Cirujano de la Universidad Javeriana reveló abusos a los que fue sometido por sus profesores: “Nos bajaban los pantalones en las cirugías”

La muerte de la residente en cirugía Catalina Gutiérrez avivó el malestar de varios trabajadores del sector salud que estuvieron en el mismo hospital de la reconocida institución educativa

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La trágica muerte de la doctora Catalina Gutiérrez ha avivado múltiples denuncias de malos tratos en instituciones educativas, exponiendo un alarmante problema de salud mental y abuso - crédito Mauricio Dueñas/EFE
La trágica muerte de la doctora Catalina Gutiérrez ha avivado múltiples denuncias de malos tratos en instituciones educativas, exponiendo un alarmante problema de salud mental y abuso - crédito Mauricio Dueñas/EFE

La muerte de la doctora Catalina Gutiérrez, quien sufría abusos mientras realizaba su postgrado en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, despertó una gran conmoción en Colombia y varios residentes han alzado la voz para denunciar el maltrato en las instituciones educativas.

Aunque todos los testimonios han desatado un mar de críticas al sistema de enseñanza en las clínicas y hospitales del país, en las últimas horas se conoció un nuevo testimonio de uno de los cirujanos de la Universidad Javeriana, en Bogotá, en los que se revelarían nuevos abusos hacia los estudiantes.

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Óscar Rubio, cirujano general de institución de educación superior, compartió su experiencia en medio de una entrevista con la W Radio y señaló que “lo que pasa es que a veces se cree que la letra con sangre entra. Eso no puede seguir pasando. No hay motivo para que una persona haya decidido quitarse la vida en vez de renunciar.”

Rubio mencionó que esta situación no es nueva y que hay una distorsión de lo que los instructores consideran una buena educación. Asimismo, contó su experiencia personal dentro del hospital universitario mientras fue residente, asegurando que, incluso, fue desnudado en medio de procedimientos médicos, supuestamente, para fortalecer la concentración.

En la plazoleta de la Universidad Javeriana se realizó velatón en memoria de  la residente en medicina Catalina Gutiérrez - crédito Catalina Olaya/Colprensa
En la plazoleta de la Universidad Javeriana se realizó velatón en memoria de la residente en medicina Catalina Gutiérrez - crédito Catalina Olaya/Colprensa

“Muchas veces me pegaban con las pinzas, me pellizcaban con ellas en el pecho. A veces nos bajaban los pantalones durante la cirugía, porque uno no se podía desconcentrar”, comentó el cirujano al medio radial. Asimismo, relató acerca de los comentarios denigrantes que recibían sobre su formación, incluyendo frases como: “Nos decían que nos habíamos ganado el título en un paquete de Cheetos”.

Incluso, Rubio recordó un incidente de acoso sexual que llevó a la expulsión de un instructor de la universidad Javeriana.

“Al lado mío había una interna y él le dijo: ‘por favor, quédese quieta’. El instructor se acercó y organizó las gafas con la punta de la nariz de la doctora. Ella me miró y quedamos fríos porque no sabíamos qué hacer. Pero la interna después lo denunció”, expresó.

Este caso ha desencadenado un fuerte llamado de atención hacia los directivos de los programas de postgrado para que evalúen y mejoren la situación dentro de las instituciones. “Esto tiene que ser un llamado de atención a esas personas que dirigen estos programas, para que evalúen lo que está pasando ahí adentro,” aseguró Rubio en entrevista con W Radio.

A raíz de la muerte de la doctora Gutiérrez, varios estudiantes de postgrado han comenzado a denunciar los casos de maltrato y el deterioro de su salud mental. Esta situación ha llevado a un movimiento de concientización sobre la realidad que viven muchos residentes y la necesidad de cambios en los métodos de enseñanza y trato dentro de las instituciones educativas en Colombia.

Harán control político a las ambulancias de la ciudad por demoras en atención a Catalina Gutiérrez

En un comunicado, la Universidad Javeriana invitó a reflexionar - crédito Universidad Javeriana
En un comunicado, la Universidad Javeriana invitó a reflexionar - crédito Universidad Javeriana

La reciente muerte de la doctora Catalina Gutiérrez ha generado una intensa discusión sobre la salud mental en Colombia y destapado una serie de carencias en los protocolos de respuesta ante emergencias en Bogotá. Según informes del Concejo de Bogotá, la capital carece de ambulancias especializadas y un enfoque diferencial esencial para tratar incidentes relacionados con la salud mental.

El concejal Leandro Castellanos describió los acontecimientos de la noche del miércoles 17 de julio, cuando una llamada de emergencia fue atendida por el servicio 123, solicitando ayuda urgente para la doctora Gutiérrez, que se encontraba en estado crítico.

“Al llegar a la residencia, los Bomberos Oficiales de Bogotá iniciaron las labores de reanimación, ya que la joven de 27 años se encontraba muy delicada”, explicó Castellanos en un comunicado. Sin embargo, la ambulancia que debía asistirles tardó más de 30 minutos en llegar, a pesar de las reiteradas solicitudes de apoyo.

La situación llevó a que se necesitara otro vehículo de la misma institución debido a la demora en la llegada de la ambulancia. Castellanos destacó: “Parece ser más rentable para la mayoría de ambulancias privadas atender casos de accidentes de tránsito, pero ¿quién atiende los casos de salud en una vivienda y posterior traslado a un centro asistencial?”

La concejala Diana Diago ya había alertado sobre la escasez de ambulancias especializadas en salud mental a comienzos del año. Bogotá, con una tasa de 10.90 ambulancias por cada 100.000 habitantes, cuenta con 905 ambulancias en total, según el último censo, pero la mayoría no están preparadas para atender crisis de salud mental, reveló Diago. Además, comentó que en 2022 la Secretaría de Salud dispuso de cuatro unidades móviles para atender situaciones relacionadas con la salud mental, pero son insuficientes.

La reanimación cardio pulmonar fue realizada por los Bomberos durante 90 minutos, pero no se pudo salvar la vida de la doctora. “Cuando llegó la ambulancia, la mujer ya había fallecido”, añadió Castellanos.

Este trágico evento llevó al concejal a anunciar un control político más estricto sobre el servicio de ambulancias y la atención en salud mental en Bogotá. “Desde el Concejo de Bogotá haré control político a las entidades responsables”, concluyó Castellanos, planeando investigar las demoras y la gestión deficiente en los despachos de emergencia.

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