La sexta temporada de Masterchef Celebrity se presentó con el desafío de mantener el nivel mostrado en las ediciones previas, y de momento parece lograrlo. Lejos de las rivalidades y personalidades más contrastadas de la quinta temporada – en la que ganó Carolina Acevedo, con reacciones divididas en las redes sociales –, en esta oportunidad se percibe una mayor armonía entre los famosos, más allá de que no faltan los roces.
Entre las figuras que se sumaron al reality show del Canal RCN se incluye la presencia de la medallista olímpica Caterine Ibargüen, comediantes como Vicky Berrio y Franko Bonilla, y en particular una buena cantidad de actores, entre ellos, Juan Pablo Llano, Paola Rey, Conny Camelo, Jacques Toukhmanian, Nina Caicedo, o María Fernanda Yepes.
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Aunque no es la primera vez que participa en un reality show, pues ya en el pasado estuvo en la primera edición de La isla de los famosos en 2004 y Bailando con las estrellas (ambos del Canal RCN), la paisa, recordada por sus papeles en Rosario Tijeras, Sin senos no hay paraíso o María Magdalena, reconoce que su paso por Masterchef Celebrity tiene algo especial para ella en este momento de su vida.
Ya desde el primer día se hizo notar para los televidentes, luego de que no pudiera contener las lágrimas por su preparación inaugural que le valió el delantal negro. Con todo, se mantiene en competencia y en varias preparaciones reconoció la influencia de su mamá, a la que destaca como alguien muy superior en la cocina. La pregunta de hasta dónde llegará todavía se hará esperar un tiempo hasta que tenga respuesta.
María Fernanda habló con Infobae Colombia de lo que hay más allá de la grabación del programa de cocina, la presión, las motivaciones, las claves de la sinergia entre los participantes, su gusto por los concursos de televisión, y hasta de lo que realmente se necesita para ganar Masterchef Celebrity.
Infobae Colombia: ¿Cómo era su relación con la cocina antes de Masterchef?
No muy buena. Mi mamá es una gran cocinera. Tengo una hermana mayor que le siguió los pasos a mi mamá, pero yo hice todo lo opuesto. Le hice un análisis profundo como espiritual porque me he preguntado a mi misma por qué ese bloqueo. ¿Por qué no estoy tan familiarizada con la cocina si mi mamá y mi hermana son tan buenas cocineras?
Hice todo ese legado que mi mamá no hizo. Se dedicó a ser ama de casa y ella toda la vida me dijo “viaje, vuele, estudie, viva”, y yo hice todo eso. No me conecté con la cocina, lo debo confesar, para mi el tema de ser ama de casa tenía un poquito como de trauma. Pero al pasar los años me he conectado con mi lado femenino y eso de cuidar que al final evoca la cocina. Cuando tú estás conectado con el amor propio o querer cuidar a alguien, te terminas conectando con el acto de cocinar.
Si tengo una muy buena relación con el alimento. De un tiempo para acá soy muy consciente con la alimentación. No sigo ninguna línea, no soy vegetariana, ni vegana, nada, pero intento siempre comer alimentos que vienen de la tierra. Para mi, esa frase de que “uno es lo que come”, si, creo fielmente en esa frase. Ojalá lo conectaran a uno con el acto de cocinar desde chiquito, ojalá le enseñaran a cocinar en el colegio pero no, porque siempre le hacían a uno las cosas en la casa. Siempre fui muy vaga en ese sentido.
Infobae Colombia: ¿Por qué aceptó participar en Masterchef Celebrity?
Justamente por eso, de un tiempo para acá tengo esa curiosidad de cocinar. Evidentemente un programa de concurso tipo reality no es el escenario más apropiado para aprender a cocinar (risas). Pero soy una mujer de retos y me gusta retarme a mi misma, acepté esta locura y aquí estamos.
Infobae Colombia: Antes de Masterchef Celebrity ya tenía experiencia en otros concursos, particularmente Bailando con las Estrellas y, un poco antes, en México Baila ¿Qué le atrae de estar en estos concursos?
Yo llevo en el medio unos 17 años, y no sé, a uno le proponen este tipo de cosas y me ha parecido divertido. El primero no fue México Baila, fue mucho más atrás. Cuando tenía 22 años hice La isla de los famosos. Acepté porque me gusta la naturaleza, la aventura y en ese momento de la vida dije “si yo acepto ir a un reality sería hacer un Survivor” y pum. Como uno lo que manifiesta le llega… Fue durísimo ese formato. Chicos, realmente no comemos, en serio (risas) a uno no le ayuda el programa. Llegué lejos, casi a la final. Luego fue México Baila. Lo acepté porque me encanta bailar y me pareció super divertido. Ese no lo sufrí, lo supergocé y como en ese momento era exclusiva de TV Azteca dije “¿Qué puede salir mal?”.
Respondiendo tu pregunta de qué me gusta de los concursos, que no me la había hecho, creo que es eso de retarse. Me gusta retarme, y me gustaba la competencia. Fijate que ya no me gusta, incluso ahora en Masterchef no me está pareciendo tan chevere el tema de competir, me pone muy nerviosa.
Y creo que se ve reflejado en la cámara, ahora que veo el programa al aire digo “¿Pero por qué estoy tan estresada? ¡Yo no soy así!” (risas). Yo suelo tomarme las cosas con más bacaneria y más risa y esta vez no, no he sido capaz, Me estreso muchísimo en el programa.
Infobae Colombia: El primer dia el jurado no tuvo piedad con su preparación, le puso el delantal negro y no pudo contener las lágrimas ante las cámaras. En el programa del lunes presentó un postre por el que el jurado no le dio tan duro pero igual recibió el delantal negro. Tomando en cuenta la cuestión del estrés durante las grabaciones ¿Qué le faltó para lidiar mejor con ese nivel de exigencia?
Gozarmelo más, como reirme más, tomármelo con más ligereza. Ahí me di cuenta que… no sé el resto de concursos, pero Masterchef en particular pone tus vulnerabilidades al frente. Si estás en un territorio desconocido, como en mi caso es la cocina, me siento superinsegura. Me salieron todas mis vulnerabilidades, mis luces, mis sombras, toda esa necesidad de que me aprueben pero que cuando no me aprueban me frustro…
Yo siento que el que inventó este formato es un genio. Está hecho y estructurado para quebrar tus emociones, porque finalmente el público se come tus emociones, no se come tu plato. El jurado se come tu plato, pero el público se come tus emociones. El objetivo de estos formatos es quebrarte, y ellos empiezan a ver por dónde te pueden quebrar a ti, si estás más débil por aquí o por allá, por las preguntas que te hacen, por el tipo de dinámicas que ocurren.
Ahora que me veo al aire, mi esposo me dijo “Fer, tu no vas a aprender a cocinar con una cámara prendida ni vas a aprender a cocinar en un mes. ¡Gózatelo! ¡Muérete de la risa! Regálale sonrisas al público”. Hice todo lo contrario (risas). Me estresé, sufrí. Y se me ve. Yo a veces digo “por qué me veo tan de mal genio”, pero ni siquiera es mal genio, me veo como cuando los niños chiquitos se pierden en un centro comercial, con esa cara de terror. Ya me da hasta ternura verme fuera del programa y decir “Fer, ¿por qué no te reíste más?”.
No me lo tomé con ligereza. Estudio, pago chef, y aunque la gente no crea, he entrenado. Lo que pasa es que tenemos muy poco tiempo para estudiar, también. Es a quemarropa. Pero al final siento que es como darme golpecitos, el beneficio de la duda de decir “soy una valiente”, una valiente de medirmele a un reto que no era lo mío y no estaba preparada para eso, estar expuesto ante las cámaras de todo el mundo. Es muy fuerte. Es estar desnudo completamente ante las cámaras y decir “la cagué, hice un vómito de postre. ¿Qué puedo hacer”.
Infobae Colombia: ¿Cómo fue su preparación para sumarse al programa? ¿Quién la asesoró o cómo se enfocó para responder a ese nivel de exigencia en la cocina? ¿Qué te pusieron a hacer antes de empezar Masterchef?
(Risas) Me llamaron una semana antes de ir a Masterchef. Eso fue a quemarropa, porque me dijeron “el 1 de marzo empiezan las grabaciones, ¿quieres participar?”. Y yo ya venía diciendo que no, ya era la tercera vez que me lo proponían y había dicho que no dos veces. Y dije “si me lo están proponiendo tanto es por algo” y tenía esta pregunta del bloqueo con la cocina. Al final dije “¿Qué es lo peor que me puede pasar? Que me saquen el primer día. Bueno, no importa”.
Honestamente no me da miedo el ridículo, afortunadamente, y creo que por eso soy actriz. A los actores no nos puede dar miedo el ridículo. Por eso estamos ahí un poquito expuestos al pie del cañón y por eso la gente se entretiene con nuestra desgracia (risas).
Pero, no hubo tiempo de preparación, al menos de mi parte. En serio, me llamaron una semana antes y la preparación es mientras estás grabando. Grabamos dos programas al día y no es que estemos en una casa estudio, vamos al canal a grabar y luego cada uno pa’ su casa. Y ahí cada quien ve cómo quiere, si irse para su casa a seguir practicando, si irse con un amigo chef, pagarle a un chef para que te entrene, o descansar.
Muchas veces tomé clases hasta muy altas horas de la noche. Cuando me veo tan mal en repostería, tomo clases con una chef muy buena que la llevaron al programa de jurado, pero uno nunca para de estudiar. Empezando porque el algoritmo de Instagram y TikTok te tira recetas porque todo el día estás viendo recetas, todo el día hablando de recetas, estamos cocinando, y todos coincidimos en que nos vamos a dormir y la gente no descansa.
Infobae Colombia: Siguen cocinando…
(risas) Chicos, se los juro. Esto no es ni el 1% de la tensión y el estrés que se vive ahí adentro. Una cosa es cocinar con tiempo, con musiquita, y otra cosa es “tiene que hacerlo en 60 minutos, ¡ya, ya, ya!”. Ahí se te va la creatividad, te ponen a prueba. Hay que estar preparado para estar en ese tiempo de competencias, sobre todo mentalmente. El que se gane Masterchef te digo que no es el que más cocine, es el que más resista la competencia.
Infobae Colombia: Algo en lo que parece coincidir el público en estas primeras semanas, más allá de que haya algún roce entre ustedes (sobre todo en las pruebas por equipos), es que hay bastante armonía entre ustedes. ¿Cuál es la clave de que exista esa camaradería entre ustedes?
Muchos nos conocemos. Hemos trabajado, somos colegas y coincidido en proyectos. Casi que a la mitad la conocía, muy poquitos que no conocía. Pero a Carolina, Jacko, Victor, Roberto… Yo creo que eso ayudó.
Por otro lado, siento que somos personas que ya cada uno hizo su carrera. No hay nadie tratando de sobresalir o queriendo armar un personaje. Al final todos somos nosotros, expuestos por esta vulnerabilidad, y somos personas que no nos gusta el conflicto. De verdad, siento que no ha existido y no va a pasar.
Hubo roces por momentos de calentura en la prueba, porque estás al límite, hay mucha adrenalina y es normal que se salten las personalidades, o a veces el ego le haga una mala jugada. Pero siento que todos son muy buenas personas, tienen muy definida su vida, su carrera, entonces no hay nadie que intente robarse el protagonismo de nada. Eso ha ayudado a tener una bonita armonía.
Infobae Colombia: Cuando termine Masterchef, ¿Qué sigue en su vida? ¿Vuelve a la actuación?
Hace unos cuatro años estaba viviendo en México y regresé a Colombia desde la pandemia. Estuve algo alejada de la actuación, dedicada a proyectos personales. Pero ahora estoy ya con mucha fuerza de querer regresar. Siento la necesidad de meterme en un personaje de ficción. Por ahora, esperamos que pase toda esta vorágine y después de Masterchef, a trabajar como actriz.