Colombia enfrenta una nueva crisis en sus esfuerzos de diálogos de paz. El ELN (Ejército de Liberación Nacional) emitió una fuerte declaración criticando al Gobierno nacional por no cumplir con los acuerdos previamente firmados.
La situación amenaza con paralizar las conversaciones de paz que, según el ELN, se han visto minadas por continuos conflictos y falta de seriedad por parte del Ejecutivo.
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La situación se remonta a 2012, cuando comenzaron las negociaciones de paz bajo el primer mandato del expresidente Juan Manuel Santos. A pesar de ciertos avances, el ELN acusa a Santos de intentar modificar los acuerdos durante su segundo mandato. El proceso, que debía cerrar con una solución pacífica al conflicto armado, fue suspendido durante los cuatro años del gobierno de Iván Duque, cuando el ELN activó una bomba que estalló en la escuela de cadetes General Santander, que mató a 23 personas.
El actual Gobierno, bajo la dirección de Gustavo Petro, hizo ajustes a los acuerdos anteriores para inclinarse hacia un enfoque de “paz con transformaciones”. Las conversaciones entre las delegaciones del Gobierno y el ELN, que han tenido lugar desde octubre de 2022 hasta mayo de 2024, se han enfocado en solucionar el conflicto armado, el modelo económico y políticas ambientales, entre otros.
En marzo de 2023, se firmó el Acuerdo de México, pero este ha encontrado una fuerte oposición dentro del propio Gobierno. Miembros de la delegación gubernamental se rehusaron a firmar el Acuerdo 28 en mayo del 2023, argumentando que no compartían la convocatoria del ELN a la sociedad para debatir y proponer cambios significativos al régimen político existente. “Estas transformaciones, de tiempo atrás, la élite dominante las ha constituido en líneas rojas, intocables en un proceso de paz”, señaló el ELN.
La situación empeoró el 3 de agosto de 2023 cuando se inicio el Cese el fuego bilateral, nacional y temporal (Cfbnt). Poco después, el 29 de agosto, el ELN denunció que las Fuerzas Militares habían enviado agentes de inteligencia a Nariño para desmovilizar a elementos del ELN, en contra del Acuerdo de México. El ELN acusa al presidente Petro de autorizar estos movimientos, violando principios fundamentales como Buena Fe y Pacta sunt servanda, una expresión en latín que se traduce como “los acuerdos deben ser cumplidos” o “los pactos deben ser respetados”. Es un principio fundamental que sostiene que los tratados o contratos son vinculantes para las partes que los celebraron
La Resolución Presidencial 115 del 11 de abril de 2024, asignó estatus de representantes del ELN a estos agentes infiltrados. Además, se ha reportado una campaña para persuadir a los presos políticos del ELN a desmovilizarse a cambio de beneficios legales.
Con el cese temporal, el ELN dice haber cumplido con no realizar operaciones ofensivas contra las Fuerzas Armadas estatales, y hasta, según ellos, suspendieron temporalmente las retenciones con propósitos económicos para mantener las conversaciones de paz en marcha. Sin embargo, la congelación de las negociaciones debido a supuestos incumplimientos del Gobierno ha llevado a un punto crítico este esfuerzo de paz.
El cese bilateral ha sido problemático, ya que el ELN afirma haber sufrido numerosos atentados mientras sus frentes sufren ataques diarios, respaldados por las Fuerzas Militares. Estas acciones, según el comunicado del ELN, incluyen el apoyo a grupos paramilitares en diversas regiones como Antioquia, Bolívar y Arauca. Particularmente, la Brigada 30 del Ejército atacó unidades del ELN en el área rural de Cúcuta el 26 de mayo del 2024.
Las acusaciones del ELN no se detienen ahí. Denuncian que el Gobierno no ha honrado el acuerdo de excluir al ELN de la denominación de grupo armado organizado (Gao), a pesar de que solo se requeriría una resolución presidencial para hacerlo efectivo. Según el ELN, estas acciones demuestran la falta de voluntad del Gobierno para alcanzar una solución política al conflicto.
“La paz no puede ser propiedad de gobiernos que no cumplen, es un derecho de toda la sociedad”, indica la declaración del ELN, cuestionando la seriedad y la viabilidad de seguir firmando nuevos acuerdos cuando los previos no se han cumplido. Esta crítica llega en un momento delicado, con Colombia buscando salidas reales a su prolongado conflicto armado.
La crisis actual en los diálogos de paz sugiere un patrón repetitivo de incumplimientos que, según el ELN, se ha observado tanto en gobiernos anteriores como en el actual. La mesa de diálogo de paz está en un punto de inflexión, y el futuro de las negociaciones está en juego.