Luego de que el árbitro Raphael Claus diera el pitazo final entre Colombia y Argentina en la final de la Copa América 2024, se conoció que el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), Ramón Jesurún, y su hijo Ramón Jamil Jesurún, agredieron a encargados de seguridad del Hard Rock Stadium de Miami Gardens, en Estados Unidos.
En los videos compartidos en redes sociales, se puede observar como el presidente de la federación trata de abrirse camino en medio de la discusión, mientras su hijo, Ramón Jamil Jesurún, se enfrenta violentamente con la seguridad del estadio.
Por lo sucedido, los Jesurún fueron detenidos, pero además, en medio de la gresca causada por el presidente de la Federación y su hijo, uno de los nietos del propio Jesurún resultó golpeado y terminó con un moretón en un ojo.
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Ramón Jesurún y Jamil Jesurún luego de presentarse ante una jueza en Miami, quedaron en libertad con un proceso pro agredir a un miembro de la fuerza pública tras pagar una fianza de $2.000 dólares ($7′870.000 pesos) y un pago de $1.000 dólares ($3′930.000 pesos) respectivamente.
Las dos personas de la seguridad del Hard Rock Stadium de Miami Gardens fueron identificados como Jakari Shaw y Daphnie Auguste. De acuerdo con el informe, uno de ellos fue ingresado a un centro médico tras recibir una patada en la cabeza, mientras que la otra persona fue arrojada al suelo por uno de los
En un principio Jesurún trató de justificarse culpando a la seguridad del estadio y asegurando que no había golpeado a nadie, pero posteriormente, en un comunicado de la Federación Colombiana de Fútbol, se disculpó por los acontecimientos.
El hijo de Jesurún, por su parte también intentó justificarse. “Al fin y al cabo somos humanos, a cualquiera nos puede pasar eso y ya nos manifestaremos de manera oficial”, aseguró al salir de la detención.
Pronunciamiento de la FCF
La Federación Colombiana de Fútbol a través de un comunicado informó y aclaró lo sucedido con Ramón Jesurún presidente y representante legal de la entidad, en la final de la Copa América 2024 que se llevó a cabo en el Hard Rock Stadium de Miami, Estados Unidos:
“Como es de conocimiento público desde tempranas horas del pasado domingo 14 de julio, se vivieron momentos de tensión y confusos en dicha sede deportiva lo que derivó en modificaciones de última hora e implementación de nuevas medidas de seguridad para garantizar la integridad de los asistentes”, precisó la federación.
Y agregó: “Culminado el encuentro deportivo, pasada la media noche se desarrolló la ceremonia de premiación a la que por estricto protocolo fueron convocados las delegaciones del campeón: Argentina y el subcampeón: Colombia”.
Sin embargo, la FCF aseguró que empleados de la seguridad privada del estadio, impidieron el acceso oportuno y directo a la gramilla a la mayoría de integrantes de la delegación colombiana, a pesar de estar debidamente identificados con la escarapela oficial de la organización, lo que generó el reclamo de algunos de manera vehemente, porque la premiación empezaría en minutos.
Uno de los reproches fue vociferado por un familiar del presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, pero la respuesta de uno de los guardias fue una maniobra con la mano que en segundos desató agresiones, y momentos de alta confusión.
“El presidente de la federación, Ramón Jesurún impulsado por su instinto paternal, pues uno de los reclamantes y posteriormente reducido por los guardias fue su hijo Ramón Jamil, se apresuró a reclamar por lo sucedido pero terminó desbordado por la situación, al encontrarse en el corredor con su esposa, hijos, hijas y nietos menores de edad”, aseguró la entidad.
“El presidente y su familiar fueron remitidos a presentarse ante la autoridad competente y explicar en dicho escenario judicial y pertinente lo sucedido. Lamentamos como organización rectora del fútbol colombiano este suceso y ofrecemos excusas a los organizadores del certamen, el país anfitrión y a las personas que se vieron afectadas”, precisó la FCF.
La federación culminó diciendo que el presidente Jesurún lamenta lo sucedido, “que jamás debieron ocurrir y que derivaron en una maniobra paternal e instintiva de protección a su hijo y a su familia”.