La creciente demanda de transporte aéreo en Colombia motivó una serie de mejoras y expansiones en la infraestructura de al menos seis aeropuertos concesionados. Estas intervenciones buscan no solo garantizar la capacidad operativa y los niveles de servicio, también mejorar la experiencia de los usuarios del sistema de transporte aéreo del país.
Según cifras de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), el número de pasajeros transportados ascendió de 41 millones en 2019 a 49,4 millones en 2023, y se proyectó que esta cifra alcanzará los 93 millones en los próximos años.
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Uno de los proyectos más destacados es el aeropuerto internacional Rafael Núñez de Cartagena, que está en su etapa de preconstrucción desde marzo. Las obras, que se espera comiencen en el primer trimestre de 2025, representarán una inversión de 920.000 millones de pesos. Esta ampliación permitirá incrementar la capacidad del aeropuerto, pasando de 5,7 millones a 8 millones de pasajeros anuales.
En la nueva terminal aérea de la isla de San Andrés, el proceso de adjudicación avanza con una inversión que supera los 1,01 billones de pesos. Está previsto ampliar la terminal existente a 13.500 metros cuadrados y reconstruir 3.516 metros cuadrados de áreas comerciales, lo que permitirá atender a 2,8 millones de pasajeros anualmente.
El aeropuerto El Dorado de Bogotá, el más importante del país, también está en proceso de modernización y mejora. Siete intervenciones de ampliación, modernización y mantenimiento están en marcha, además de 17 intervenciones de mejora en el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón de Palmira. Estas mejoras están diseñadas para recibir a expertos y visitantes nacionales e internacionales que asistirán a la COP16.
En el aeropuerto internacional José María Córdova de Rionegro, la ANI está implementando obras para atender la demanda inesperada, mientras que en los aeropuertos Simón Bolívar de Santa Marta y Almirante Padilla de Riohacha, se proyectan acuerdos con los concesionarios para el segundo semestre de 2024.
Adicionalmente, la ANI está evaluando y estructurando diversas iniciativas privadas para mejorar los aeropuertos de Colombia. Entre estos proyectos se encuentran la IP Campo de Vuelo y Edmax para el aeropuerto El Dorado en Bogotá, la IP Aeropuertos de Suroccidente en Palmira para el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, la IP Nuevo Aeropuerto de Bayunca en Cartagena, y la IP Aeropuerto de Barranquilla para el Ernesto Cortissoz.
La construcción, mejora y expansión de la infraestructura aeroportuaria generarán más de 200.000 empleos directos e indirectos. Estas inversiones también tendrán un impacto positivo en la vida de cerca de 19 millones de habitantes de los municipios donde se localizan estas terminales aéreas.
El impacto económico
Las remodelaciones y ampliaciones de aeropuertos conllevan significativas ventajas económicas a nivel local y nacional. La modernización de estas infraestructuras atrae un mayor flujo de pasajeros y carga, impulsando el comercio y el turismo de la región. Además, las mejoras en la capacidad y eficiencia operativa permiten reducir los costos logísticos y elevan la competitividad del país en el mercado internacional.
A corto plazo, las obras de remodelación generan empleos directos en la construcción y en sectores relacionados, como la ingeniería y los servicios. A largo plazo, se crean empleos permanentes en la operación y mantenimiento de las nuevas instalaciones aeroportuarias.
La mejora en infraestructuras también incrementa la inversión extranjera al ofrecer mejor conectividad y condiciones más atractivas para las empresas. En el ámbito del turismo, aeropuertos eficientes y modernos son un factor clave para atraer a más visitantes, quienes gastan en alojamiento, alimentación, transporte y entretenimiento, dinamizando la economía local.
Los cierres temporales de aeropuertos, necesarios para llevar a cabo las remodelaciones, pueden generar varios contratiempos significativos. Entre los más comunes están los retrasos y cancelaciones de vuelos, que afectan tanto a pasajeros como a las aerolíneas.