Jhovany Ramírez, destacado comediante colombiano, ha ganado reconocimiento no solo por su carisma, sino también por su capacidad para generar risas a través de sus rutinas humorísticas. Conocido en el mundo de la comedia como Jhovanoty, este artista ha logrado una notable presencia en diversos medios de comunicación.
El huilense ha trabajado en varios programas de radio y televisión, logrando conectar con el público a través de su estilo y su indiscutible talento para la comedia, pero no siempre fue así, pues cuando era pequeño se interesaba por los aparatos electrónicos, a tal punto que estuvo a punto de quemar su casa.
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Así lo compartió en una entrevista para el programa Se Dice De Mí de Caracol Televisión, en la que explicó que cuando niño le gustaba jugar a desarmar los aparatos electrónicos, pero por poco causa un desastre cuando quiso jugar con altas temperaturas.
A temprana edad, Jhovanoty mostró interés por la ciencia y la investigación, por lo que desde pequeño inventaba y creaba cosas en su casa sin medir siempre las consecuencias: “De niño yo dañaba las cosas de la casa, destapaba los ventiladores, los radios, me las daba de inventor. Una vez casi le prendo fuego al patio de la casa porque quería ver qué pasaba cuando una botella se exponía a altas fuentes de calor”, reveló el humorista a imitador.
Jhovanoty se crio junto a sus cuatro hermanos en una familia muy unida; sin embargo, su vida cambió significativamente al mudarse a Neiva, Huila, donde llegaron a vivir en un barrio afectado por la violencia.
En el barrio Las Palmas la vida podía ser peligrosa, pues recordó cómo vivían frente a una taberna denominada “Puerto Machete” debido a las peleas frecuentes que obligaban a su familia a reforzar las ventanas con cartones.
La situación económica de Jhovanoty no era fácil. Su padre trabajaba entre Bogotá y Neiva, pero era su madre la que se encargaba del cuidado de la familia. De acuerdo con el humorista, a pesar de estas dificultades, siempre lucharon por salir adelante.
Su paso al humor
Su incursión en la comedia fue casi accidental, dado que Repollito, un compañero de su mamá que trabajaba como payaso, le ofreció a Jhovanoty una oportunidad para mejorar su situación económica.
A los doce años, Jhovany Ramírez comenzó a imitar a Carlitos, un personaje del programa Aventuras en Pañales, este talento para la imitación se convirtió en una parte integral de su vida, aunque inicialmente trató de mantenerlo en secreto.
Además de seguir su pasión por la imitación, Jhovanoty trabajaba con su padre en una lotería y tuvo la oportunidad de estar en la emisora Cristalina Stereo; sin embargo, tenía un objetivo mayor: formar parte del programa Sábados Felices.
Jhovanoty ingresó al programa por una serie de eventos fortuitos, pues escribió un libreto para una dupla que se iba a presentar en el programa, pero debido a la ausencia de uno de los integrantes, otro le pidió que actuaran juntos.
“Yo le escribía los libretos a otro concursante, era un libreto de dos, o sea para un dúo, pero al otro concursante no le llegó su compañero entonces me dijo: ‘Hermano no tengo a nadie más que conozca ese libreto, sino usted, ¿le hace?’, y me vine para Bogotá, pero no tuve que hacer casting, entonces llegó a Bogotá, nos presentamos y nos va como un rejopo porque nos fue súper mal”.
En 2013 logró ganar ocho programas consecutivos, y finalmente, en 2017 se convirtió en un miembro oficial de Sábados Felices.
“Hablo con Hassam y le pregunto cómo hago y me dijo: Hermano usted mándeme su rutina’ y yo le dije: ‘Yo le puedo mandar la rutina escrita?, le digo la verdad es que yo no tengo plata, no tengo plata para desplazarme hasta acá porque un tiquete costaba 60.000 pesos, otros 60.000 de ida, más hotel de esa noche, ayúdeme de alguna manera’, entonces me dijo: ‘Mándeme la rutina escrita, yo la reviso y si está bien, graba’. Entonces, así fue que empecé en Sábados Felices”, comentó el humorista.