron que tenía amarrado un tapabocas a la cara, por lo que se sospecha de los pasajeros que abordaron el vehículo en el sector de Niquía.

Aunque esta es solo una hipótesis que está siendo manejada por las autoridades, por lo que se continúa avanzando en las labores de búsqueda de los responsables de este homicidio que ha generado preocupación entre los ciudadanos que se dedican a esta labor en Antioquia y todo el país, teniendo en cuenta que los conductores, así como los pasajeros, están en constante riesgo.

Este caso ocurrió mediante las constantes protestas adelantadas por los taxistas a nivel nacional, entre las cuales se rechaza a aquellos que prestan servicios de transporte por medio de aplicaciones, por lo que las autoridades investigan si tiene algo que ver con una disputa entre transportadores o es un tema personal.

En el Valle de Aburrá ha surgido un clima de preocupación entre los transportadores y los debido a la creciente violencia por parte de bandas delictivas. Numerosos incidentes han sido reportados recientemente, incluyendo secuestros y asesinatos de conductores, lo que ha encendido las alarmas en el sector.

En abril, las autoridades rescataron a dos conductores secuestrados y encontraron a otro chofer asesinado en la vía Regional, cerca de la estación del metro de Tricentenario. Este último hallazgo ha incrementado los temores de un posible incremento de la inseguridad en la región.

Según informes locales, estas bandas estarían operando de manera organizada, apuntando a los vehículos de transporte de carga y pasajeros, llevando a cabo tanto robos como secuestros de los ocupantes.

Organizaciones de transportadores han exigido mayor protección y respuestas efectivas para frenar la ola de violencia, pues aseguran que los ataques no solo afectan la seguridad de los conductores, sino también impactan negativamente en la economía local y regional.

Los transportadores continúan solicitando estrategias a largo plazo que incluyan no solo la seguridad policial, sino políticas públicas para mejorar las condiciones laborales y sociales que podrían estar motivando a la delincuencia.