El presidente Gustavo Petro se encuentra en una etapa crucial de su Gobierno con apenas dos años al mando. Las comunicaciones de la Casa de Nariño enfrentarán un nuevo cambio con la designación del quinto jefe de prensa en su administración, de acuerdo con lo dicho por La FM, que además confirmó que en las próximas semanas se formalizará el relevo.
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Daniel Téllez, un periodista experimentado en el sector público y actual segundo al mando en la oficina de prensa, tomará el cargo de manera interina tras la salida de Juan David Moreno, quien dejará su puesto debido a “temas personales”, según fuentes del mismo medio de comunicación.
Moreno llegó al puesto en abril del 2024 luego de que María Paula Fonseca, que ahora se desempeña como subgerente de RTVC, se retirara de su cargo.
Fonseca, conocida por su enfoque en medios independientes y comunitarios, se retiró tras diez meses en el cargo. Durante su mandato, limitó los canales de comunicación con las principales casas periodísticas. En contraste, Moreno impulsó una estrategia que buscaba un equilibrio entre medios privados y comunitarios.
Al analizar los cambios en la comunicación del Gobierno de Petro, se observa una clara inestabilidad en puestos vitales para la imagen presidencial. Desde el inicio de su administración, ha habido cuatro personas a cargo de las comunicaciones. El primer jefe de prensa fue Germán Gómez, que manejó los medios durante la campaña presidencial. Luego, María Elena Romero asumió por unos meses antes de que Fonseca tomara el relevo.
Juan David Moreno, durante su breve período, intentó cimentar una relación más consistente con los grandes medios.
El nuevo jefe interino de prensa, Daniel Téllez, ha trabajado previamente en el Ministerio de Cultura en el área de comunicaciones y también es un periodista de trayectoria. Según La FM, Téllez asumirá en calidad de encargado, esperando que este nuevo cambio traiga estabilidad a una oficina que ha visto mucha rotación en poco tiempo.
Petro, desde su campaña presidencial, ha tenido altos y bajos en su relación con la prensa, agudizada por declaraciones públicas y desencuentros personales. Esto ha añadido complejidad al manejo de su imagen y comunicación.
Consecuencias de tantos cambios
Frecuentes cambios de jefes de prensa en la administración de Gustavo Petro
María Paula Fonseca, una de las anteriores jefas de prensa, limitó los canales de comunicación con las principales casas periodísticas, lo que generó tensiones internas. Esta medida se convirtió en una de las principales causas de los desacuerdos en la estrategia de comunicación de la presidencia. “La rotación frecuente de jefes de prensa puede llevar a una falta de continuidad en la estrategia de comunicación”, señalan expertos.
Además de los problemas internos, las diferencias en los enfoques de comunicación también han jugado un papel crucial. Algunos jefes de prensa han intentado equilibrar las relaciones con medios privados y comunitarios, mientras que otros han tenido dificultades para mantener una relación consistente con los grandes medios de comunicación. La diversidad de estas estrategias ha añadido complejidad al manejo de la imagen de Petro y ha afectado la percepción pública de su administración.
Los desencuentros públicos y declaraciones del presidente también han influido en esta dinámica inestable. Estas tensiones han hecho más difícil la coordinación entre el mandatario y su equipo de comunicación, complicando la tarea de construir una imagen coherente de su gobierno. “Cada jefe de prensa ha tenido un enfoque diferente en la estrategia de comunicación”, indicaron fuentes cercanas a la presidencia.
La falta de continuidad en la jefatura de prensa ha generado una serie de consecuencias, tanto dentro del equipo de comunicación como en la percepción pública. La inestabilidad puede llevar a confusión y desconfianza, no solo en el equipo de trabajo, sino también en la opinión pública. Además, esta situación puede afectar la eficacia de las campañas de comunicación y la relación continua con los medios de comunicación.
Gustavo Petro ha sufrido altos y bajos en su relación con la prensa, acentuados por sus propias declaraciones y desencuentros personales. Esta situación ha hecho más difícil la tarea de mantener una estrategia de comunicación efectiva y coherente, sumando complejidad al manejo de su imagen pública.