Luego de que se conociera que la estudiante de Medicina en la Pontificia Universidad Javeriana Catalina Gutiérrez Zuluaga se quitó la vida, se conocieron varias reacciones que dejaron en evidencia las supuestas situaciones de maltrato que, al parecer, vivirían los estudiantes.
Por tal motivo, en un mensaje dirigido a la comunidad universitaria, las directivas de la Javeriana expresaron sus condolencias “desde el fondo de nuestro corazón” a la familia, amigos, compañeros y profesores de Catalina Gutiérrez Zuluaga.
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De acuerdo con el comunicado de prensa de la universidad, este lamentable suceso, que conmocionó a comunidad educativa, generó una reflexión profunda sobre la “cultura y los modos de proceder en la formación de nuestros médicos especialistas”.
La Dirección de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Javeriana declaró que, con “prudencia y respeto”, se han desarrollado diversas acciones para acompañar a los seres queridos de Catalina en estos momentos difíciles.
En el documento se lee que la institución decidió que durante las siguientes semanas se llevarán a cabo reuniones con profesores, así como espacios de diálogo con residentes de diferentes especialidades para abordar el tema y encontrar la mejor manera de apoyar a la comunidad.
El comunicado oficial insta a la comunidad a mantener el “máximo cuidado y respeto en el uso de la palabra en estos momentos de vulnerabilidad y tristeza”, dado que se busca que este sea un espacio de apoyo y reflexión compartida para todos los miembros de la universidad garantizando que las conversaciones que se generen sean apropiadas y respetuosas.
Además, la Universidad Javeriana señaló que revisará e indagará sobre “la existencia de situaciones que no estén en línea con nuestro modo de proceder”, y tomarán las medidas necesarias para garantizar el bienestar de la comunidad.
Este proceso incluye el acompañamiento del apoyo de la Vicerrectoría del Medio, que ayudará a establecer la ruta de acción más adecuada.
Reconociendo la naturaleza retadora y desafiante de la formación médica, el comunicado subrayó que esta situación “nos llama a reflexionar profundamente, y con humildad, sobre la cultura y los modos de proceder en la formación de nuestros médicos especialistas”.
Aunque ya se han desarrollado estrategias en este sentido, la universidad es consciente de que debe “fortalecer nuestro trabajo en el cuidado de nuestros estudiantes, profesores y pacientes”.
Por último, la Pontificia Universidad Javeriana concluyó su mensaje reafirmando su compromiso de “escuchar y revisar todo lo que la comunidad pueda aportar y sugerir para seguir implementando todas las medidas que correspondan” tanto a nivel de Facultad como de Universidad.
Por tal motivo, la institución aseguró estar abierta a recibir todas las inquietudes y propuestas que puedan surgir de la comunidad para mejorar las condiciones y el apoyo a sus estudiantes, profesores y pacientes.
En este contexto, la universidad puso a disposición de los interesados los contactos de su Dirección de Comunicaciones para cualquier información adicional, por lo que las personas que así lo deseen se puedan comunicar a los números 320 836 0217 y 321 696 2927.
La “oscura realidad” de las residencias en Colombia
La trágica noticia del suicidio de Catalina Gutiérrez Zuluaga generó un serio debate sobre la salud mental de los estudiantes de posgrado en medicina, especialmente tras conocerse una carta que habría escrito antes de su muerte: “A todos los residentes gracias, de cada uno me llevo muchas enseñanzas. Siempre los llevaré en mi corazón, ustedes sí pueden, ánimo”.
En respuesta, el Colegio Médico Colombiano convocó a una jornada de solidaridad en memoria de Gutiérrez, además de hacer un llamado a denunciar el maltrato en la formación médica. El evento se llevará a cabo el lunes 22 de julio en la plazoleta principal de la universidad.
La Asociación Nacional de Internos y Residentes (Anir) solicitó una investigación exhaustiva sobre las circunstancias del fallecimiento, y destaca la necesidad urgente de mejorar las condiciones de trabajo y el bienestar mental de los residentes.
Por otro lado, la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina (Ascofame) instó a una reflexión y acciones inmediatas para transformar la educación médica, enfatizando la importancia de priorizar el bienestar integral de los estudiantes de medicina.
La Asociación Colombiana de Salud Pública expresó sus condolencias y la necesidad de crear mejores ambientes educativos y laborales. Paralelamente, la Fundación Médicos Amigos divulgó datos alarmantes sobre la salud mental de los médicos en formación, pues denunció las prácticas de acoso y el ambiente de trabajo que enfrentan los residentes, lo que puede llevar a consecuencias tan graves como el suicidio.
La Fundación resaltó que las residencias médicas deberían ser un periodo de aprendizaje, pero se han convertido en una prueba de resistencia casi inhumana, mencionando que la jerarquía rígida y la carga laboral excesiva contribuyen a un ambiente de depresión y abuso.
De acuerdo con las estadísticas, los médicos tienen una tasa de suicidio más alta que la población general, y los residentes no son la excepción, además, la Fundación denunció que el estigma sobre la salud mental en la comunidad médica agrava la situación, y muchos temen buscar ayuda por ser percibidos como débiles.