Armando Benedetti y su turbulenta vida amorosa en medio del escándalo actual: esto se sabe de él

La vida personal del embajador colombiano Armando Benedetti se encuentra nuevamente en el centro de la atención pública, esta vez en medio de un reciente escándalo de violencia que sacudió el ámbito político y social del país. La controversia actual resalta no solo la compleja carrera del político, sino también su tumultuosa vida amorosa, marcada por matrimonios fallidos y relaciones problemáticas.

La historia amorosa de Benedetti comenzó a una edad temprana con su primer matrimonio con María Angélica Navarro, una joven de Barranquilla conocida por su estatus social. A tan solo 19 años, el actual funcionario se casó tras un embarazo inesperado que dio lugar al nacimiento de su primera hija, Daniela. Sin embargo, esta unión pronto se vio afectada por el estilo de vida hedonista del político, que se sumergió en el consumo excesivo de alcohol y drogas, de acuerdo con medios locales de la región.

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María Angélica Navarro, al parecer, incapaz de soportar la creciente adicción de Benedetti, decidió poner fin a la relación. Esta separación dejó a Benedetti sin una relación estable.

Durante ese periodo, los medios locales señalaron que Navarro se vio involucrada en relaciones tumultuosas. Su romance con José Reinaldo Fiallo Jácome, conocido como Nano, un notorio narcotraficante, y su posterior relación con Rafael Orozco, cantante de la famosa agrupación Binomio de Oro, desembocaron en eventos que llamaron la atención, como la muerte del artista en su residencia.

De acuerdo con el informe del diario El Tiempo, el 27 de junio de 1992, Navarro ofreció su testimonio ante la jueza Carmen Collante, de la 17 Unidad de Instrucción Criminal, sobre el caso.

Luego de esta relación, Benedetti encontró un nuevo comienzo en su vida amorosa con Haifa Mezher, que se convirtió en su segunda esposa a principios de 1997. Durante esta etapa, el barranquillero comenzó a destacarse en la política, primero como concejal y luego como miembro de la Cámara de Representantes y del Senado; sin embargo, a pesar de los éxitos profesionales, el matrimonio con Mezher también terminó en separación en 2004.

A pesar de la ruptura, Benedetti y Mezher se dieron una segunda oportunidad en 2006. Esta reconciliación, que parecía prometedora, también resultó efímera, concluyó en 2008, cuando ella se mudó al extranjero para asumir un cargo diplomático en un país asiático. Como resultado de esta relación, nació un hijo llamado Armando.

El tercer matrimonio de Benedetti, con Angelina Castro, se celebró en Nueva York a finales de 2010. Esta relación, que también terminó en fracaso, tuvo lugar en un contexto de creciente poder político para el funcionario, que estaba en el apogeo de su carrera en el Senado.

Con Castro tuvo su tercer hijo, Antonio. Después del divorcio, ambos se trasladaron a Estados Unidos, y en 2018, después de enfrentar problemas relacionados con la seguridad de su hijo, decidieron establecerse de forma definitiva en ese país.

La cuarta esposa de Armando Benedetti, Adelina Guerrero Covo, es arquitecta de profesión e hija de Adelina Covo, una destacada figura en la política colombiana, conocida por su trayectoria como exmagistrada del Consejo Nacional Electoral y excandidata a la Alcaldía de Cartagena.

La unión entre Benedetti y Guerrero fue notable tanto en lo personal como en lo profesional. La pareja tuvo dos hijos, Camilo y Francesca, que se suman a la familia del influyente político, que ahora tiene un total de cinco hijos.

Sin embargo, actualmente están en proceso de divorcio. Durante este proceso, se reveló que ella denunció al actual embajador ante la FAO por violencia, un caso que está siendo investigado por las autoridades tanto españolas como colombianas.

Durante un tiempo, Benedetti estuvo vinculado a Saray Elena Robayo Bechara, una exreina de Córdoba y actual congresista en representación de su región.

A pesar de su breve carrera política y juventud, Robayo Bechara atrajo la atención del embajador. Esta supuesta relación fue objeto de especulación pública, especialmente considerando que Benedetti se encontraba en su cuarto matrimonio.