Un nuevo caso de estafa inmobiliaria ha sacudido a la región de Tolima, Caquetá y Huila, con al menos 50 personas afectadas, la mayoría de ellas adultos mayores y empleadas de servicio. El modus operandi de los delincuentes ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de ciertos sectores de la sociedad y ha puesto en alerta a las autoridades.
La banda delincuencial, que operaba con un esquema bien organizado, se especializaba en estafas relacionadas con la compra de viviendas y premios de lotería. Los integrantes del grupo solían abordar a sus víctimas en las proximidades de entidades financieras y centros de salud, lugares estratégicamente seleccionados para captar la atención de potenciales víctimas que podrían estar en busca de una oferta atractiva o un golpe de suerte.
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Una vez en contacto con las personas, los estafadores ofrecían viviendas a precios extremadamente bajos y premios millonarios en loterías ficticias. Esta estrategia de engaño tenía como objetivo principal atraer a las víctimas mediante promesas tentadoras y así ganarse su confianza.
Claudia, una de las víctimas, relató su experiencia a Noticias Caracol. Ella, atraída por una oferta aparentemente irresistible, entregó 40 millones de pesos como cuota inicial para la compra de una casa que le mostraron y en la que había puesto muchas expectativas.
La mujer, confiada en la legitimidad del proceso, firmó varios documentos que los estafadores le presentaron como legales. Sin embargo, la realidad golpeó duramente cuando intentó visitar la propiedad prometida y descubrió que no solo la casa no estaba en venta, sino que tampoco existían los vendedores.
En su búsqueda desesperada por respuestas, Claudia contactó al verdadero propietario de la casa, quien le informó que no había ninguna venta en curso y que solo se estaban realizando remodelaciones.
“Hablo con el dueño de la casa y me dice que estaban haciendo unas remodelaciones, pero en ningún momento estaban vendiendo la casa”, declaró Claudia a Noticias Caracol. Esta amarga revelación dejó a Claudia sin los ahorros de toda su vida, poniendo fin a su sueño de adquirir una vivienda propia tras años de trabajo y esfuerzo.
Gracias a las denuncias, los integrantes de la banda fueron capturados el pasado 20 de Julio y un juez los envió a la cárcel.
La epidemia de estafas en Colombia: Cómo protegerse y qué hacer en caso de ser víctima
Colombia ha visto un alarmante incremento en las estafas financieras y digitales en los últimos años. Este fenómeno, que afecta a miles de ciudadanos cada año, ha generado preocupación tanto a nivel gubernamental como en la sociedad civil. La magnitud del problema queda claramente reflejada en los datos más recientes.
Según un informe del Ministerio de Justicia y del Derecho, los ciudadanos que se convierten en víctimas de una estafa cuyo monto oscila entre 10 y 150 salarios mínimos mensuales legales vigentes deben presentar una querella ante la Fiscalía. Este procedimiento es crucial para iniciar una investigación formal que podría llevar a la recuperación de los fondos y a la sanción de los responsables. La presentación de la querella puede realizarse tanto de manera verbal como escrita, y no requiere la asistencia de un abogado, lo que facilita el acceso a la justicia para quienes no cuentan con recursos legales.
Por otro lado, si el monto de la estafa supera los 150 salarios mínimos mensuales legales vigentes, la ley amplía las opciones de denuncia. En este caso, no solo la víctima tiene la posibilidad de presentar una denuncia ante la Fiscalía, sino que cualquier persona que tenga conocimiento de la estafa puede hacerlo. Este mecanismo busca ampliar la cobertura del sistema judicial y asegurar que los casos de gran magnitud sean tratados con la seriedad que merecen.
Asobancaria, la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia, reporta que más de 40.000 personas sufren anualmente fraudes financieros y digitales. La lucha contra las estafas en Colombia requiere una acción conjunta entre las autoridades, las instituciones financieras y la ciudadanía. Solo a través de un esfuerzo coordinado y una mayor conciencia se podrá reducir significativamente el impacto de estas actividades delictivas y proteger a los ciudadanos de los peligros del fraude.