Los recientes temblores en el municipio de Los Santos, Santander, han generado preocupación en parte de la población colombiana. El Servicio Geológico Colombiano (SGC) expuso la razón por la cual tiembla en esa región, que convierte a Bucaramanga en una de las capitales más afectadas por los sismos.
El Servicio Geológico Colombiano informó desde su página oficial que en el municipio Los Santos (Santander), a las 8:09 p. m. se presentó un movimiento telúrico de magnitud 4.2, a 146 km de profundidad.
De acuerdo con la entidad, el sismo se sintió en zonas aledañas al municipio como Jordán, a 5 km, y Cepitá, a 13 km.
El Servicio Geológico Colombiano desde su página oficial informó que en el municipio La Paz (Cesar), a las 5:21 p. m. se presentó un movimiento telúrico de magnitud 2.1, a 77 km de profundidad.
De acuerdo con la entidad, el sismo se sintió en zonas aledañas al municipio como San Diego (Cesar), a 8 km, y en el departamento de La Guajira, en el municipio La Jagua del Pilar, a 15 km.
El 23 de noviembre de 1979, Colombia sufrió uno de los sismos más significativos en su historia reciente. Este evento de magnitud 7.2 tuvo su epicentro en el Eje Cafetero y se registró a las 6:40 p. m., causando daños en varios departamentos como Caldas, Antioquia, Chocó, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca. Y en municipios como Manizales, Villamaría, Pácora y Aguadas se registraron colapsos estructurales, resultando en 50 muertos y más de 500 heridos, informó la Defensa Civil en su momento.
Otro terremoto importante tuvo lugar el 11 de julio de 1976 con una magnitud de 7.3 en la región de Darién. Este movimiento telúrico, registrado a las 3:41 p. m., se sintió en gran parte del territorio colombiano y provocó daños en el Chocó y algunas regiones de Panamá. En Juradó y Riosucio se reportaron daños en viviendas y escuelas.
El 19 de enero de 1958, un terremoto de magnitud 7.6 impactó la provincia de Esmeraldas (Ecuador) y el departamento de Nariño (Colombia). Este evento, que ocurrió a las 9:07 a. m., causó la destrucción del 30% de las construcciones en Esmeraldas y afectó poblaciones como Tumaco y Papayal en territorio colombiano. El sismo también produjo un pequeño tsunami que afectó principalmente a las costas ecuatorianas.
El 12 de diciembre de 1979, apenas 19 días después del sismo en el Eje Cafetero, ocurrió otro terremoto de magnitud 8.1 en el Pacífico colombiano. La profundidad de este evento fue de 23.6 kilómetros y generó un tsunami que arrastró personas, animales y viviendas. En la costa, desde Guapi hasta Tumaco, los daños fueron significativos.
Finalmente, el terremoto más fuerte registrado en Colombia tuvo lugar el 31 de enero de 1906. Este evento de magnitud 8.4 se produjo a las 10:36 a. m. y su epicentro estuvo también en el Pacífico colombiano. Un tsunami con olas de dos a cinco metros golpeó la costa desde Bajo Baudó hasta la provincia de Esmeraldas (Ecuador), generando numerosos daños en las poblaciones costeras. Este evento fue seguido por dos sismos precursores y varias réplicas durante los dos meses siguientes.
El Servicio Geológico Colombiano desde su página oficial informó que en el municipio Los Santos (Santander), a las 4:48 p. m. se presentó un movimiento telúrico de magnitud 2.1. De acuerdo con la entidad, el sismo se sintió en zonas aledañas al municipio como Zapatoca y Betulia (Santander).
En caso de que se presente un sismo durante un viaje en tren es importante mantener la calma. Estas son algunas recomendaciones:
El Servicio Geológico Colombiano desde su página oficial indicó que en el departamento del Meta, ciudad de Villavicencio, ocurrió a la 1:28 p.m. un movimiento telúrico de magnitud 2.6, de acuerdo con la entidad el sismo no solo se sintió en zonas aledañas de Villavicencio, sino también en lugares del departamento de Cundinamarca.
Un botiquín en caso de un sismo debe estar bien equipado para manejar emergencias y brindar primeros auxilios. Es fundamental incluir artículos básicos como vendas, gasas estériles, tijeras, cintas adhesivas y guantes desechables para tratar cortes y heridas. También es crucial tener antisépticos como alcohol y yodo, así como medicamentos básicos como analgésicos, antiinflamatorios, antialérgicos y pastillas para purificar agua.
Además, el botiquín debe contener artículos para inmovilización, como férulas y vendas elásticas, necesarios en caso de fracturas o esguinces. Un termómetro, pinzas y un manual de primeros auxilios también son esenciales. Es importante incluir mascarillas y bolsas de plástico para gestionar residuos de manera segura.
Finalmente, no pueden faltar equipos de comunicación y señalización, como una linterna con baterías de repuesto, un silbato para pedir ayuda y una lista de teléfonos de emergencia. Es recomendable revisar y actualizar el botiquín regularmente para asegurarse de que todos los elementos estén en buen estado y listos para su uso en cualquier momento.
Durante un sismo, los mayores riesgos incluyen el derrumbe de edificaciones, la caída de objetos y escombros, y la posibilidad de incendios debido a fugas de gas y fallas eléctricas. En áreas costeras, existe la amenaza de tsunamis provocados por sismos submarinos. También son peligrosos los deslizamientos de tierra en zonas montañosas. Además, la interrupción de servicios básicos como electricidad, agua y comunicaciones puede complicar las labores de rescate. Finalmente, el pánico y el caos entre la población pueden provocar estampidas y aumentar el número de lesiones. Es crucial seguir los protocolos de seguridad y mantener la calma.
también conocido como terremoto o temblor, es una sacudida del terreno causada por la liberación repentina de energía en la corteza terrestre. Esta liberación de energía ocurre debido a la fricción y el movimiento de las placas tectónicas, que son grandes secciones de la corteza terrestre que se mueven lentamente sobre el manto terrestre. Los sismos pueden variar en magnitud, desde micro-sismos imperceptibles hasta terremotos destructivos, y se clasifican según la escala de Richter o la escala de magnitud de momento. Además, los sismos pueden ser superficiales o profundos, dependiendo de la profundidad a la que ocurren en la Tierra.
La energía liberada durante un sismo se propaga en forma de ondas sísmicas, que pueden causar daños significativos en edificios, infraestructuras y el medio ambiente. Los principales tipos de ondas sísmicas son las ondas P (primarias), las ondas S (secundarias) y las ondas superficiales, siendo estas últimas las más destructivas. Los sismos se registran y estudian mediante sismógrafos, instrumentos que detectan y registran las ondas sísmicas, proporcionando datos cruciales para entender estos fenómenos naturales y mejorar las medidas de prevención y respuesta ante desastres.
Desde el Servicio Geológico Colombiano (SGC) confirmaron que a las 06:17 a.m. se registró un movimiento telúrico en el departamento del Valle del Cauca, concretamente en el municipio de Argelia. De acuerdo con la entidad el sismo registró una magnitud de 2.0 y se sintió en zonas aledañas como Versalles y Toro.
Un sismo de magnitud 3.7 se sintió este 17 de julio en el municipio de Los Santos, que se ubica en el departamento de Santander, de acuerdo con información dada a conocer por el Servicio Geológico Colombiano (SGC).
De acuerdo con el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático, Idiger, Colombia se encuentra en uno de los puntos más críticos en términos de actividad sísmica a nivel mundial, debido a su posición en el encuentro de las placas tectónicas de Nazca y del Caribe con la placa Suramericana.
Este escenario convierte al país en una zona de alto riesgo sísmico, caracterizado por la constante interacción tectónica que no solo origina sismos, sino también la formación de relieves como montañas y cordilleras.
La peculiar ubicación de Colombia, sobre todo en su franja pacífica, facilita el fenómeno de subducción, un proceso geológico por el cual la placa de Nazca se desliza bajo la placa Suramericana. Este movimiento es responsable de la generación de material volcánico que, tras ser sometido a elevadas temperaturas en el manto terrestre, emerge a través de los volcanes situados en la Cordillera Central.
Tal actividad no solo resalta la dinámica natural del país, sino que también plantea desafíos significativos en términos de gestión de riesgos y preparación ante desastres naturales.