Tras su paso por la Conmebol Copa América USA 2024, el volante del Palmeiras (São Paulo) y exjugador de fútbol sala Richard Ríos logró ganarse el corazón de los colombianos por su destreza en la cancha, interacción con la afición y físico envidiable.
Sin embargo, los habitantes de Tuchín, en el departamento de Córdoba, se mostraron algo decepcionados al notar que, tras el partido contra Uruguay en semifinales, el jugador entró en la cancha con un sombrero vueltiao de plástico, es decir, de fabricación china.
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Una espinita con la que no se quedó el alcalde del municipio, Eligio Pestana, que en un video compartido a través de las redes sociales decidió quemar una de las imitaciones en rechazo al daño que genera en la economía del pueblo zenú.
En entrevista para Blu Radio, el mandatario insistió que “no es justo que habiendo el sombrero original se compre uno chino, que es sintético, que es plástico. Yo me imagino que Richard lo uso pensando que era original, que era vueltiao, que era de la región, que era de Tuchín, pero a él no se le echa la culpa, la culpa es de quien lo compró y se lo dio a él”.
La culpa es de quienes fabrican, importan y comercializan “la copia” entre los $20.000 y los $40.000, mientras que las familias indígenas de Córdoba deben cobrar de $120.000 a $130.000 por sombrero para ganarle algo.
“Lo hemos dicho, cada sombrero chino que compra un ciudadano es una familia indígena que deja de comer. Hemos impulsado mucho la artesanía y es la empresa más grande que tenemos, porque no tenemos otra. El 9% de la población del municipio es indígena, vive de la caña flecha, vive del sombrero. Y no hay más empresa que las familiares, dedicadas a hacer la copa dura, el trenzado, cosen el sombrero y así es como va fabricándose”, lamentó Pestana e informó que en esfuerzos recientes para que el sombrero original tenga el mismo alcance comercial que el de las copias.
“Vamos a viajar a Bogotá, una comisión, y tratar de hablar con los que están encargados de esto, porque están dando hasta permisos, a pesar de que está prohibido, para que se comercialice este sombrero y no sabemos por qué. Queremos hablar con las autoridades encargadas para que le pongan una talanquera a esta gente, porque el sombrero es nuestra única economía”, expresó.
Antes de llevar el sombrero de Tuchín a otras latitudes, espera lograr frenar la venta de copias en las principales ciudades de Colombia para mantener viva su tradición ancestral: “En eso estamos. La Corte Constitucional dictó el auto 02 del 2009, donde se protege a muchos pueblos indígenas que están en vías de exterminio cultural y físico, entre ellos el pueblo zenú. Quiero que nuestra cultura no termine; ya nos quitaron la lengua, ya nos quitaron las costumbres. Lo único que nos queda es el sombrero vueltiao, sería justo que lo protegieran”.
Este es un proceso completamente artesanal, cuyo tiempo de elaboración “depende mucho de la familia. Hay familias que, por ejemplo, hacen la trenza. Se ponen cuatro, cinco o seis personas, incluidos los abuelos y los niños, a trenzar. Entonces depende, pero la elaboración de un sombrero vueltiao de 19 vueltas, un quinciano, se puede demorar hasta dos días”.
En el pueblo, no hay dónde vender el sombrero. “La gente sale en las mañanas a venderlo porque ya los intermediarios están llenos. Entonces tienen que demorarse hasta la tarde y bajarlo de precio para poder llevar la comida a sus casas”, dijo Pestana.
La oferta de copias a un menor precio les habría empezado a pasar factura. Quienes cosen el sombrero, es decir, los que finalmente lo comercializan, estarían obteniendo ganancias de entre 20 y 30 mil pesos por venta. Mientras tanto, las familias que trenzan estarían ganando apenas 300 o 400 pesos por metro de los diez que alcanzan a producir en un día.
De ahí su insistencia para que no solo Ríos, sino todos los colombianos lleven el sombrero original. En el caso del volante, dijo estar en conversaciones con “el alcalde de Tierra Alta, porque Borja es de Tierra Alta, Córdoba, entonces estamos viendo a ver si por intermedio de él podemos llegar a Richard Ríos y entregarle el sombrero original e, incluso, tenemos para entregárselo a toda la selección”.
Y, de no funcionar, piensan hacerlo por medio de la federación, pero espera “dárselo personalmente a Richard para que distinga cuál es el sombrero fino vueltiao de Tuchín y cuál es el sintético”.