Familiares de mercenarios colombianos acusados de asesinar al presidente de Haití hicieron plantón frente a la delegación de la ONU en Colombia: “Justicia y libertad”

En Puerto Príncipe, Haití, diecisiete exmilitares colombianos continúan detenidos después de tres años, sin juicio por el asesinato del presidente de ese país, Jovenel Moïse.

Los detenidos, exintegrantes del Ejército Nacional de Colombia, se encuentran en una situación incierta, ya que la investigación no muestra avances importantes.

Recientemente, se ha difundido en redes sociales que las familias de estos 17 mercenarios se encuentran desde en las horas de la mañana del día 11 de junio, en las instalaciones de la ONU en Colombia, exigiendo garantías, justicias y libertad para la resolución de estos casos, pese a sus acciones mercenarias internacionales.

Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.

Sandra Carolina Bonilla, esposa de Ángel Mario Yarce, uno de los soldados detenidos, señaló a Red+ que “se cumplieron tres años de la detención de mi esposo y sus compañeros, y aún no hay avances en la investigación. Aprovecho para pedirle al gobierno nacional que sigan apoyándonos a través de Cancillería de Colombia para que nuestros familiares tengan un juicio justo”.

Ella, junto a otras familias, está buscando apoyo para llevar ayuda humanitaria a sus seres queridos y solicita acompañamiento del Gobierno colombiano en Haití.

Los familiares de los detenidos han organizado un plantón frente a las instalaciones de la ONU en Bogotá, programado para este jueves 11 de julio. En el evento, pedirán colaboración mediante una ‘vaki’ para financiar un viaje a Haití, pagar abogados y proporcionar alimentos y medicinas a los encarcelados.

Bonilla expresó que “sus condiciones de salud son preocupantes, llevan ya varios días sin poder salir a tomar el sol en un completo encierro; tienen afecciones en la piel, están con bajo peso”.

El 4 de marzo de 2024, una masiva escapatoria de aproximadamente 4.000 reclusos en Haití incrementó la desesperación de los familiares, ya que los exmilitares optaron por no fugarse y permanecieron detenidos. “Exigimos garantías mínimas de seguridad y que no se les sigan vulnerando sus derechos humanos”, añadió Bonilla.

Dentro del grupo de exmilitares, tres individuos, Mauricio Javier Romero, Duberney Capador Giraldo y Miguel Guillermo Garzón, murieron en Puerto Príncipe. Las familias de estos militares han vivido una “pesadilla inimaginable”, destacando que ellos solo aceptaron participar en un esquema de seguridad en Haití, pero terminaron envueltos en una situación crítica.

Respecto a Germán Alejandro Rivera García y Mario Antonio Palacios, quienes fueron extraditados a Estados Unidos y están detenidos en una cárcel en Florida, la situación es diferente. Ambos esperan regresar pronto a Colombia tras su extradición desde Haití.

Los familiares están planeando un viaje humanitario para evaluar el estado de salud de los detenidos y llevarles alimentos y medicinas. Bonilla afirmó: que “tenemos planeado un viaje humanitario para ver el estado real de nuestros compañeros, de nuestros familiares, y llevarles alimentos y medicinas”. En este contexto, buscan mejorar la situación emocional y física de los detenidos.

En repetidas ocasiones, los familiares han solicitado al Gobierno colombiano intervenir para garantizar un juicio justo para los exmilitares. Durante el plantón frente a la ONU en Bogotá, también se recolectarán donaciones para continuar apoyando a los detenidos y procurar un encuentro con ellos.

Un mercenario colombiano ha publicado un video alertando sobre los peligros que enfrentan quienes deciden unirse a la guerra en Ucrania. En su mensaje, advierte a aquellos considerando viajar a la zona de conflicto sobre los riesgos y sacrificios que implica estar en una guerra activa.

El mercenario, cuyo nombre no ha sido divulgado por razones de seguridad, subraya que aunque el sueldo ofrecido es de 19 millones de pesos colombianos al mes, el peligro es significativo y la posibilidad de perder la vida es alta.

El video, que ha tenido impacto en redes sociales, refleja la cruda realidad de los combates en Europa del Este. Muchos internautas reaccionaron con mensajes de lástima por la situación, mientras otros criticaron y hasta ridiculizaron al mercenario, acusándolo de presumir en lugar de advertir.

El embajador de Colombia en el Reino Unido, Roy Barreras, afirmó que hasta inicios de julio se habían reportado 51 colombianos muertos en combate en Ucrania. Destacó que esa cifra evidencia la tragedia que significa que alguien decida alquilarse para una guerra ajena. Barreras enfatizó que ser mercenario es una trampa mortal y explicó que el costo de repatriar un cadáver puede ascender a 20,000 dólares, indicando que contratar extranjeros para el conflicto es un negocio de empresas transnacionales.

Algunos veteranos del Ejército Nacional de Colombia y reservistas ven en Ucrania una oportunidad económica. Héctor Bernal, un médico combatiente retirado que se encuentra en Ucrania, detalló en EuroNews que el sueldo en Ucrania es considerablemente mayor al que reciben en Colombia. Bernal explicó que un soldado profesional en Colombia gana unos 600 dólares al mes, mientras que en Ucrania puede recibir entre 3,000 y 4,000 dólares.