Hacienda Venecia: dónde queda el mejor lugar para tomar café en Colombia, según importante ranking internacional

TasteAtlas, reconocido como una guía de alimentos que organiza locales, restaurantes y recetas de diferentes países, ha evaluado diversas opciones para disfrutar del café colombiano y señaló a Hacienda Venecia, ubicada en el departamento de Caldas, como el mejor lugar en Colombia para sumergirse en esta experiencia gastronómica.

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Situada en la zona rural de Maizales, esta finca se destaca no solo porque ofrece café de alta calidad, también porque brinda a los visitantes una experiencia completa. “Ubicada en el corazón del mundo cafetero”, dice TasteAtlas, que agrega: “Hacienda Venecia permite disfrutar de los beneficios de la geografía y las condiciones climáticas ideales para el cultivo de café”.

El café colombiano es reconocido mundialmente por su calidad, una cualidad que se sustenta en la rica tradición detrás de cada cultivo. En Hacienda Venecia, los visitantes pueden comprender a fondo esta tradición a través de diversas actividades y tours que ofrecen una inmersión cultural completa. Las rutas por los cafetales y la vegetación nativa permiten explorar el proceso de producción del café, desde la plantación hasta la taza. Además, en la zona adyacente es posible observar una gran diversidad de aves, con más de 260 especies presentes en el área.

Uno de los atractivos principales de esta hacienda es la variedad de opciones de alojamiento que ofrece a los turistas. Los visitantes pueden elegir entre alojarse en Casa Principal, el Coffee Lodge, el Hostal y un área para Overlanders. Según TasteAtlas, la estancia en Hacienda Venecia permite “vivir una experiencia única en un entorno que respira la cultura del café”.

Las actividades no se limitan al café; también se organizan talleres de chocolate, rutas de senderismo y visitas a parques cercanos como Los Nevados y el Valle del Cocora, en Salento. Estas propuestas permiten a los turistas disfrutar del paisaje cafetero y de la naturaleza que rodea la finca, convirtiendo la visita en una experiencia educativa y recreativa.

La infraestructura y los servicios de la finca están diseñados para ofrecer una experiencia completa. “Además de servir el mejor café del país, Hacienda Venecia brinda la posibilidad a los turistas de vivir una experiencia completa que incluye alojamiento”, resalta TasteAtlas. Los recorridos guiados, conocidos como el Tour de Café, detallan cada etapa del proceso del café, desde la cosecha hasta la degustación, permitiendo a los visitantes apreciar el arduo trabajo detrás de cada taza.

Otra actividad destacada es la observación de aves, que permite a los visitantes admirar la riqueza natural de la región. Cada paseo y taller tiene un enfoque educativo, orientado a profundizar en la comprensión de la cultura y la producción del café. Esta educación inmersiva es una de las características que hace de Hacienda Venecia un destino único y ampliamente recomendado por TasteAtlas para cualquier amante del café.

TasteAtlas es conocido por clasificar y reseñar los mejores lugares del mundo para diversas especialidades culinarias, y en esta ocasión, su veredicto sobre el café colombiano es claro. La combinación de factores naturales, culturales y de servicio en Hacienda Venecia la posiciona como un destino imprescindible para aquellos que deseen experimentar la verdadera esencia del café colombiano.

El café colombiano ha alcanzado renombre global gracias a su calidad única y características distintivas. Este reconocimiento no es casualidad, sino el resultado de un conjunto de factores que confluyen de manera excepcional en Colombia. Estas condiciones incluyen detalles geográficos, climáticos, métodos de procesamiento y una rica cultura cafetera.

Colombia, localizada en el trópico, disfruta de un clima perfecto para el cultivo del café. Las montañas de los Andes ofrecen altitudes ideales que permiten la producción de granos de alta calidad. El país cuenta con abundante sol y precipitaciones regulares, lo que favorece el crecimiento de los cafetos. “Colombia tiene las condiciones ideales de altitud, clima y suelo”, publicó EFE, refiriéndose al entorno propicio que brinda la geografía colombiana.

Uno de los elementos distintivos es el método de procesamiento en húmedo que se utiliza casi exclusivamente en Colombia. Este método consiste en remover la pulpa del grano y fermentar el café antes de secarlo, lo cual resulta en una taza más limpia y brillante con notas afrutadas. Según difundió CNN, “este procedimiento da al café colombiano un perfil de sabor único que lo distingue a nivel mundial”.

Además, las variedades de café cultivadas en Colombia juegan un papel crucial en la excepcionalidad de su sabor. Entre las más comunes se encuentran Typica, Bourbon, Caturra y Maragogype. Estos tipos de café, combinados con las condiciones climáticas del país, generan un perfil de sabor inimitable. “La diversidad de las variedades cultivadas contribuyen a un sabor y aroma especiales”, reportó EFE.

La historia del café en Colombia también enriquece su prestigio. Con más de 300 años de tradición, la producción de café ha evolucionado mediante los esfuerzos de la Federación Nacional de Cafeteros y otras instituciones que han sostenido altos estándares de calidad. “El café colombiano tiene una rica historia que ha influido en su calidad y reconocimiento mundial”, señaló un artículo en EFE.

Además, el café colombiano ha sido reconocido como una indicación geográfica protegida por la Unión Europea y como una denominación de origen protegida en varios países. Este reconocimiento asegura que solo el café producido en ciertas regiones específicas de Colombia pueda llevar estas denominaciones, certificando su origen y calidad. “Estos reconocimientos internacionales son una garantía de la autenticidad y calidad del café colombiano”, según una publicación de CNN.

El compromiso de las entidades y productores colombianos ha sido fundamental para ganar este prestigio. La Federación Nacional de Cafeteros ha jugado un papel esencial en promover y mantener el alto estándar del café. Este organismo ha trabajado arduamente desde su fundación en 1927 para asegurar que se mantengan las buenas prácticas en todos los aspectos de la producción.