Este 11 de julio llega a las salas de cines a nivel nacional la película colombiana Malta, el segundo largometraje de la directora Natalia Santa.
Esta historia, que transita por la feminidad, los conflictos familiares y las relaciones interpersonales, permitió a Emmanuel Restrepo hacer su debut en el cine.
La pantalla grande había sido esquiva en la carrera artística del actor paisa, que en conversación con Infobae Colombia reveló detalles del personaje que le llegó a última hora, pero que le permitió actuar por primera vez junto a su mejor amiga Estefanía Piñeres y la actriz Patricia Tamayo, protagonistas del filme.
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Cuando Emmanuel llegó a Malta se encontró con la sorpresa de que Gabriel, su personaje en la historia tenía una carga fuerte de escenas intimas. “Cuando recibí el libreto me encontré con que debía hacer un desnudo completo, por más que las escenas eran con una amiga, siempre resultan siendo muy complejas de realizar”, comentó el actor nacido en Envigado, Antioquia durante su entrevista con Infobae Colombia.
Para su directora y guionista Natalia Santa quien también habló con Infobae Colombia, la llegada de Emmanuel fue un descubrimiento que terminó aportando más de lo que se esperaba a la narrativa de Malta. “A las dos semanas de grabación tuvimos un inconveniente con el actor que hacía el papel de Gabriel, con él ya habíamos hecho los ensayos, pero en el cine no se puede parar una se da el claquetazo inicial así que tuvimos que acudir a un ‘plan b’ que resultó siendo magistral para nosotros, ya que Emmanuel se acopló de inmediato, además de que su dulzura le dio un lenguaje muy preciso a la trama”.
Por su parte Restrepo recibió con entusiasmo y compromiso la oportunidad que el destino le abrió y rápidamente construyó su versión del personaje que se le encomendó. “Sentí una responsabilidad muy grande porque es una historia contada por mujeres que hace una introspección al universo femenino y era llegar a respetar eso además de hacerle justicia. El guion está muy bien hilado, va al detalle del detalle. Aprendí mucho de cine, pero sobre todo de Natalia y su forma de contar a través de los gestos, y los silencios”, añadió.
El mayor reto para Emmanuel más allá de enfrentarse por primera vez a un rodaje de cine, tuvo que ver con el tipo de historia a la que llegó: “Malta exigió una actuación diferente, era todo lo contrario a lo que pedían antes aquí el más mínimo gesto contaba, debía saber transmitir el subtextos porque hay mucho entre líneas”.
Un viaje al autoconocimiento
Esta película pone sobre la mesa temas como la sexualidad, la paternidad y los reales sueños de las personas, dejando en tela de juicio sus profundos deseos.
Según Natalia Santa, “Malta es un acercamiento a la feminidad, a la familia y al sexo a través de la mirada de Mariana, cuyo objetivo es encontrar un lugar en el que pueda empezar de nuevo sin arrastrar los fracasos de su madre”. Esta cinta representa un momento de introspección tanto para la protagonista como para Natalia como cineasta. A través de la historia de Mariana, la película aborda las complejidades de las relaciones familiares y las luchas personales, resaltando la necesidad de autocomprensión y crecimiento.
La creación de Malta también refleja el compromiso de Santa con una narrativa visual que enfatiza los pequeños gestos, permitiendo que el lenguaje corporal y las miradas transmitan tanto como las palabras. Este enfoque busca ofrecer una representación genuina de la vida cotidiana y las interacciones humanas, haciendo que la audiencia se sienta conectada con los personajes de una manera profunda y significativa. Santa utiliza su experiencia y habilidad para tejer narrativas complejas, ofreciendo una película que no solo cuenta una historia, sino que también invita a la reflexión y al entendimiento del propio viaje interior.
Santa explica, “este proyecto surgió del deseo de explorar la identidad femenina más allá de los roles tradicionales, y cómo los sueños de escape pueden revelar profundas verdades sobre nuestro ser”. La directora busca que el público se sumerja en la intimidad de Mariana, experimentando sus emociones y conflictos de manera visceral y auténtica.