Las comunidades indígenas que están asentadas en el Parque Nacional, en pleno corazón de la capital del país, retornarán a sus territorios de la mano de la Unidad para las Víctimas.
Aunque el regreso a sus lugares de origen se realizará el 29 de julio, tal como lo anunciaron desde la entidad, el miércoles 18 del mismo mes inició el proceso con el que se hará acompañamiento y se coordinarán todas las actividades tendientes a cumplir con ese objetivo.
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La directora general de la Unidad para las Víctimas, Lilia Solano, explicó que el proceso para garantizar un retorno digno de las comunidades indígenas asentadas en el Parque Nacional ya inició.
De acuerdo con la funcionaria, en la noche del martes 16 de julio de 2024 una comisión conformada por funcionarios de la Unidad, de la Alcaldía de Bogotá y líderes del asentamiento en el corazón de Bogotá viajó hacia Risaralda para reunirse con los gobernadores indígenas de los territorios a los que van a llegar las víctimas de desplazamiento.
La idea con este primer paso, según explicó Solano, es crear una armonía y trabajar en coordinación para generar condiciones dignas.
“Anoche ya viajó un equipo que está integrado por funcionarios de la unidad para las Víctimas, delegado de Bogotá, y líderes del Parque Nacional, y se van a reunir con gobernadores de la comunidad indígena allá en Risaralda. Luego vamos a ir dando todos los pasos de la preparación”, dijo la directora de la entidad.
“Las entidades del Gobierno nacional están preparando todos los compromisos, si hay condiciones dignas el pueblo Emberá que va de retorno, pues se puede quedar”, añadió.
Solano fue enfática en asegurar que el punto más importante para que se pueda dar el retorno exitoso de las comunidades indígenas a sus territorios es que se brinden garantías. De lo contrario, los Emberá se desplazarán nuevamente hacia las grandes ciudades en busca de mejores condiciones de vida.
Así mismo, recordó que por ahora la fecha en la que se estima que se dé el retorno de los indígenas asentados en el Parque Nacional es el 29 de julio de este año.
Las tres alternativas para atender a la población indígena asentada en la capital
La directora de la Unidad para las Víctimas recordó que el problema del desplazamiento en Colombia data de los años 70, lo que quiere decir que no es un flagelo actual; sin embargo, señaló que el Gobierno nacional se ha comprometido con atender esta situación de fondo.
“El pueblo Emberá, desde los años 70 como otras comunidades, fue víctima del conflicto armado y expulsados de sus territorios en condiciones muy duras”, dijo.
Explicó que en el proceso de atención a las comunidades indígenas en el Parque Nacional, en la Rioja y en la Florida, se ha adelantado una tarea interinstitucional entre el Gobierno nacional y el local, con lo que se logró establecer las tres rutas.
“Una que es el retorno con condiciones dignas, porque si no hay condiciones dignas se regresan en un mes; la reubicación, hay unos de la población que quieren ir a otros lugares; y la integración, teniendo en cuenta que Bogotá es la capital del país, aquí llega gente de muchos lugares, entonces las comunidades indígenas, afrocolombianas, campesinas, tienen derecho también a encontrar un sitio y desarrollar un proyecto de vida”.
De acuerdo con las cifras de la entidad, que se establecieron luego de un trabajo de caracterización por parte de la Unidad para las Víctimas y la Alcaldía de Bogotá, 1330 indígenas quieren retornar a sus territorios, 438 esperan la reubicación y 415 desean tomar el camino de la integración. “Yo creo que por primera vez en la historia de Colombia podemos hacer algo realmente digno para el pueblo Emberá”, apuntó la directora Lilia Solano.