El presidente Petro aseguró que la prórroga del cese al fuego dependerá de la desescalada militar

El presidente Gustavo Petro dijo desde Nueva York que el Gobierno está analizando la posibilidad de prorrogar el cese bilateral al fuego con las disidencias de Magdalena, Norte de Santander y Caquetá. Sin embargo, el mandatario enfatizó que esta decisión dependerá del aumento en las desmovilizaciones y del desescalamiento militar en estas regiones.

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Las declaraciones de Petro se producen luego de que el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, indicara que el Gobierno está considerando no extender el cese al fuego con el autodenominado Estado Mayor Central (EMC). “El 15 de julio hay que tomar una decisión frente al cese bilateral al fuego”, señaló Cristo, destacando la importancia de recibir información de las disidencias en los días anteriores a tomar una resolución.

Petro detalló que mientras se evalúa esta prórroga, con otras estructuras disidentes, como las de ‘Iván Mordisco’, la instrucción es continuar con la operación militar hasta lograr un acuerdo para sustituir las economías ilícitas. “No se puede tolerar que sigan asesinando líderes sociales y excombatientes,” aseguró el presidente, resaltando la necesidad de avanzar en la desmovilización para reducir la violencia en el país.

Por su parte, la fiscal general, Luz Adriana Camargo, mencionó que aunque la Fiscalía no tiene una postura oficial sobre el cese al fuego, considera fundamental que el Gobierno tome en cuenta el incremento de la violencia por parte del EMC al momento de tomar la decisión. Camargo resaltó que el aumento de los actos violentos es un aspecto que no puede pasarse por alto.

El contexto actual muestra que las disidencias de ‘Iván Mordisco’ no tienen un cese al fuego bilateral activo, dado que este fue suspendido en los departamentos de Cauca, Valle del Cauca y Nariño. Esto se debe a que las dinámicas de conflicto en estas áreas han dificultado la implementación de un alto al fuego efectivo.

El cese al fuego implica una suspensión temporal de las hostilidades entre el gobierno y cinco grupos armados, con posibilidad de prórroga según los avances en las negociaciones.

El compromiso involucra a diversas organizaciones, no solo guerrilleras, sino también paramilitares. Los grupos armados que han aceptado cesar sus acciones violentas incluyen al Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las Farc bajo los nombres de Segunda Marquetalia y Estado Mayor Central, y los grupos paramilitares como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC o Clan del Golfo) y las Autodefensas de la Sierra Nevada.

Gustavo Petro destacó la importancia de evitar la afectación humanitaria en las comunidades más vulnerables. “Queremos suspender la afectación humanitaria a las comunidades étnico-territoriales, campesinas y a la nación en general,” expresó el mandatario.

El objetivo principal del cese al fuego es reducir los enfrentamientos armados entre la Fuerza Pública y las organizaciones al margen de la ley. Para asegurar el cumplimiento del acuerdo, el proceso será supervisado por la Misión de Verificación de la ONU, la MAPP/OEA, la Defensoría del Pueblo y la Iglesia católica.

Los primeros seis meses son determinantes para evaluar el avance y la efectividad del cese al fuego. Según los resultados, se considerará la posibilidad de extender este periodo. La situación en Colombia ha sido marcada por décadas de conflicto armado, y este acuerdo representa un intento significativo por cambiar esa realidad.

El gobierno confía en que este alto al fuego temporal se traduzca en un alivio para las comunidades afectadas por el conflicto. “Esperamos que esta tregua traiga un respiro a las regiones más castigadas por la violencia,” remarcó un líder comunitario.

El camino hacia la paz en Colombia es un proceso complejo y multifacético. Aunque el cese al fuego bilateral no garantiza una paz inmediata, es un paso significativo en la dirección correcta. Con el adecuado seguimiento y cumplimiento de los términos acordados, se espera que estas negociaciones puedan crear un terreno fértil para una paz duradera.

El análisis del cese al fuego también incluye consideraciones sobre sus implicaciones políticas y sociales. Las medidas tomadas deberán ser evaluadas continuamente para asegurar que se mantenga el curso hacia la paz.