La Procuraduría General de la Nación solicitó información al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible sobre la población del Copetón, ave insignia de Bogotá. El 18 de julio de 2024, la entidad expresó su preocupación por posibles variaciones en la cantidad de esta especie en la capital del país.
Este requerimiento también fue dirigido a la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y a la Secretaría de Ambiente Distrital. El objetivo es conocer “si se estarían presentado disminuciones considerables en esta especie (Zonotrichia Capensis) y otras variedades de avifauna, si existen amenazas de que se presenten o incluso, si hay riesgos de desaparición de la sabana de Bogotá”, indica el Ministerio Público en un comunicado.
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Las entidades mencionadas deberán responder al llamado de la Delegada para Asuntos Ambientales, Minero Energéticos y Agrarios del Ministerio Público. En caso de confirmar reducciones en la población de estas aves, deberán detallar las acciones o programas que se están implementando para su protección y conservación adecuada. El seguimiento a la población del Copetón y de otras aves en la región es crucial para evitar riesgos de desaparición. La Procuraduría busca asegurarse de que se tomen las medidas necesarias para proteger estas especies y el ecosistema de la sabana de Bogotá.
Copetones de Bogotá en peligro: cambio climático y urbanización pasan factura
Cabe mencionar que, a esta emblemática ave capitalina, varias organizaciones y expertos le venían realizando diversos estudios para determinar diferentes causas que amenazan su supervivencia en la ciudad. De allí la importancia de que el ente de control fije su interés en proteger estos ejemplares. Los copetones están enfrentando una situación crítica debido a factores como el cambio climático y la urbanización. Un estudio, que data del 2027, liderado por los ornitólogos Gary Stiles, Loreta Rosselli y Susana De La Zerda identificó en ese entonces las principales amenazas para estas especies en Bogotá, según informó la Universidad Nacional de Colombia.
El estudio, titulado Changes over 26 Years in the Avifauna of the Bogotá Region, Colombia: Has Climate Change Become Important?, destaca una disminución significativa en la población de estas aves durante las últimas décadas. La investigación menciona que el aumento de la temperatura media anual y los cambios en el clima han alterado el hábitat natural de los Copetones.
Además, la creciente urbanización redujo los espacios necesarios para los nidos de estas aves. La transformación de viviendas con jardines en bloques de apartamentos ha disminuido las áreas verdes esenciales para los copetones. Asimismo, la presencia de otras especies como el tordo parásito, que deposita sus huevos en los nidos de los copetones, incrementa la presión sobre estas aves.
La contaminación auditiva es otro factor que afecta la distribución de estos ejemplares en la ciudad. Expertos como Jhon Pulido comentan sobre una posible relación entre la ubicación de estas aves y los niveles de ruido en diferentes barrios de Bogotá. Según él, los copetones prefieren habitar en zonas periféricas más tranquilas.
El estudio también revela un cambio en la población de aves en Bogotá, con un 20% de las especies en disminución, un 31% en aumento y el 50% restante constante. La presencia de depredadores como los gatos y la llegada de la mirla patinaranja desde Argentina, que se alimenta de los huevos y polluelos de los copetones, representan amenazas adicionales.
Asimismo, el cambio climático está afectando la biodiversidad en la capital colombiana. Algunas especies como el sinsonte tropical y el tero comenzaron a migrar hacia Bogotá en busca de condiciones más favorables. Investigadores recomiendan mantener un conteo anual de aves para analizar de manera continua estos cambios y su impacto.
Finalmente, se espera que con la solicitud realizada por la Procuraduría a las entidades ambientales, se pueda establecer de manera más acertada la cantidad de Copetones que aún habitan en Bogotá, y que con datos más actualizados sobre los posibles factores de riesgo y amenaza, se pueda establecer una medida que contribuya a cuidar y proteger a estas aves reconocidas en la región.