Turismo en Mompox: cómo llegar y que visitar en el pueblo que “no existe”

Las palabras del Libertador Simón Bolívar resuenan evocativas en la obra El general en su laberinto de Gabriel García Márquez: “Mompox no existe. A veces soñamos con ella, pero no existe”. Sin embargo, este pueblo patrimonio de Colombia abre sus puertas invitando a quienes deseen soñar con sus calles empedradas y casonas de colores.

Mompox, también llamada Isla Margarita o Isla de Mompox, es la segunda isla fluvial más grande de Sudamérica, ubicada a orillas del río Magdalena en el corazón del departamento de Bolívar. Este destino colonial es ideal para desconectarse del mundo, un lugar lleno de historia, cultura y naturaleza, perfectos para un turismo inmersivo.

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“Por la Tierra de Dios no se pasa, a Mompox se llega. Es un sitio con el que se sueña visitar por su historia, cultura y naturaleza”, explica María Bernarda Palomino, gerente de la Corporación Más Mompox, una organización dedicada al desarrollo del lugar.

Para quienes planean su viaje desde Bogotá, la opción más rápida es volar a Corozal con Satena, y desde allí tomar transporte terrestre que, cruzando el puente Roncador, inaugurado en 2022, los llevará a la Ciudad Valerosa en aproximadamente dos horas. Con una oferta de 65 hospedajes y 1.300 camas disponibles, Mompox recibe a sus visitantes con una cálida hospitalidad, destacando lugares de alojamiento como La Casa Amarilla, Casa Hotel Boutique Ana Lorenza, y Portal de la Marquesa.

La gastronomía momposina es otro de sus grandes atractivos. Delicias como el queso de capa, la butifarra, el chorizo momposino, el casabito, el dulce de limón y el pescado fresco del río son parte de la oferta culinaria que los visitantes pueden disfrutar en restaurantes como Ambrosía, Santa Coa, Crónicas, y Comedor Costeño. Para quienes prefieren opciones internacionales, Verde Oliva ofrece pizzas con sabores tanto italianos como locales.

La riqueza arquitectónica de Mompox se manifiesta en sus imponentes y coloridas iglesias, que incluyen la basílica menor del Santísimo Cristo. La iglesia y convento de San Francisco, San Juan de Dios, Santo Domingo, y Santa Bárbara, son algunos de los lugares de interés que adornan este municipio, cuyo centro histórico fue declarado Monumento Nacional en 1959 y Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad en 1995.

Para aquellos interesados en el turismo inmersivo, en Mompox se ofrecen diversas rutas que permiten explorar los elementos más significativos de la cultura momposina. Una de ellas es el turismo de naturaleza, donde se hace avistamiento de aves en una embarcación pequeña por el río Magdalena, hasta la Ciénaga de Pijiño, allí se pueden ver más de 300 aves. Otras rutas incluyen la de Elementos de la Arquitectura Momposina, Pintemos la Historia para niños, la Ruta de la Filigrana, la ruta gastronómica y la reciente Ruta de la Alfombra Momposina, trabajada en colaboración con la Corporación Coralfombras y los alfombristas locales.

Un paseo imperdible es el recorrido en barco con La Valerosa Tours, que permite admirar un atardecer multicolor y las luces amarillas de Mompox al anochecer, una experiencia que encapsula la magia de esta joya colonial.

Para quienes planean visitar Mompox, es esencial tener en cuenta ciertas recomendaciones para aprovechar al máximo la experiencia en este encantador destino colonial.

• Clima y vestimenta: el clima en Mompox tiende a ser cálido y húmedo, así que lleva ropa ligera, sombreros y protector solar. También es recomendable llevar calzado cómodo para caminar por sus calles empedradas.
• Cultura y tradiciones: aprovecha la oportunidad de sumergirte en las tradiciones locales. Participar en actividades con los artesanos y guías especializados te permitirá conocer de cerca el patrimonio cultural de Mompox, como la elaboración de la filigrana y las alfombras momposinas.
• Salud y seguridad: es recomendable tener un pequeño botiquín con medicamentos básicos. Mantente hidratado y siempre lleva agua contigo debido al calor. Aunque Mompox es un lugar seguro, siempre es buena idea tomar las precauciones habituales.