En la mañana del 14 de julio, José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda en la administración de Gustavo Petro, publicó una columna con un tema central: la descentralización en Colombia. Ese texto fue suficiente para iniciar un intercambio de argumentos entre el exfuncionario y Andrés Julián Rendón, gobernador de Antioquia.
El exministro considera que la heterogeneidad regional del país hace esencial la descentralización. Señala que la Constitución de 1886 impuso una tendencia centralista que prevaleció durante gran parte del siglo XX. Aunque la Constitución de 1991 y la elección popular de alcaldes representaron un avance, la recentralización ha caracterizado varios gobiernos en el siglo actual.
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Ocampo, en el texto publicado por El Tiempo, destaca la importancia de las propuestas de la Misión de Descentralización, que incluyen la expedición de una nueva ley orgánica de ordenamiento territorial, una definición clara de competencias entre departamentos y municipios, y el diseño de mecanismos de supervisión para asegurar el cumplimiento de sus funciones y procesos políticos. Asimismo, enfatiza en el fortalecimiento de los esquemas asociativos territoriales y la participación ciudadana en las regiones.
“Atacar las desigualdades regionales, que han tendido a aumentar durante las últimas décadas, debe ser un objetivo esencial de las reformas. Es esencial, por lo tanto, que la agenda incluya mecanismos de financiamiento redistributivos regionalmente, así como instrumentos de apoyo a la formación de los equipos de funcionarios públicos y, más en general, al desarrollo de capacidades en las regiones menos avanzadas del país”, señala.
Ocampo advierte contra el esquema de participaciones porcentuales en las rentas nacionales debido a que cualquier reforma tributaria incrementa automáticamente el gasto público a través de estas participaciones, afectando la capacidad de la Nación para reducir los déficits fiscales. Propone fijar dichas participaciones en términos monetarios, ajustadas por inflación, o como proporciones del ingreso nacional, basadas en análisis de los recursos necesarios para los departamentos y municipios.
Y es que, al final de su texto argumentativo, se fue contra la propuesta del gobernador de Antioquia de entregar el impuesto de renta a los departamentos, argumentando que esto podría fomentar la reducción de impuestos para atraer inversiones, una competencia considerada desfavorable. Además, aboga por una reforma del régimen tributario territorial, resaltando la necesidad de actualizar la Ley 14 de 1983 y de incluir impuestos dinámicos y una reforma del impuesto de industria y comercio municipal (ICA).
No pasó mucho tiempo antes de que Rendón decidiera responder, vía X, al exministro de Hacienda, a quien le echó en cara el hecho de haber formado parte de las filas del actual gobierno y mencionó la primera reforma conquistada por el Gobierno una vez llegado al poder: la reforma tributaria:
“Nos metió una reforma tributaria que tiene casi en recesión la economía y se fue de nuevo. Desde su residencia en Nueva York desconoce los dolores y carencias de nuestros territorios. Como Antioqueño, golpeado por el centralismo, seguiré luchando por la autonomía fiscal de las regiones”.
Ocampo le respondió y se mantuvo firme en sus convicciones y en los planteamientos ya explicados:
“No discutiré su ataque banal, Gobernador. El punto es que su interpretación de descentralización es incorrecta. Sí a la descentralización, no a una propuesta totalmente inadecuada de promover la competencia tributaria entre departamentos, que solo aumentaría la desigualdad regional, dejando atrás a las entidades territoriales más necesitadas”.
Y es que este rifirrafe no es más que un reflejo del pulso que, desde hace meses, se viene intensificando entre el gobierno del presidente Petro y el gobernador de Antioquia, uno de los funcionarios públicos que más oposición ha demostrado contra la administración nacional, junto con Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín, quien en múltiples ocasiones ha expresado sus deferencias con Petro a nivel económico, ideológico y social.