En la Comisión de Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial del Concejo de Bogotá continuó el debate de control político sobre ‘El agua en Bogotá'. Durante el encuentro, varios cabildantes cuestionaron la gestión que está llevando a cabo la administración sobre el presente del suministro en la capital.
La concejala Quena Ribadeneira del Polo Democrático - Pacto Histórico, compartió la situación de 800.0000 familias en Bogotá que no cuentan con el acceso de agua potable suministrada por parte de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado (Eaab),
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Y es que según información que le suministró la Secretaría Distrital de Hábitat, aproximadamente 2.3 millones de personas, principalmente de los estratos 1 y 2, dependen de los acueductos comunitarios para su suministro de agua.
La cabildante denunció que algunas élites se han apropiado de los cerros para obtener acceso ilícito al agua y preguntó “¿cuánto más deben esperar las comunidades más vulnerables de Bogotá para que se reconozca su derecho legítimo al agua?”.
Además, abordó las falencias y dificultades de los acueductos comunitarios en términos de capacidad financiera, técnica, operativa y administrativa, así como los problemas con concesiones y conexiones en la ciudad.
Ribadeneira cuestionó la situación real de los 29 acueductos comunitarios de Bogotá, destacando que, después de 40 años, más de dos millones y medio de personas en la ciudad no cuentan con el mínimo vital de agua.
A eso, sumó las siguientes cifras:
- 29 acueductos comunitarios operan en Bogotá, atendiendo a 779,776 hogares de estratos 1 y 2.
- Estos acueductos suministran agua alrededor de 2.3 millones de personas, equivalentes a 3 de cada 10 habitantes de Bogotá.
- La mayor concentración de estos acueductos se encuentra en las localidades de Sumapaz, Ciudad Bolívar, Usme y Chapinero.
Durante su intervención también compartió una inequidad en la distribución del suministro. “Mientras el conjunto residencial Arboretto en La Calera, de estrato 6, cuenta con suministro continuo de agua, barrios como La Sureña en Chapinero, de estrato 2, carecen de acceso regular al servicio”. Esta disparidad subraya la necesidad urgente de intervenir y apoyar los acueductos comunitarios de Bogotá con acompañamiento financiero, administrativo, técnico y operativo”.
La cabildante hizo un llamado a la administración de Carlos Fernando Galán para que se garantice el acceso del suministro a todos los bogotanos, independientemente de su estrato social. Igualmente, propuso la creación de una mesa técnica de trabajo con las entidades competentes para establecer un plan de acción antes de finalizar el año.
A su vez, pidió una mayor voluntad política para optimizar estos sistemas y asegurar un servicio de calidad para las comunidades afectadas. “Es inadmisible que en pleno siglo XXI, en la capital de Colombia, tantas familias sigan sin acceso a un recurso básico como el agua potable”.
Otros cabildantes, como María Clara Name y Julián Espinosa, del Partido Verde, debatieron sobre las acciones que está ejecutando el distrito en cuanto a la actual crisis de desabastecimiento de los embalses del Sistema Chingaza.
Name preguntó “¿por qué no se decretó una emergencia de racionamiento de agua a pesar de las conocidas condiciones de bajos niveles de los embalses, especialmente del sistema Chingaza?, y ¿por qué se tardó tanto en tomar medidas para evitar el racionamiento?”.
También subrayó la falta de alertas tempranas y una respuesta más ágil por parte del Comité Hidrológico de la Sabana para prevenir la escasez de agua. La cabildante resaltó la falta de incentivos efectivos para el ahorro de agua y la gestión responsable del recurso hídrico, instando a la administración a detallar qué incentivos se darán a los bogotanos y en qué consisten.
A eso le sumó su preocupación por el proyecto Chingaza 2, debido a la ausencia de licencia ambiental y resoluciones necesarias para su implementación, enfatizando la necesidad de acatar las alertas sobre los volúmenes de abastecimiento y embalses.
Posteriormente, Espinosa respaldó las preocupaciones de Name, sugiriendo la necesidad de gestiones con el Gobierno nacional para garantizar el abastecimiento hídrico de Bogotá. El concejal destacó que el sistema de ampliación propuesto podría tener un impacto ambiental menor y ser una solución viable.