Los problemas del habla son más comunes de lo que podría pensarse. De hecho, gran parte de la población infantil se enfrenta a inconvenientes de este tipo en el proceso de aprendizaje y, algunos, se mantienen hasta la adultez, sobretodo cuando no se tratan.
Este es el caso del creador de contenido, Jhoan Martínez, y su esposa, que se hizo viral al no lograr pronunciar la palabra “Fusagasugá”, mientras realizaba una guía de mensajería para despachar un pedido que llegó a su negocio.
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Lejos de mostrarse enojada con Martínez, la mujer decidió tomarse la grabación con humor e intentar mencionar el municipio, aunque saliera mal y terminara diciendo Fugasufafa, Fusagufafa e, incluso, Fusagusafa.
Jhoan Martínez: Mi esposa está escribiendo... ¿Qué estás escribiendo? ¿Qué dice?
Esposa: Fugasufafa, Fusagufafa, espero que lo termina de escribir y ya se lo digo.
Jhoan Martínez: (Risas).
Esposa: Ay, amor, dejame concentrar que acá escribo mal la dirección yno me llevan el pedido... Fusagusafa ¡Lo dije! Fugasafufa.
Jhoan Martínez: Querrás decir Fusagasugá.
Esposa: Ajá, déjeme terminar de escribirlo... Fusaga ju sa
Jhoan Martínez: Sí, casi, casi.
Esposa: ¿Lo dije?
Jhoan Martínez: (Risas) Hágale.
Esposa: Ay amor, no moleste. Lo estoy transcribiendo ¿sí quedó bien escrito?
Jhoan Martínez: Sí, léalo.
Esposa: Fugasufafa.
La pieza alcanzó el millón y medio de visualizaciones en apenas tres días y los 75 mil “me gustas” convirtiéndose en el video con más interacciones de la pareja, hasta donde nuevos seguidores llegaron para comentar:
“Ni escrito, ni leído, ni pensado, ni soñado jajajaja”, “Yo esperando mi pedido. Mi vendedora de confianza: Fugasufafa”, “¿Y qué va a hacer cuando salga un pedido para Barrancabermeja?”, “Yo tenía un compañero de la costa y él decía: fusanosequemonda”, “Ahora, después de tanto repetirlo, ya ni sé cómo se pronuncia”, “Hasta lo pone a dudar a uno”.
Cada vez más niños padecen de trastornos del desarrollo del lenguaje
Los trastornos del lenguaje son una condición que repercute en el progreso intelectual y social de los menores que los padecen. Estos trastornos persisten en el tiempo y no están relacionados con otras alteraciones del desarrollo, como hipoacusia, discapacidad intelectual, o trastornos neuromotores y psiquiátricos.
Este tipo de dificultad puede comprometer el aspecto receptivo, expresivo o ambos. Especialistas señalan que, dado su origen neurobiológico, no se puede prevenir. Sin embargo, un historial familiar y riesgos en periodos pre, peri o postnatal podrían justificar un seguimiento temprano para una detección precoz.
En los últimos años, ha habido un incremento en las consultas de niños cada vez más jóvenes con problemas de comunicación, lo que ha llevado a los expertos a pedir una detección temprana en la infancia. Detectar y abordar estos problemas cuanto antes disminuye las consecuencias más importantes, como dificultades en el aprendizaje y problemas emocionales.
Pilar García de La Granja, directora de la Fundación Querer, una entidad española sin fines de lucro que trabaja con niños con necesidades educativas especiales, subrayó la importancia de un diagnóstico temprano. “Al diagnosticar y abordar estos trastornos a tiempo, estamos allanando el camino para un futuro más brillante y productivo para estos niños, permitiéndoles alcanzar su máximo potencial”, declaró. Además, enfatizó que concienciar sobre estos trastornos es un acto de empatía y justicia que beneficia a toda la sociedad.
¿Cómo identificar si un menor padece de trastornos del desarrollo del lenguaje?
El Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL) afecta entre un 2% y un 7% de la población infantil, de acuerdo con datos recopilados por Dorothy Bishop, investigadora de la Universidad de Oxford. Este trastorno se manifiesta en dificultades para comprender y expresar el lenguaje, lo que puede influir en otras áreas del desarrollo del niño.
Verónica Maggio, directora de la Diplomatura en Trastornos del Lenguaje Infantil de la Universidad Austral, explicó a Infobae la importancia de la detección temprana del TDL. La identificación de signos desde el primer año de vida es fundamental para intervenir de manera efectiva. Entre estos signos, en niños de 12 a 24 meses, se incluyen la falta de balbuceo, una respuesta inadecuada al nombre y una baja comprensión de órdenes simples.
Llorenc Andreu Barrachina, investigador catalán, señaló en 2020 que el TDL suele causar problemas en áreas como la conducta, la atención, la socialización y la adquisición de habilidades de lectoescritura. Estas dificultades pueden persistir a largo plazo, afectando el desempeño intelectual y las habilidades sociales de los niños, según afirmó Gina Conti Ramdsen, investigadora de la Universidad de Manchester, en 2018.
Un estudio realizado por el canadiense E. Brownlie en 2016 destacó que personas con TDL diagnosticado en la infancia presentan mayores niveles de ansiedad y fobia social en la adolescencia y adultez joven, privilegiando la intervención temprana y adecuada para minimizar los efectos negativos del trastorno en el futuro.
La detección de TDL en edades tempranas puede incluir la observación de la falta de palabras en niños de 24 a 36 meses, o la escasa respuesta al lenguaje hablado. Entre los 48 y 60 meses, se puede notar una interacción inconsistente y el uso de frases de no más de tres palabras. A partir de los 60 meses, es crucial prestar atención a la dificultad para relatar historias coherentes y a una interacción social pobre.
Y, finalmente, Maggio fue enfática en que la intervención temprana para corregir el TDL, señalando que la consulta con un especialista puede hacer una diferencia significativa en el desarrollo del niño. La labor de padres y tutores en la identificación temprana de los signos de TDL y en buscar ayuda profesional resulta esencial para mitigar los efectos del trastorno.