El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) informó que habrá lluvias intensas en 23 departamentos de Colombia entre el 23 y el 26 de julio de 2024.
Este pronóstico se da en el desarrollo de la segunda temporada de lluvias y la posible llegada del fenómeno de La Niña, estimada en un 70% de probabilidad para los meses de agosto y septiembre.
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Al mismo tiempo, el país se encuentra en la temporada de ciclones de 2024, la cual inició el primero de junio y se extenderá hasta el 30 de noviembre, con la posibilidad de sistemas ciclónicos adicionales hasta 15 días después del periodo oficial.
Esta situación llevará a un incremento significativo en la cantidad de lluvias durante el segundo semestre del año.
El Ideam especificó que los departamentos afectados por lluvias intensas esta semana incluirán a La Guajira, Magdalena, Cesar, Atlántico, Bolívar, Sucre, Córdoba, Antioquía, Norte de Santander, Santander, Cundinamarca, Boyacá, Caldas, Risaralda, Vaupés, Arauca, Vichada, Meta, Guainía, Casanare, Guaviare, Chocó y el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
En Bogotá, se prevén condiciones secas con cielos seminublados y posibilidad de lluvias leves en la tarde de los días martes y miércoles.
El martes 23 de julio, las condiciones serán secas en la mañana para varias regiones del oriente y sur del país. Sin embargo, la nubosidad aumentará en la tarde y noche, provocando lluvias en sectores del norte y occidente. Las regiones Caribe, Pacífico y Andina tendrán lluvias de variada intensidad y descargas eléctricas.
Para el miércoles 24 de julio, se esperan lluvias persistentes en las regiones Pacífica, Caribe y norte de la Andina. Las regiones Orinoquía y Amazonía, así como el centro y sur de la Andina, tendrán menos lluvias. En el norte, especialmente en la región Caribe, se presentarán precipitaciones variadas.
El jueves 25 de julio, predominará el tiempo seco en la mañana, pero la nubosidad aumentará en la tarde y noche, generando lluvias en sectores específicos de las regiones mencionadas anteriormente. En el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, se esperan lluvias de variada intensidad durante todo el día.
Finalmente, el viernes 26 de julio, las lluvias de mayor intensidad se concentrarán en las regiones Pacífica, Caribe y norte de la Andina. Las regiones Orinoquía y Amazonía, junto con el centro y sur de la Andina, mantendrán condiciones más secas, con cielos mayormente nublados.
Con esta información, el Ideam recomienda a la población tomar las medidas preventivas necesarias y mantenerse informada sobre cualquier cambio en las condiciones climáticas.
Medidas de prevención ante la amenaza de La Niña en Bogotá
El fenómeno climático de La Niña que afecta diversas regiones del país, podría tener repercusiones significativas en Bogotá durante la segunda mitad del año. Ghisliane Echeverry, directora del Ideam, indicó que hay un 70% de probabilidad de que se presente este fenómeno, intensificando las lluvias en las regiones Andina, Pacífico y Caribe.
Según las proyecciones, Bogotá podría enfrentar mayores riesgos en comparación con otras regiones. Los deslizamientos, inundaciones e incendios forestales podrían ser las principales amenazas, informó el director de la Ungrd. Cristian Uscátegui, exdirector de pronósticos y alertas del Ideam, dijo a El Espectador que, aunque La Niña no significa lluvias constantes, podría incrementar la frecuencia e intensidad de las precipitaciones durante las temporadas de lluvias.
Las altas precipitaciones en Bogotá suelen provocar eventos adversos como caída de árboles, inundaciones y deslizamientos, especialmente en las zonas centro-orientales de la ciudad. Las localidades de Chapinero, San Cristóbal y La Candelaria podrían ser las más afectadas, mientras que Ciudad Bolívar, Kennedy y Bosa experimentarían eventos de menor intensidad, mencionó Uscátegui.
Carlos Alvarado, especialista en Evaluación de Riesgos y Prevención de Desastres de la Universidad de los Andes, advirtió que aunque el sistema de drenaje de la ciudad ha mejorado, aún existen fallas que pueden originar emergencias, como ocurrió en 2011, cuando el fenómeno de La Niña causó inundaciones en Bosa y Kennedy. La región está dividida en cuatro principales cuencas de drenaje: ríos Salitre, Fucha, Tunjuelo y Torca, áreas históricamente propensas a inundaciones.
Las poblaciones más vulnerables, especialmente aquellas en asentamientos irregulares y de estratos 1 y 2, son las más susceptibles a los efectos de estos eventos climáticos. Alvarado enfatizó la necesidad de reforzar estas estructuras para resistir deslizamientos e inundaciones.
El Distrito viene tomando algunas medidas preventivas para contrarrestar la llegada del fenómeno climático. La Empresa de Acueducto, dirigida por Natasha Avendaño, ha ejecutado acciones como la remoción de residuos en cuerpos de agua y la limpieza de sumideros. Además, se ha diseñado un plan de contingencia para operativizar bombas y equipos ante cualquier eventual rebosamiento.
En abril, el alcalde de Bogotá y el director de la Ungrd anunciaron una articulación para fortalecer los instrumentos de gestión del riesgo en 270 zonas críticas de la ciudad. Este acuerdo incluye estrategias para enfrentar incendios, proyectos de reasentamiento y soluciones sostenibles de agua.
Todavía persisten dudas sobre la capacidad de respuesta de la ciudad ante posibles emergencias y la situación de las familias en asentamientos irregulares. La responsabilidad recae en los consejos locales y en la mejora de los planes de gestión de riesgo para anticiparse a estas eventualidades.
Idiger y la Secretaría de Ambiente aún no revelan sus planes de acción, aunque anunciaron que lo harán en una rueda de prensa próximamente. De acuerdo con la bitácora de emergencias del Sire la mayoría de los eventos como inundaciones y encharcamientos ocurren en barrios de Kennedy, Suba, Bosa, Engativá, Ciudad Bolívar, Usaquén, Usme y San Cristóbal.