El presente económico de Colombia no es el mejor. Así lo confirman datos con el precio del dólar (por encima de los $4.000 durante 2024) y la tasa de interés (11,25% la del Banco de la República). A esto se suma la inflación.
Precisamente, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) reveló el 18 de julio el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de junio de 2024, que mide el costo de vida. De acuerdo con la entidad, esta cerró en 7,18% interanual en el sexto mes de 2024, lo que significó una reducción de 5,18% frente al mismo periodo de 2023 (12,13%), pero subió 0,2% frente la registrada en mayo (7,16%).
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La directora de la entidad, Piedad Urdinola, indicó que, en lo interanual, la división de gasto con mayor variación del IPC fue educación (11,21%). Le siguieron restaurantes y hoteles (9,57%) y alojamiento, agua, electricidad y gas (9,25%). También, bebidas alcohólicas y tabaco (8,15%); transporte (8,10%) y salud (6,78%).
Nuevo perfil del consumidor colombiano
Ante esto, el nuevo perfil del consumidor colombiano está marcado por la búsqueda de precios bajos, según un reciente informe de Nielsen. Andrea Estrada, integrante de la analista, indicó que “92% dice que busca precios bajos. En esta situación de inflación donde la plática no necesariamente está alcanzando, yo busco precios bajos”.
El estudio de la compañía experta en análisis de datos revela que el consumidor colombiano orienta ahora las compras hacia tiendas de bajo costo y marcas propias. El comportamiento es una adaptación a las nuevas condiciones económicas del país. La inflación y otros factores económicos provocaron que los consumidores prioricen el ahorro, por lo que recurren a estrategias específicas para disminuir el gasto.
Las tiendas de barrio y los discounters se volvieron los lugares preferidos para hacer mercado, especialmente, entre la población de nivel socioeconómico bajo, según Nielsen. Estas preferencias también se reflejan en los consumidores de nivel socioeconómico alto, aunque ellos tienden a adquirir más marcas tradicionales y productos de marcas premium.
Productos que predominan
El informe detalló las categorías de productos que predominan en las compras actuales. Los productos considerados “infaltables” representan el 65%, mientras que los “lujos” ocupan un 12%. Estrada cuestiona y explica “¿qué categorías pueden ser categorías de lujo y urgencia? Como aceite o jabón íntimo. Mientras que si vamos a categorías infaltables, estamos hablando ya de categorías como desodorantes”. Esta diferenciación muestra cómo los consumidores han redefinido sus prioridades de compra según sus necesidades y el valor percibido de los productos.
La tendencia a adoptar marcas propias se ve impulsada por la percepción de que estos productos ofrecen una calidad similar a un precio menor. La migración no está limitada a un solo segmento socioeconómico, aunque se observa más acentuada en los niveles bajos y medios. “En ambos niveles, las tiendas de bajo costo brindan alternativas de precios bajos para el colombiano de a pie y de todos los niveles socioeconómicos”, indica el informe de Nielsen.
Para entender cómo se ha dado esta transición, basta observar el comportamiento general de las compras. Los consumidores adoptaron los lugares de adquisición para buscar mejores precios, incluso, si esto significa cambiar de grandes superficies a tiendas más pequeñas. La búsqueda constante de ahorro llevó a la compañía a concluir que el consumidor colombiano es ahora más cauteloso y ahorrador.
Cuidado del dinero
Los productos de aseo y algunos artículos de lujo continúan siendo adquiridos, particularmente por aquellos en niveles socioeconómicos altos, quienes todavía prefieren ciertas marcas premium. Sin embargo, la búsqueda de alternativas más económicas en tiendas de descuento y el incremento en la compra de marcas propias sigue al ritmo de estos cambios.
La transformación de los hábitos de consumo se alinea con un panorama económico marcado por la inflación y la necesidad de ajustarse a nuevas realidades financieras. En consecuencia, los consumidores buscan maximizar el valor de su dinero sin sacrificar la calidad básica de sus compras.