A sus 99 años, Esther Chilito no ha logrado dedicarse a sí misma, ya que, desde hace más de una década, su hija se encuentra en cama tras golpearse la cabeza y quedar en situación de discapacidad.
Hasta entonces, la mujer de 66 años se encargaba de cuidar a Esther y de ayudarla con su negocio informal en el sector de la Sexta norte; sin embargo, con el accidente, intercambiaron papeles, con todo y que a duras penas la nonagenaria logra mantenerse en pie.
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Son varias las ocasiones en las que Esther se ha caído por lidiar con su peso y el de su hija, pero, incluso poniendo su frágil vida en riesgo, no concibe dejar a la niña de sus ojos a la deriva.
“Yo pienso, le pido a mi Dios y eso es lo que me tiene ‘paradita’, porque yo ya no estaría con los años que tengo”, explicó en una entrevista concedida para Radio Reloj Cali.
Pero suplir las necesidades de su hija no es la única tarea con la que Esther, a pesar de su edad avanzada, se ha comprometido. En su hogar también recibió a María, una amiga de 85 años que se sometió a una cirugía y necesita de cuidados especiales.
El accidente de su “niña” fue en vuelco en su vida. Desde entonces, se vio obligada a dejar en segundo plano sus dolores y achaques para cuidar de quien dedicó su vida también a servir:
“Ella cuidaba ‘ancianitas’. La de aquí se murió y la mandaron a Bogotá a cuidar de otra. Venía acá a descansar y yo tenía un ‘puestico’ en la sexta norte. Ella se fue a ayudarme y se cayó llegando, se golpeó la cabeza contra un muro”.
Voluntad parece ser lo único que no escasea en la casa de Esther. Medicamentos, comida y elementos básicos no están a la orden del día y, para colmo, desde hace meses dejaron de prestarles servicios de salud a domicilio:
“Desde enero no vienen, dicen que ya vienen y que ya vienen. Por eso me fui por allá y me caí”. La suya es una historia de desgarradora, marcada por el esfuerzo y la resistencia sobrehumana que tiene su corazón a tope, a la espera de “un milagro” o un ángel en la tierra.
20 adultos mayores son violentados por día en Colombia: esto dicen las cifras
En un llamado a la sociedad y al Estado, la Defensoría del Pueblo destacó la urgente necesidad de aumentar la sensibilización colectiva sobre los derechos de las personas mayores. Este pronunciamiento surge en el contexto de altas cifras de maltrato contra este grupo vulnerable, reportadas por el Instituto Nacional de Medicina Legal.
Entre enero y mayo de 2024, Medicina Legal registró 1.962 evaluaciones medicolegales por violencia interpersonal y 1.047 por violencia intrafamiliar dirigidas a personas mayores. Esto da un promedio de 20 casos de maltrato al día. Según el organismo, la situación en 2023 no fue menos preocupante: se llevaron a cabo 5.832 valoraciones por violencia interpersonal y 2.799 por violencia intrafamiliar contra personas de 60 años o más.
La Defensoría del Pueblo subrayó que, mientras los hombres son más frecuentemente víctimas de violencia interpersonal, las mujeres son las que más sufren la violencia intrafamiliar. Además, se destaca que las personas mayores enfrentan otras formas de violencia, como discriminación por edad y abusos sexuales, económicos y patrimoniales.
La denuncia de este organismo coincide con la conmemoración del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, el 15 de junio, fecha en la que se hizo un llamado a proteger los derechos de las personas mayores y asegurar su bienestar. La Defensoría del Pueblo insistió en la importancia de crear una cultura de respeto y reconocimiento para este grupo etario.
Se resaltó asimismo que las violencias estructurales e institucionales, derivadas de factores económicos, sociales, políticos y culturales, agravan la situación de las personas mayores en Colombia. Esto se manifiesta en la marginalización y la exclusión de su participación en decisiones que les afectan directamente.
Por esto, la Defensoría del Pueblo enfatiza la necesidad de acciones coordinadas y efectivas desde distintas esferas sociales y legales para construir una sociedad que respete y proteja integralmente a las personas mayores. Los derechos humanos, argumenta la entidad, deben ser garantizados sin importar la edad.
Además, se señala la gerontofobia como un problema poco conocido pero significativo. Este término hace referencia a la aversión o discriminación hacia las personas mayores y puede manifestarse en distintos aspectos de la vida cotidiana, contribuyendo a su aislamiento y deterioro de la calidad de vida.