Con una fachada evidentemente deteriorada, sin camas suficientes para todos los uniformados y con acceso restringido a agua para cocinar, bañarse y hasta para ir al baño, permanecen once uniformados de la Policía Nacional en la subestación Puerto Echeverri, municipio de Alto Baudó.
Según las denuncias, conocidas por Infobae Colombia, los policías en esta subestación del departamento de Chocó no reclaman ni hacen peticiones a sus superiores, por temor a represalias por parte de los mismos mandos.
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“Nadie escucha. Todo policía que envían a esa estación es carne de cañón, porque no se cuenta con la infraestructura necesaria. Hay solo 11 policías en la estación, la cual no tiene acceso por carretera, solo en lancha. El lugar más cercano para salir queda a cuatro horas”, expresó a este medio una persona que pidió reservar su identidad.
El corregimiento, al parecer, tampoco cuenta con centro de salud. Por eso, cuando los policías tienen paludismo lo único que les envían son pastillas, según la denuncia. Pero esas pastillas no les hacen el efecto esperado y solo les sirven para calmar, por algunas horas, los efectos de esta enfermedad —también conocida como malaria y que se contagia por la picadura de algunos tipos de mosquitos en países tropicales—.
Los síntomas del paludismo pueden ser leves, como “fiebre, escalofríos y dolor de cabeza. Los graves son fatiga, confusión, convulsiones y dificultad para respirar (...) De no tratarse, el paludismo por P. falciparum puede desembocar en un cuadro clínico grave y causar la muerte en 24 horas”, según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los nueve puntos que dan cuenta de la grave situación en la estación de Policía
De acuerdo con la denuncia conocida por Infobae Colombia, los uniformados entienden que quienes son enviados a lugares como estos terminan expuestos “como carne de cañón”, debido a que no cuentan con los elementos suficientes para repeler un ataque.
“Lo que más indigna es que para otras cosas siempre hay plata, pero para el bienestar de los mismos uniformados que ponen el pecho por la ciudadanía, para nosotros, nunca hay plata. Estamos viviendo como animales. Nos sentimos olvidados por el Estado, como carne de cañón”, expresó a Infobae Colombia una persona que pidió la reserva de su identidad y que enumeró las falencias que se viven a diario en el lugar:
- “No cuenta con la infraestructura necesaria para repelar un ataque por parte de los grupos armados al margen de la ley, ya que toda la madera de la estación está podrida”.
- “No cuenta con energía eléctrica. Esto vulnera más la seguridad del personal, porque no se pueden prender los reflectores en las noches”.
- “No contamos con una base ni del Ejército, ni de la Armada cerca”.
- “El tema de la salud es un caos, porque hay mucha humedad en la estación y a los alrededores, aparte el paludismo que le da constantemente al personal, poniendo su vida en riesgo. Cuando es así, no los sacan porque no cuentan con helicóptero disponible”.
- “Hay agua potable, pero eso solo llega una vez a la semana. El resto del tiempo, el personal se baña con agua lluvia”.
- “La alimentación es mala, porque el acceso de comida al corregimiento es restringido, teniendo en cuenta que los grupos armados amenazan a algunos comerciantes”.
- “No se cuenta con una cama o camarote digno para dormir, porque no hay. De 13 de policías, solo dos duermen en cama. Aparte, cuando llueve, a la estación le entra agua, porque es de madera”.
- “No se cuenta con planta de energía para casos de emergencia”.
- “No se cuenta con radio base para pedir apoyo. Igual, nunca llegan a tiempo”.
Qué responde la Policía en Chocó
Infobae Colombia se comunicó con la Policía del departamento del Chocó. La oficina de comunicaciones de la institución aseguró que a inicios de julio de este año, luego de conocer los reclamos sobre las deplorables condiciones de los once uniformados, se adelantó una intervención en la subestación para mejorar algunos aspectos físicos de la misma, pero no se especificó qué tipo de arreglos se realizaron.
Este medio consultó con habitantes del corregimiento de Puerto Echeverri, que aseguraron que “no han arreglado nada, la estación sigue igual. Mentiras y más mentiras. Lo único que hicieron fue pintar la parte de enfrente y quitaron la maleza. Eso sigue lo mismo, sin planta eléctrica, sin agua, la misma estación de tablas”.
Según se pudo conocer, el comandante del departamento visitó la subestación de Policía a mediados de julio para “pasar revista”, pero hasta el momento no les han solucionado a los uniformados ninguno de los problemas que se viven a diario en el lugar.
Al consultar sobre esta denuncia con la Policía Nacional, explicaron que al ser una subestación, el personal rota cada tres meses, tiempo en el cual, según las autoridades, se les renuevan los tendidos y colchonetas, entre otros elementos que no especificaron.
Voceros de la institución resaltaron las condiciones climáticas de esta zona geográfica, en medio de la selva, donde las temperaturas y el nivel de humedad son elevados: “Cualquier elemento se va a deteriorar con una rapidez inmensa por las condiciones climáticas (...) La ubicación geográfica es demasiado mala, no solamente para la subestación, sino también para la comunidad en general, porque no les llega energía ni agua”.
La Policía Nacional también aseguró a este medio que se compran con cierta periodicidad los artículos que más se requieren, como plantas eléctricas y motobombas, pero no especificaron los tiempos en los que se realizan estos procesos de mantenimiento.
A propósito del deteriorado estado de la subestación, construida con tablas de madera, la institución aseguró que “el territorio donde está la estación no es de nadie, es de la comunidad. No se puede comprar o arrendar, es un ‘préstamo’ de la comunidad, por eso no se puede llegar a construir, por ejemplo. A mediano plazo se está haciendo un proceso de contratación de modulares para las instalaciones. No es una construcción como tal, sino la edificación puesta”.