En la tarde del 20 de julio, el presidente Gustavo Petro instaló de manera forma una nueva legislatura en el Congreso de la República. Antes de hacerlo, pronunció un discurso de una hora y seis minutos en el que habló, principalmente, de economía, así como también de paz y sobre el reciente caso de corrupción en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (Ungrd), que involucra a varios exfuncionarios y funcionarios, así como también congresistas.
Sobre la primera, tan necesaria para el país y ante un urgente plan de reactivación, remarcó varios puntos, como la inversión forzosa a los bancos, la nueva “reforma” a la reforma tributaria de 2022, así como varios éxitos de su gobierno, como el crecimiento en el agro y la reducción de la pobreza.
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Pese a que pasaron varios días del discurso, este sigue calando fuerte en el país y analistas como el exministro de Hacienda José Manuel Restrepo, rector de la Universidad EIA, dieron a conocer su posición crítica al respecto.
A él, lo dicho por Petro le pareció, en lo económico, “una intervención débil y también incompleta”.
Credibilidad de Petro
Aunque reconoció que el tono del mandatario fue conciliador, manifestó que hay que preguntarse si es o no es creíble. Esto, debido a que, como él lo señala, hay que avanzar en un acuerdo político nacional, no para detener reformas, sino para concertar el cambio. Sin embargo, para el académico, el punto de la credibilidad es que esto no se dio ni en la reforma de la educación, como tampoco en la de la salud, la pensional y tampoco ahora en la laboral.
“Para avanzar a un verdadero acuerdo político nacional hay que generar credibilidad. Con esto, digo que fue incompleto (el discurso), por cuanto se olvidó de la preocupación central del micro, del pequeño empresario, que hoy es la reactivación económica”, aseguró.
Tasa de interés del Banco de la República
Para Restrepo, se volvió otra vez a los discursos grandilocuentes, en este caso, sobre el modelo extractivista. También, se volvió sobre el tácito reclamo al Banco de la República sobre cómo las tasas de interés altas que, según Petro, serían una responsabilidad del banco central, son las que generan la desaceleración de la economía colombiana.
Asimismo, que se olvidó el presidente de que esas tasas de interés altas (11,25% actual) son para controlar la inflación y que, en parte, la inflación se elevó por el aumento de salario mínimo, pero sobre todo, por una política fiscal excesivamente generosa, que en los últimos dos años creció en $100 billones, como por ejemplo, los gastos de funcionamiento en un 50%.
“En la medida en que el Gobierno no controle el exceso de gasto público en derroche, pues va a ser imposible para el Banco de la República bajar sus tasas de interés”, explicó.
Inversión privada
Lamentó que tampoco se dijo nada del deterioro en que se está en inversión privada. Esto, pese a que van cinco trimestres cayendo a doble dígito. Además, que nada se dijo de la preocupación del Fondo Monetario Internacional (FMI), de que hay un problema serio de confianza hoy en la economía colombiana, como tampoco de que dos terceras partes de la razón por la que se da la desaceleración en el país responden a esta realidad.
Insistió en que, por el contrario, se genera más desconfianza cuando en el discurso que se pronunció ante el Congreso de la República, el presidente hace un llamado al denominado fast-track para aprobar reformas del Gobierno nacional.
“Preocupa esto al sector productivo o preocupa también la descalificación a la Creg (Comisión de Regulación de Energía y Gas) y lo que de esto se habrá de incluir en la nueva propuesta Ley de Servicios Públicos. Preocupa también el mensaje del presidente, de su gusto por la estatización o también el mensaje que se dio sobre las vigencias futuras, sobre poner en entredicho esas garantías de pago, que así lo son estas para los inversionistas en los sectores de infraestructura”, remarcó.